Asuntos Exteriores asesta un golpe a la aspiraci¨®n independentista de Gibraltar

El Ministerio de Asuntos Exteriores cree que su estrategia empieza a dar frutos. No ha avanzado un ¨¢pice en sus intentos de recuperar la soberan¨ªa sobre Gibraltar, pero con sus denuncias de los tr¨¢ficos il¨ªcitos desde la colonia ha asestado un duro golpe a la reputaci¨®n de la Roca, ha obligado al Reino Unido a reaccionar y ha desbaratado un poco los planes del Ejecutivo del Pe?¨®n para lograr la autodeterminaci¨®n y la independencia.

Despu¨¦s de haber ganado este primer asalto, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, va a intentar marcar algunos puntos en el siguiente. Ma?ana por la noche se entrevistar¨¢ en una residencia en las afueras de Londres con su hom¨®logo brit¨¢nico, Douglas Hurd, y el martes mantendr¨¢ la novena ronda de conversaciones sobre Gibraltar tras 21 meses de interrupci¨®n.La reuni¨®n se produce en un contexto diferente de las anteriores, algo m¨¢s propicio a Espa?a. Las denuncias, acompa?adas de datos, sobre los contrabandos de tabaco y hach¨ªs, que se generan desde la colonia junto con el blanqueo de dinero han hecho mella. Para manifestar su descontento ante el auge del contrabando, el Ministerio del Interior reforz¨® hace mes y medio los controles aduaneros de la Verja con el consiguiente perjuicio para la econom¨ªa de la Roca.

El Gobierno brit¨¢nico se tom¨® en serio las quejas espa?olas. Hurd dio a finales de septiembre un fuerte tir¨®n de orejas al ministro principal de la colonia, Joe Bossano. De viva voz, en Londres, y a trav¨¦s de una carta, le dio un ultimatum, hasta principios de 1995, para introducir en la legislaci¨®n local 51 directivas bancarias y financieras de la Uni¨®n Europea que facilitan la lucha contra el blanqueo de dinero y acrecientan la transparencia fiscal.

El secretario del Foreign Office amenazaba en su misiva con sancionar a la colonia. Londres podr¨ªa, seg¨²n se deduce de la advertencia, gobernar directamente el Pe?¨®n tal y como se lo permite la Constituci¨®n de 1969. Bossano, aparentemente, se asust¨® y anunci¨® que las directivas y reglamentos ser¨ªan traspasados "inmediatamente".

Paralelamente, el Foreign Office protestaba en dos ocasiones ante Exteriores por las trabas puestas para cruzar la verja que separa- a Gibraltar de La L¨ªnea. El principal ¨¦xito de la diplomacia espa?ola no consiste en obligar a Londres a tomar cartas en los turbios asuntos de su colonia. Las quejas han logrado una avalancha de reportajes en la prensa brit¨¢nica sobre los tr¨¢ficos il¨ªcitos que se fomentan desde Gibraltar y la incapacidad o pasividad del Reino Unido para atajarlos.Los editoriales tambi¨¦n son receptivos con las tesis espa?olas. Hasta el diario ultraconservador Daily Telegraph afirmaba el viernes que "el futuro hist¨®rico de Gibraltar consiste en ¨²ltima instancia en unirse a Espa?a y es una esperanza leg¨ªtima que alg¨²n d¨ªa los gibraltare?os ver¨¢n que sus intereses se sit¨²an en ese camino".

Estas informaciones y comentarios suponen un serio rev¨¦s para la aspiraci¨®n independendista de Bossano y sus seguidores, que Madrid y, en menor medida, Londres, siempre han descartado. "Jur¨ªdicamente no ten¨ªan derecho a ello, pero ahora m¨¢s que nunca ha quedado excluido que gentes que permiten tales tr¨¢ficos puedan acceder a la independencia", comenta un diplom¨¢tico espa?ol.

Transformar estos logros en transferencias de soberan¨ªa ser¨¢, sin embargo, harto dif¨ªcil. Solana, seg¨²n el Financial Times, propondr¨¢ nuevas f¨®rmulas -arrendamiento del territorio como Hong Kong o soberan¨ªa compartida- que sus predecesores ya pusieron sobre el tapete sin ning¨²n ¨¦xito.