El modelo roto

Los IDUS de diciembre son fatales para Mario Conde. Hace un a?o le intervinieron su banco y un juez lo meti¨® ayer en la c¨¢rcel. El que fue presidente de Banesto durante seis a?os y se autopromovi¨®, arropado por un amplio aparato medi¨¢tico, como modelo de la llamada sociedad civil, no ha podido hacer frente a los indicios que le acusan de haberse enriquecido personalmente con operaciones que causaron quebrantos de 7.000 millones al banco. Hechos que el juez ha tipificado como delitos de estafa y apropiaci¨®n indebida. La prisi¨®n cautelar dictada por el magistrado no anula en todo caso la presunci¨®n de inocencia hasta que se celebre en su d¨ªa un juicio con todas las garant¨ªas.El desenlace era previsible una vez que su lugarteniente Roman¨ª fuera encarcelado la semana pasada bajo la acusaci¨®n de id¨¦nticos delitos. De todos los implicados en la querella por el caso Banesto Conde era el que menos probabilidades ten¨ªa de salir airoso del trance de la declaraci¨®n ante el juez. Y no porque un fantasmal sistema hubiera decretado de antemano meter a Mario Conde en la c¨¢rcel, como ha intentado vender ¨¦l mismo y han propalado sus propagandistas, sino porque ninguno de los implicados tuvo una intervenci¨®n tan directa y decisiva en cada una de las operaciones irregulares detalladas en la querella del fiscal.

El juez Garc¨ªa-Castell¨®n ha dado pasos importantes para desvelar la trama de intereses que se mov¨ªa por debajo de tales operaciones. Su decisi¨®n de decretar la prisi¨®n provisional sin fianza para Mario Conde, basada en la gravedad de los hechos que se le ?mputan, el perjuicio ocasionado a Banesto y a sus accionistas y la alarma social producida, no desvela todav¨ªa toda la magnitud de las conexiones que puedan existir entre la actuaci¨®n del antiguo n¨²mero uno de Banesto y los delitos que se contemplan en la querella del fiscal. Pero el juez entiende que tales conexiones son lo bastante consistentes como para adoptar la m¨¢s grave medida cautelar: prisi¨®n incondicional.

Conde no ha sido capaz de convencer al juez de lo que ha sido una hip¨®tesis interesada durante los ¨²ltimos d¨ªas por los pasillos de la Audiencia Nacional: que Roman¨ª ten¨ªa plena autonom¨ªa en la Corporaci¨®n Industrial Banesto y que, por tanto, no cab¨ªa establecer una responsabilidad compartida. Y es que, como ya: puso de manifiesto la comisi¨®n parlamentaria que ha investigado la gesti¨®n de Banesto, la estructura de gobierno de la entidad se caracteriz¨® por una absoluta concentraci¨®n de poder en manos de Conde, que impuso su estrategia personal en contra de los intereses de accionistas, depositantes, clientes y empleados del banco.

Determinar hasta qu¨¦ punto esa concentraci¨®n de poder en manos de Conde, a la que la comisi¨®n parlamentaria atribuye efectos perniciosos sobre la gesti¨®n de Banesto, se proyect¨® tambi¨¦n sobre las operaciones delictivas contempladas en la querella del fiscal es, sin duda, el objetivo del proceso judicial. De ello depender¨¢ que Conde pueda o no ser implicado en todas ellas o s¨®lo en algunas, as¨ª como su mayor o menor responsabilidad penal. Quien dijo querer hacer de Banesto "una estructura de poder m¨¢s compleja de lo que es simplemente un banco" deber¨¢ responder ahora de toda una serie de actos que, unidos a una p¨¦sima gesti¨®n, terminaron por poner en peligro la supervivencia misma de la entidad financiera.