Los cantores de Viena y las fuerzas vivas de Torrelodones

Anusca, de nueve a?os, se remov¨ªa en el asiento el s¨¢bado mientras los Ni?os Cantores de Viena (24 cabecitas mayormente rubias) entonaban sus trinos en el auditorio de Torrelodones (9.000 habitantes) al comp¨¢s que marcaron Mozart o Schumann. Anusca era (casi) la ¨²nica ni?a en el teatro, a rebosar de las fuerzas vivas de la localidad: "Creo que est¨¢n el al calde, el cura, la cu?ada de Aznar...", explicaba una de las espectadoras. El gran vest¨ªbulo de la Casa de la Cultura se hab¨ªa llenado, minutos antes de las ocho, de abrigos de piel y olor a perfume caro. La mitad de los asistentes, invitados por el promotor, el Casino Gran Madrid.

A Anusca, de intensos ojos claros, le hac¨ªa mucha gracia un peque?o cantor gordito y rubio. Su abuela le daba a ratos la mano, cuando no tocaba un imaginarlo piano al son de la m¨²sica. Estaba, en la fila 11, toda la familia: la madre, el padre, el hermano y los abuelos de Anusca, todos de Torrelodones. Y detr¨¢s, Mar¨ªa Eugenia, con su hija adolescente, llegadas las dos desde Las Rozas para ver por tercera vez a los cantores. "Mira que yo llam¨¦ al Auditorio. Nacional, que es mejor sitio; y me dijeron, que no, que all¨ª no actuaban", dec¨ªa la madre.

"Unas 100 personas, de unas 500 plazas que tiene el teatro, son de Madrid", dec¨ªa orgulloso Carlos Amell, el concejal de Cultura (PP), durante uno de los entreactos, vaso en mano. "En Viena no puedes ni verlos, tienes que comprar entradas con mucha antelaci¨®n, y encima te clavan 20.000 pesetas". En Torrelodones, los ni?os cantores sal¨ªan a 4.000 pesetas. "Nuestro gerente, Luis Abella, est¨¢ al tanto de las giras, y si el grupo est¨¢ de paso. en Madrid, los contrata", explic¨® el edil. Una pareja de conciudadanos bronceados por los aires de la sierra depart¨ªa con el concejal: "Es estupendo no tener que bajar a Madrid para ver esto", dec¨ªa la se?ora, cuyos siete hijos estaban aherrojados en casa por los nietos, "adem¨¢s", continuaba, "en Madrid nunca hay entradas".