Los refugiados han cambiado el rostro plural de Sarajevo
La mitad de la poblaci¨®n se march¨® y ha sido reemplazada por desplazados musulmanes
Sarajevo ha cambiado radicalmente desde el comienzo de la guerra. Para mal. No s¨®lo en el aspecto f¨ªsico, la destrucci¨®n, sino en el valor m¨¢s preciado de la personalidad de esta ciudad: la tolerancia, que hab¨ªa permitido edificar una sociedad pluralista en la que convivieron diversas naciones, culturas y religiones. La Sarajevo de hoy tiene poco que ver con la de hace tres a?os, porque buena parte de sus habitantes no son los mismos. Entre las m¨¢s de 300.000 personas que viven en la ciudad hay unos 120.000 refugiados de otras zonas de Bosnia. Cerca del 50% no viv¨ªa en Sarajevo antes de la guerra. O, dicho de otro modo, la mitad de los habitantes de la ciudad se ha marchado.Y la primera que se ha ido es la intelligentsia. Un 30% de los m¨¦dicos del hospital Kosevo se fueron al extranjero, aparentemente para volver. Ninguno lo ha hecho.
Un goteo imparable
Es un goteo imparable, a pesar de que la ciudad est¨¢ cerrada. "El d¨ªa que Sarajevo vuelva a ser una ciudad abierta, los miles de refugiados que viven en los alrededores entrar¨¢n en la ciudad. Suspiran por ello. Y la mayor¨ªa que vive dentro se ir¨¢. Sarajevo cambiar¨¢ en un 80% como m¨ªnimo. No ser¨¢ mi ciudad. En realidad, ya no es mi ciudad", dice Nedim, musulm¨¢n y empleado en la televisi¨®n. "No me preocupa tanto el presente como el futuro. Cuando acabe la guerra, ?qu¨¦ les ofrecer¨¢ esta ciudad a mis dos hijas? ?Cu¨¢ntos a?os pasar¨¢n hasta poder llevar una vida normal? Toda una generaci¨®n. No tengo ning¨²n derecho a retenerlas aqu¨ª. Al contrario, quiero que se vayan".
En Dobrinja la composici¨®n de sus habitantes es totalmente distinta a la de hace tres a?os. Los intelectuales y profesionales liberales que poblaban el barrio que alberg¨® la villa ol¨ªmpica en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 1984 se marcharon hace tiempo. Llegaron muchos refugiados de Foca, Gorazde y de otros puntos de Bosnia oriental. Y siguen llegando a trav¨¦s del t¨²nel. En Dobrinja viven unas 30.000 personas. S¨®lo un 25% est¨¢ desde el principio, el 75% restante se ha instalado durante la guerra. Susana, una croata de 51 a?os, mira alrededor y dice que de todos sus vecinos actuales menos del 10% son del barrio de toda la vida. "No es s¨®lo una cuesti¨®n de nacionalidad. Es cierto que los que se van son croatas y serbios y los que llegan musulmanes. Es un problema cultural. El mundo rural frente al mundo urbano".
"Tengo miedo porque quedan muy pocos que no son musulmanes. Han completado un proceso de limpieza ¨¦tnica sutil". Las autoridades del barrio est¨¢n cambiando los nombres de las calles; el alcohol est¨¢ prohibido por "razones de seguridad". El frente est¨¢ muy cerca.
El cansancio, el pesimismo ha hecho mella en las gentes. Asoma un nuevo invierno. El tercero bajo la guerra. Las primeras nevadas est¨¢n a punto de caer y los habitantes se enfrentan de nuevo a las dificultades para calentar las casas, sin calefacci¨®n, sin gas y sin cristales muchas de ellas.
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