Pelotazos al capitalismo
Sentado en el Paraninfo de la vieja Universidad Central en la madrile?a calle de San Bernardo, mientras escuchaba con emoci¨®n las atinadas palabras que Aleix Vidal Quadras, Mario Vargas Llosa y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pronunciaban en homenaje a Karl Popper, meditaba yo sobre una sentencia que o¨ª m¨¢s de una vez de labios de mi viejo maestro: para la fortaleza de la sociedad abierta, son importantes las instituciones, pero tanto o m¨¢s las personas que las tienen a su cargo.La econom¨ªa libre y el respeto del Derecho son las piedras sillares sobre las que se eleva una democracia bien arreglada. Para que la sociedad abierta sea pr¨®spera y estable, se necesita algo m¨¢s que la competencia y propiedad privada en lo econ¨®mico, la igualdad de las personas ante la ley en lo jur¨ªdico, y una Constituci¨®n libre en lo pol¨ªtico. Se necesita que una gran mayor¨ªa de los ciudadanos sean honrados, justos, tolerantes.
Nos encontr¨¢bamos precisamente en el mismo lugar en que el viejo fil¨®sofo recibi¨® en 1991 el doctorado honoris causa. Me parec¨ªa verle subir al ornado, p¨²lpito de maderas preciosas, desde el que pronunci¨® un discurso en homenaje a su propio maestro, el dubitativo e integro S¨®crates, que, condenado por la justicia ateniense a morir bebiendo cicuta, considero hasta el final una obligaci¨®n del ciudadano el obedecer la ley.
Las instituciones espa?olas est¨¢n lejos de ser perfectas, pero al emplear la expresi¨®n de "la cultura del pelotazo", pese a ser fea, los formadores de la opini¨®n p¨²blica aciertan de pleno: si por "cultura" entienden algo tan inculto como las costumbres de los soberbios y ostentosos, y por "pelotazo" el enriquecimiento de los faltos de escr¨²pulos y sobrados de c¨®mplices, no hay duda de que diagnostican atinadamente la fuente m¨¢s importante de nuestros males de hoy.
Como soy de natural animoso, no quiero caer en la jeremiada. Tambi¨¦n brillan las virtudes c¨ªvicas en nuestro pa¨ªs. La tolerancia se cultiva con m¨¢s constancia que en tiempos pasados. En esa misma Aula Magna en la que yo inici¨¦ mis estudios de Derecho y en la que coronamos de laureles al fil¨®sofo de la sociedad abierta, tambi¨¦n recibieron sendos doctorados honor¨ªficos el benem¨¦rito financiador del Partido Comunista de Espa?a, el Presidente Honecker, de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, as¨ª como el banquero don Mario Conde, espejo entonces de empresarios y modelo para la inventud estudiosa.
Otros ejemplos de amor a la ciencia acuden a mi memoria. Son bastantes los personajes p¨²blicos que declaran, al ocupar un esca?o en las Cortes Generales, que han realizado estudios y ganado t¨ªtulos que les gustar¨ªa haber realizado y ganado. No soy del todo imparcial al citar este ejemplo de veneraci¨®n del saber, pues fuimos compa?eros de partido pol¨ªtico, aunque diferimos en el refer¨¦ndum de la OTAN, ocasi¨®n en la que ¨¦l quiso imponerme la abstenci¨®n. Me refiero al l¨ªder liberal don Jos¨¦ Antonio Segurado, que dice tener t¨ªtulos de abogado y economista y sin duda los conseguir¨¢ alg¨²n d¨ªa.
Para la vida ciudadana es importante la competencia con fair play, el combate deportivo, mas tambi¨¦n lo es la ayuda mutua. Me gustar¨ªa saber si es verdad, para felicitarme por ello, que don Javier de la Rosa no s¨®lo dio empleo a varios familiares de l¨ªderes de Convergencia i Uni¨®, sino que generosamente compr¨® a un v¨¢stago del president Pujol 1.000 millones de pesetas de pagar¨¦s del se?or Prenafeta, lo que se merecer¨ªa saber para mejorar las dif¨ªciles circunstancias en las que se encuentra.
No quiero comentar las ayudas que la compa?¨ªa Dragados y Construcciones, prest¨® a don Francisco Palomino, cu?ado del presidente del Gobierno espa?ol. Todav¨ªa no est¨¢ claro si fue ayuda o negocio ruinoso, y por lo tanto suspendo el juicio hssta tener m¨¢s evidencias.
En una democracia bien arreglada, es muy importante, atinar en el juicio de los actos interesados o desprendidos de nuestros l¨ªderes.
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