Elgar, en familia
Estreno en Cambridge de 'The spanish lady', la ¨²nica ¨®pera del compositor brit¨¢nico
No hab¨ªa cr¨ªticos notables, ni p¨²blico propiamente dicho. Tan s¨®lo los compa?eros, padres, profesores y devotos organizadores del Festival Elgar de Cambridge llenaron durante tres d¨ªas consecutivos el sal¨®n de conciertos de la Facultad de M¨²sica de esta universidad brit¨¢nica para asistir a lo que hab¨ªa sido saludado por parte de la prensa londinense como la gran primera presentaci¨®n mundial de la "¨²nica ¨®pera escrita por el compositor brit¨¢nico Edward Elgar".Una pieza puesta en pie gracias a la determinaci¨®n y el trabajo de Percy Young, alumno del gran compositor brit¨¢nico. Lo cierto es que todo result¨® exagerado: la aludida primera presentaci¨®n no pas¨® de ser una escenificaci¨®n modesta por parte de un meritorio grupo de alumnos de la Sociedad de Opera de la universidad, de algo que dista considerablemente de ser una ¨®pera.
Elgar, fallecido en 1934, dej¨® efectivamente m¨¢s de 180 fragmentos inconexos de un ambicioso proyecto: una ¨®pera inglesa titulada -probablemente por puro af¨¢n de exotismo- The spanish lady. El libreto elegido, despu¨¦s de muchas ofertas y tentativas fallidas, procede de una obra dram¨¢tica de intenci¨®n sat¨ªrica titulada El diablo es un imb¨¦cil, de Ben Jonson. Una trama amoroso-festiva que tiene al Londres del siglo XVII como tel¨®n de fondo y a una infanta espa?ola como paradigma de las costumbres exquisitas de la nobleza internacional de la ¨¦poca.
Pero la dama en cuesti¨®n est¨¢ lejos de ser una pieza esencial de la obra, en la cual el diablo env¨ªa a Londres a uno de sus alumnos m¨¢s avispados para introducir las costumbres m¨¢s licenciosas en la ciudad. Sin embargo, el enviado del demonio llega r¨¢pidamente a la conclusi¨®n de que "el infierno es una escuela primaria al lado de Londres". La dama espa?ola es, en la pieza, la encargada de ense?ar a la protagonista los c¨®digos de conducta necesarios para convertirse en una verdadera duquesa.
Nadie sabe lo que el propio Elgar habr¨ªa opinado de la determinaci¨®n mostrada por Percy Young, de 82 a?os de edad, uno de sus m¨¢s aventajados alumnos, que se ha atrevido a recomponer las piezas y reescribir los fragmentos necesarios como para darle a esa Spanish lady una estructura final.
Pese a las dotes organizativas de la sociedad brit¨¢nica, el s¨¢bado 26 de noviembre, la ¨²ltima representaci¨®n de esta reliquia oper¨ªstica estuvo dominada por una cierta informalidad latina. Hubo de todo. Retraso en el comienzo, desorientaci¨®n del p¨²blico ante la falta de encargados dispuestos a vender las entradas, o entregar las ya vendidas por tel¨¦fono y hasta un pomposo organizador del Festival Elgar que vest¨ªa esmoquin con pajarita, cazando a lazo a algunas alumnas despistadas para que sirvieran de acomodadoras.
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