Geometr¨ªa taurina de Mariano Ramos
La maravillosa geometr¨ªa de Mariano Ramos, la inmadurez de Mauricio Portillo y el valor sereno del venezolano Leonardo Ben¨ªtez se enfrentaron a un encierro bronco y peligroso.Con el soso segundo, que tra¨ªa la cabeza arriba, Mariano Ramos mostr¨® recursos y eficacia. Meti¨®n en el enga?o al astado y se dio el lujo de realizar mandones muletazos por la derecha. Como el adversario se violent¨®, traste¨® por la cara.
Con el fiero cuarto, Ramos interpret¨® su tauromaquia, que es una concomitante de poder y clase. Someti¨® la embestida descompuesta y cuaj¨® una faena con perfiles de maestro. En un mismo terreno esculpi¨® series de templados derechazos y oblig¨® al burel a que girara en c¨ªrculos, llevando emoci¨®n a los tendidos.
San Marcos / Ramos, Portillo, Ben¨ªtez
Cinco toros de San Marcos (7? sobrero, de regalo) y 2? y 3? de San Mateo, bien presentados y armados, con casta y duros. Mariano Ramos: abucheos; oreja. Mauricio Portillo: aplausos y salida al tercio; pitos. Leonardo Ben¨ªtez, que confirm¨® la alternativa: aplausos y salida al tercio; palmas; aplausos.Monumental Plaza M¨¦xico, 18 de diciembre. Media entrada.
Maurico Portillo no entendi¨® al codicioso tercero y no pudo con su energ¨ªa. Pero a la hora de la suerte suprema se entreg¨® dando el pecho y con la vista fija en el morrillo.
En el quinto toro se revivi¨® la pelea en quites. Ben¨ªtez combin¨® con quietud chicuelina y tafallera y Portillo realiz¨® gaoneras. Pero despu¨¦s el diestro de Morelia no pudo con la acometividad del corn¨²peta.
Al d¨¦bil toro de confirmaci¨®n de alternativa, Leonardo Ben¨ªtez lo recibi¨® con lances a pies juntos. Se adorn¨® en un quite por ajustadas gaoneras y en alegres pares de banderillas. Su valiente labor con la pa?osa fue en la cara de la aplomada bestia y con aguante le exprimi¨® las pocas embestidas que ten¨ªa. Ejecut¨® en dos ocasiones el pase de la dosantina que le fue muy aplaudido.
El venezolano abrevi¨® con el medroso sexto pues por su mansa peligrosidad no era posible torearlo. Luego regal¨® el sobrero, que sali¨® con muchas patas y nervio. Aprovechando su movilidad, le recet¨® otra vez la combinaci¨®n de chicuelina y tafallera, y se luci¨® con los palitroques, aunque en el tercer par fue cogido aparatosamente, sin consecuencias. El burel lleg¨® crudo al ¨²ltimo tercio, ya base de temeridad, logr¨® algunos pases en los que pudo con el agresivo recorrido del bicho.
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