Manuel Vicent publica un retablo de "memorias sensoriales"
"Un escritor nunca debe ser cursi", dice el autor de 'Tranv¨ªa a la Malvarrosa'
El escritor Manuel Vicent (Villavieja, Castell¨®n, 1936), firma habitual en EL PA?S, present¨® ayer en Madrid su nueva novela, Tranv¨ªa a la Malvarrosa (Alfaguara), que calific¨® de "memorias sensoriales, un retablo de las sensaciones de los a?os cincuenta en una ciudad como Valencia, paradigma del Mediterr¨¢neo". Con esta "novela del nacimiento del amor", seg¨²n su editor, Juan Cruz, terminan los actos conmemorativos de los 30 a?os de Alfaguara. En el C¨ªrculo de Bellas Artes, donde se ha montado una exposici¨®n, la actriz Charo L¨®pez ley¨® fragmentos del libro, y Javier Rioyo entrevist¨® a Manuel Vicent.
Un pasaje de iniciaci¨®n sexual en el onanismo de la novela de Manuel Vicent, Tranv¨ªa a la Malvarrosa, escenificado por la actriz Charo L¨®pez, centr¨® ayer el acto de celebraci¨®n del trig¨¦simo aniversario de la editorial Alfaguara, en el C¨ªrculo de Bellas Artes, informa . Cerca de 1000 personas vinculadas al mundo de la literatura y del espect¨¢culo abarrotaron la sala en que se exhiben las vitrinas de los 30 a?os de andadura de la editorial. Antes de que Charo L¨®pez describiera la perplejidad del adolescente protagonista del relato, en una combinaci¨®n de sexo y emisiones de partidos de f¨²tbol en pleno apogeo del franquismo, Manuel Vicent se?al¨® que la lucha de un escritor contra la censura de la ¨¦poca se asentaba m¨¢s "en lo que el texto se callaba que en lo que el texto dec¨ªa", y defini¨® su novela reci¨¦n publicada "corno un libro de la memoria sensorial", y no como el de la nostalgia del adolescente que fue.La presencia del escritor mexicano Carlos Fuentes destacaba en una fiesta concurrida por: los cuadros al completo de escritores vinculados a la editorial. Entre los asistentes, se encontraban Javier Mar¨ªas, Juan Madrid, F¨¦lix Grande, Jes¨²s Torbado, H¨¦ctor V¨¢zquez Azpiri, Fernando G. Delgado, C¨¢ndido, Eduardo Haro Tecglen, Ra¨²l del Pozo, Gabriel Albiac, Jos¨¦ Manuel Cervino, Elena Ochoa, Jos¨¦ Luis Coll, Maite Blasco y Juan Genov¨¦s, entre tant¨ªsimos otros.
La ilustraci¨®n de la cubierta de Tranv¨ªa a la Malvarrosa es la piscina del balneario de las Arenas, en las playas cercanas a Valencia. Manuel Vicent record¨® ayer la extensi¨®n de la Malvarrosa con un ambiente "muy solar y grasiento, con un perfume de calaniares". Desde ese lugar aparec¨ªa la casa destruida del escritor Blasco lb¨¢?ez, ocupada primero por j¨®venes falangistas y despu¨¦s por gitanos. En esa casa es donde el protagonista de la novela conoce sobre un lecho de rosas formado por revistas antiguas del Movimiento "Ias delicias del amor".
El autor de Pascua y naranjas, El anarquista coronado de adelfas, No pongas tus sucias manos sobre Mozart, La balada de Ca¨ªn y Del Caf¨¦ Gij¨®n a Itaca, entre otros t¨ªtulos, hab¨ªa iniciado el relato autobiogr¨¢fico en Contra para¨ªso. Manuel Vicent tambi¨¦n declar¨® ayer que Tranv¨ªa a la Malvarrosa no es un libro de memorias. "Lo que le sucede al protagonista, a veces yo mismo y otras no, le puede ocurrir a cualquier adolescente entrando en la juventud. Todos los cambios de edad o de estado est¨¢n marcados por ritos de iniciaci¨®n. Mi h¨¦roe, aunque. h¨¦roe m¨ªnimo, se inicia con un viaje en un tranv¨ªa amarillo Y azul, que iba desde Valencia a la playa de la Malvarrosa".
En la novela hay adem¨¢s canciones de la ¨¦poca, cr¨ªmenes famosos y escritura. "Un escritor a final de siglo se puede permitir cualquier lujo, ser soez, cruel, desmedido, pero hoy no se puede permitir ser cursi". Vicent confiesa que no ha le¨ªdo la novela. "La he escrito muy r¨¢pido, y la rapidez tiene ventajas e inconvenientes; no se profundiza, pero dejas sumergida o ciega una parte de tu escritura y funciona ps¨ªquicamente, te hace aflorar cosas de forma inconsciente".
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