El marmit¨®n, el botijero y la Uni¨®n Europea
Peligra el primer intento serio desde 1980 de sustituir las ordenanzas laborales por convenios
El primer intento serio desde el a?o 1980 para sustituir las ordenanzas laborales por convenios corre un grave peligro. Se trata de normas, en su gran mayor¨ªa, obsoletas en las que es pintoresca hasta la propia lista de las 120 ordenanzas; incluye las de sectores o empresas desaparecidos, como el Consorcio Nacional Almadrabero; y otras en que no existe representaci¨®n patronal, situaci¨®n en que se encuentran los empleados de fincas urbanas. Son normativas manifiestamente mejorables y de dif¨ªcil encaje con la competitividad y la Uni¨®n Europea. Es el caso de categor¨ªas profesionales que perviven desde hace d¨¦cadas: las denominadas el marmit¨®n, el acequiero o el botijero; conceptos salariales como el tronco del plus del 25% por falta de incentivos, o permisos retribuidos tan curiosos como la licencia de dos d¨ªas por matrimonio de primos.El acuerdo que abr¨ªa el proceso de sustituci¨®n, firmado el pasado 7 de octubre por los m¨¢ximos responsables, de la patronal y los sindicatos, est¨¢ de momento bloqueado. A la CEOE no le ha gustado nada la participaci¨®n del Ministerio de Trabajo -lo ha acusado de "injerencia"- y ha suspendido el debate. Si no se encuentra una v¨ªa de soluci¨®n, se puede malograr una oportunidad ¨²nica para modernizar unas normas que datan en su gran mayor¨ªa de los a?os cuarenta y cincuenta. Perviven, al menos en el papel, normas, primas y licencias retribuidas que nacieron en una ¨¦poca en que el coste del factor trabajo era barato y en un contexto aut¨¢rquico.
Es singularmente anacr¨®nica la estructura profesional y la confusi¨®n entre puesto de trabajo y condici¨®n profesional, con un entramado de categor¨ªas profesionales en el que la movilidad funcional es pr¨¢cticamente imposible de aplicar. La media de categor¨ªas es de 150 y, por ejemplo, la ordenanza de la madera dedica 250 p¨¢ginas a ellas y a la descripci¨®n detallada de cada una. Llega a la distinci¨®n de aprendiz adelantado, aprendiz, pe¨®n especializado y pe¨®n. En Seat han existido cinco clases de oficiales de primera.
Algunas denominaciones rememoran la Espa?a de Baroja. Una de ellas figura entre el medio centenar de categor¨ªas de la hosteler¨ªa: el marmit¨®n, cuya tarea consiste en darle vueltas a la cacerola. En la empresa Aguas de Barcelona, los flujos del agua los controla un t¨¦cnico muy especializado, al que se le sigue llamando el acequiero. En la ordenanza de puertos, ya derogada, figuraba el botijero, que era, obviamente, la persona encargada de llevar el botijo.
La numerosa lista de categor¨ªas se ha sustituido en puertos por cuatro grupos profesionales; en qu¨ªmicas, por ocho, y en grandes almacenes, por seis, dentro de los cuales se produce la movilidad funcional.
La estructura salarial tampoco se ha actualizado y suele ser muy compleja, con un sueldo base muy inferior al m¨ªnimo interprofesional y pluses m¨²ltiples hasta una media de 17. Uno de los m¨¢s curiosos es el que recog¨ªa la ordenanza del metal: plus por carencia de incentivos y que supon¨ªa un 25% del salario. En la norma del campo, hay otro que asciende al 25% del salario por trabajo a destajo y que se paga en cualquier caso, aunque no se lleguen a recoger los kilos requeridos. El tronco de la hosteler¨ªa es la propina o el porcentaje de facturaci¨®n que cobran los camareros y que suele alcanzar una cantidad a veces muy superior al propio sueldo.
La discriminaci¨®n contra la mujer est¨¢ presente en muchas ordenanzas, con categor¨ªas distintas para trabajadores y trabajadores. Es el caso de la madera, donde el personal masculino puede ser encargado general, jefe de taller y encargado de secci¨®n, adem¨¢s del resto de los puestos de trabajo; las mujeres tan s¨®lo pueden desempe?ar las tareas de oficiala, ayudanta y aprendiza.
En las sanciones tambi¨¦n hay perlas, como considerar falta el pronunciar en el puesto de trabajo una blasfemia o palabras soeces y la embriaguez habitual. La reiteraci¨®n se contemplaba como falta grave hasta que la jurisprudencia lo ha corregido.
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