Hollywood naufraga en su peor crisis creativa
La falta de imaginaci¨®n y el p¨¢nico financiero acosan a la industria del 'glamour'
Nunca, desde el advenimiento del cine sonoro, en los a?os veinte, o al menos desde la revoluci¨®n del v¨ªdeo de los setenta, hab¨ªa estado sumida la industria del cine en un clima de tanta ansiedad. Pese al barniz de glamour y las sorprendentes sumas de dinero prodigadas incluso entre ejecutivos de segunda fila, la industria se enfrenta a un laberinto de miedos financieros, perplejidad creativa y casi paralizantes dudas sobre s¨ª misma. Tantas pel¨ªculas de 1994 fueron consideradas poco originales, violentamente descerebradas, adolescentes o tibias, que la industria lo tiene dif¨ªcil para nombrar cinco t¨ªtulos que puedan ser propuestos para el Oscar a la mejor pel¨ªcula.
1994 fue un a?o de cambios s¨ªsmicos en la estructura de poder de Hollywood y de notables fracasos por parte de los estudios a la hora de producir pel¨ªculas de primera categor¨ªa. Los resultados financieros fueron igualmente desalentadores: de 332 pel¨ªculas estrenadas, se estima que menos de un tercio obtendr¨¢n beneficios."La situaci¨®n est¨¢ empeorando", dice Sidney J. Sheinberg, presidente de MCA Inc., que supervisa los, estudios Universal. "La realidad es que las pel¨ªculas cuestan m¨¢s y m¨¢s, el beneficio obtenido es cada vez menor y cada vez m¨¢s gente est¨¢ percibiendo el, negocio como algo no tan maravilloso".
Una serie de sacudidas ha puesto al descubierto el peligroso estado del negocio. Sony Corp., que posee los estudios cinematogr¨¢ficos Columbia y TriStar, cancel¨® pasmosamente en noviembre una deuda de 2,7 billones de d¨®lares (356.400 millones de pesetas) despu¨¦s de varios a?os de fracasos con grandes presupuestos, enormes inversiones empresariales (que enriquecieron a los ejecutivos autores de los fiascos) y costosas renovaciones.
Despu¨¦s de una d¨¦cada de gesti¨®n estable, Walt Disney Co. soport¨® una ri?a furiosa entre Michael Eisner, director de la compa?¨ªa, y jeffrey Katzenberg, cabeza del estudio. La trifulca concluy¨® con la creaci¨®n de un potencial estudio rival cuyos due?os son Katzenberg, el director Steven Spielberg y el magnate multimillonario de la industria de grabaci¨®n David Geffen.
Beneficios
Todo esto se desarroll¨® con un fondo de tendencias desalentadoras en los ¨²ltimos a?os. Los m¨¢rgenes de beneficios se han reducido en la pasada d¨¦cada, el p¨²blico de las salas de cine se ha estabilizado y las estrategias econ¨®micas se han quedado descompuestas.
El promedio del coste de una. pel¨ªcula se sit¨²a en 30 millones de d¨®lares (3.900 millones de pesetas), el doble que hace una d¨¦cada. Los costes de promoci¨®n se han triplicado en los ¨²ltimos 15 a?os, llegando a los 15 millones de d¨®lares (1.980 millones de pesetas) o mucho m¨¢s. As¨ª, la mayor¨ªa de las pel¨ªculas, quiz¨¢ el 70%, no dan beneficios.
?Por qu¨¦, entonces, los grandes estudios no se tambalean? El v¨ªdeo, las televisiones sindicadas y las ventas al extranjero amortiguan las p¨¦rdidas. Y taquillazos como Parque Jur¨¢sico o El rey le¨®n ganan tal cantidad de dinero en el mercado dom¨¦stico y en el extranjero que sus beneficios llegan m¨¢s que para cancelar los numerosos fiascos que los estudios producen.
Aunque el ambiente es ciertamente agrio en Hollywood, agentes y ejecutivos l¨ªderes insisten en que hay signos positivos. El empleo en la industria del cine ha ascendido en cerca de un 40% en la ¨²ltima d¨¦cada, en parte gracias al incremento de la producci¨®n. Y la nebulosa visi¨®n de un futuro interactivo -con un sistema de televisi¨®n por cable con 500 canales que har¨ªa voraz la demanda de nuevas pel¨ªculas- es vista por algunos pode rosos inversores como otra manera de hacer pilas de dinero. Que es, despu¨¦s de todo, de lo que trata Hollywood.
Aunque, sorprendentemente, las reglas de los negocios normales no son aplicables a Hollywood. A diferencia de cualquier otro negocio donde el fracaso tiene repercusiones, la industria cinematogr¨¢fica cierra los ojos. Los ejecutivos, muchos en la treintena con sueldos de siete cifras en d¨®lares, conservan sus puestos y se cambian a otros proyectos. Actores, directores, escritores y productores que cometen fallos salen no s¨®lo ilesos, sino que piden subida de salario en sus siguientes proyectos.
El extra?o estado de la industria fue puesto en evidencia recientemente cuando Sylvester Stallone firm¨® un contrato con, Savoy Pictures Entertainment Inc., que le dar¨¢ al menos 20 millones de d¨®lares (2.640 millones de pesetas) por una pel¨ªcula que a¨²n no ha sido elegida. El impacto lleg¨® a todo Hollywood y otras grandes estrellas tratar¨¢n de apuntarse el tanto.
Kevin Costner, la estrella de Waterworld, ha estado sembrado de fracasos en los ¨²ltimos 18 meses, pero cobra al menos 15 millones de d¨®lares (1.980 millones de pesetas) y un porcentaje de los ingresos. Lo mismo es aplicable a Arnold Schwarzenegger, cuyo t¨ªtulo actual, Junior, es una decepci¨®n en taquilla.
Un productor se queja de que Hollywood est¨¢ lleno de actores que cobran entre tres y cinco millones de d¨®lares (entre 396 y 660 millones de pesetas) y que simplemente no son estrellas. "Joe Pesci, Dennis Quaid, Alec Baldwin: gente que no abre la pel¨ªcula y gana enormes sumas. ?Por qu¨¦? Porque necesitas una pelicula. Una pel¨ªcula para Navidad. Para el verano. Y no puedes conseguir a Tom Cruise. As¨ª que te desesperas. Y vas a por la segunda fila. O a por la tercera".
Los grandes estudios se comprometen cada vez menos en la producci¨®n de pel¨ªculas arriesgadas y potencialmente de primera fila. En vez de eso, se gastan enormes sumas en taquillazos potenciales. o revisiones de ¨¦xitos previos. El vac¨ªo ha sido llenado por los independientes, o casi independientes, como Miramax y New Line, que pertenecen a dos gigantes, Walt Disney Co. y Ted Tumer, pero conservan considerable autonom¨ªa.
?xitos
Entre los mayores ¨¦xitos financieros de 1994, figura Cuatro bodas y un funeral, que cost¨® unos 7,5 millones de d¨®lares (990 millones de pesetas) e ingres¨® 250 (33.000 millones de pesetas).
Algunos poderosos inversores muestran una cualificada, si bien nerviosa, confianza en el futuro. Se?alan la expansi¨®n de los mercados internacionales, en los que algunas pel¨ªculas americanas doblan sus ingresos, y el crecimiento r¨¢pido del mercado del v¨ªdeo. Los estudios obtienen ahora el doble de ingresos de los v¨ªdeos dom¨¦sticos que de las salas. A ello se une un cambio en la tecnolog¨ªa de los hogares ligado a los dispositivos tel¨¦f¨®nicos, de ordenadores y televisores, con la sala de estar convertida en un foco de entretenimiento de cine, deportes, compras y juegos.
Algunos ejecutivos de la industria del espect¨¢culo ven esta llamada d¨¦cada digital como sobredimensionada. Otros poderosos nombres, como Michael Ovitz (Creative Artists Agency), que ha buscado las fuentes para su compa?¨ªa sobre un futuro de interactividad, se muestran incansablemente, confiados. "?Que si soy optimista?", dice Ovitz. "Apuesto mucho en ello".
Babelia
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