"No s¨¦ muy bien qu¨¦ hay que hacer para que la gente vaya al teatro"

Jes¨²s Cracio, asturiano de 48 a?os, y madrile?o por vecindad desde hace 22, produce una obra de teatro, sobre un texto de Jean Claude Grumberg, en la que tambi¨¦n act¨²a. Los otros son tres historias y un toque de atenci¨®n. Reci¨¦n alzado el tel¨®n, su personaje, Mich¨², se manifiesta como un chivato siniestro que sale, acusador y. terriblemente chistoso, precisamente del patio de butacas, donde conciencias en apariencia calmas miran un escenario de escaso presupuesto.Pregunta. Los otros se programa dentro de un ciclo de teatro refrescante.

Respuesta. Desde luego, era una idea mucho m¨¢s veraniega, una especie de teatro de aire fresco para el mes de agosto, pero otras obras, arreglos del local, obligaron a ajustar -el calendario, y el nombre qued¨® tal cual. Yo a lo nuestro le llamar¨ªa m¨¢s bien teatro del escozor. Alg¨²n cr¨ªtico nos ha llamado comedia de sonrisa helada.

P. Las cr¨ªticas a la funci¨®n han sido muy buenas, pero se lamentan ustedes de la escasa afluencia de p¨²blico.

R. Es tremendo. Yo no s¨¦ muy bien c¨®mo hay que hacer las cosas para que la gente vaya al teatro. Un presupuesto peque?o llega para pagar unos sueldos normalitos, un par de sillas, una mesa y poco m¨¢s. Ni consiguiendo que tus amigos te regalen la banda sonora y los carteles queda dinero para una buena campa?a de publicidad.

P. Porque el tema no puede ser m¨¢s actual, ni estar en un barrio m¨¢s adecuado.

R. Eso pienso yo. Los otros son tres historias de parejas, donde todo sirve de excusa para insistir en el tema de la intolerancia. Vivo aqu¨ª al lado, a espaldas de nismo teatro Alfil, y el clima del barrio lo dice todo.

P. ?Es ¨²til seguir insistiendo en el teatro?

R. El teatro es una gran mentira que sirve para contar grandes verdades. Una de las tres historias, por ejemplo, refleja el miedo de una pareja ante el televisor, escuchando c¨®mo se monta una caza y captura de ciudadanos pelirrojos.

Jean Claude Grumberg, el autor del texto, es jud¨ªo, y eso tambi¨¦n se nota.

P. Un asturiano como usted no es precisamente un emigrante discriminado...

R. Pero todo el que ha estado en Burdeos, por ejemplo, en los sesenta, ha podido comprobar cu¨¢ntas de aquellas personas que s¨®lo buscaban un trabajo digno hablaban espa?ol. Como dice el director de la funci¨®n, Roberto Cerd¨¢, lo mismo da negros, homosexuales o parados. No hay para todos y no estamos dispuestos a repartir, pero ?y si un d¨ªa nos confunden con ellos?

P. ?Le resulta c¨®modo ser dirigido por Cerd¨¢, alguien mucho m¨¢s joven que usted?

R. Absolutamente. Roberto y yo nos conocemos bien y hemos trabajado muchas veces juntos. Aunque parece que, a punto de cumplir los 50, apetece m¨¢s dedicarse a dirigir. Est¨¢ muy bien subirse de vez en cuando al escenario y comprobar c¨®mo se pasa siendo actor. Al fin y al cabo, ¨¦sos fueron mis comienzos, y resulta mucho m¨¢s satisfactorio que producir, por ejemplo.

P. A Madrid vino usted buscando precisamente escuelas de teatro.

R. S¨ª, porque Asturias no daba m¨¢s de s¨ª. Y, por fortuna, pude vivir la mejor ¨¦poca de esta ciudad, cuando no era una capital al uso.

Los otros. Hasta el 4 de diciembre. 20.00. Teatro Alfil. Pez, 10. Tel¨¦fono: 521 42 96.