EEUU impone sanciones comerciales a China por la 'pirater¨ªa' de productos norteamericanos
Estados Unidos y China pusieron ayer fecha -el 26 de febrero- para el inicio de una guerra comercial que promete paralizar el acercamiento entre dos colosos econ¨®micos y pol¨ªticos de cuya relaci¨®n depende buena parte de la estabilidad mundial. Washington anunci¨® ayer un paquete de duras sanciones contra los productos de importaci¨®n chinos, y Pek¨ªn respondi¨® inmediatamente con la prohibici¨®n, entre otras sanciones, de los medios por los que se introduce en China la cultura norteamericana: los coches, las pel¨ªculas y los programas de televisi¨®n made in USA.
Cumpliendo con su amenaza reiterada, el representante de Comercio de Estados Unidos, Mickey Kantor, anunci¨® ayer que su pa¨ªs impondr¨¢ una carga arancelaria -impuestos a la importaci¨®n- del 100% sobre una gama de mercanc¨ªas chinas que representan 1.060 millones de d¨®lares (unos 140.000 millones de pesetas). "No podemos quedarnos parados mientras los intereses de nuestras industrias de m¨¢s r¨¢pido crecimiento, de nuestras industrias m¨¢s competitivas, son sacrificados en China", declar¨® Kantor en un comunicado.Se trata, seg¨²n recalc¨® la m¨¢s alta autoridad norteamericana en materia de comercio exterior, "de la mayor acci¨®n de represalia jam¨¢s decidida por Estados Unidos". "Ya hab¨ªa advertido", a?adi¨® Mickey Kantor, "que tomar¨ªamos medidas para reducir el acceso chino a los mercados norteamericanos si China no protege nuestros software de computadoras, productos farmace¨²ticos, agr¨ªcolas y qu¨ªmicos, trabajos audiovisuales, libros, peri¨®dicos y marcas cornerciales".20 meses de negociaciones
Estados Unidos ha protestado con insistencia, durante m¨¢s de 20 meses de negociaciones, de que las f¨¢bricas chinas hacen una sistem¨¢tica pirater¨ªa de esas mercanc¨ªas norteamericanas y las colocan en los mercados, principalmente asi¨¢ticos, a precios diez veces por debajo de los reales. Seg¨²n las informaciones difundidas por Kantor, est¨¢n identificadas al menos 29 f¨¢bricas de discos compactos en la costa sur de China dedicadas a la pirater¨ªa de productos y patentes. Tambi¨¦n seg¨²n c¨¢lculos de Washington, la industria audiovisual y farmace¨²tica estadounidense pierde cada a?o unos 830 millones de d¨®lares por la copia o reproducci¨®n de productos; y las empresas programas de computadores pierden otros 320 millones de d¨®lares. Incluso se sostiene en la Administraci¨®n norteamericana que algunas de las empresas piratas tienen conexiones con las autoridades chinas.
En su decisi¨®n, el Gobierno estadounidense deja 22 d¨ªas de espera antes de que las sanciones entren en vigor, pero es dudoso que en ese plazo negociaciones entre los dos pa¨ªses puedan evitar la guerra comercial. Kantor explic¨® que esta demora no es para dar tiempo a las conversaciones, sino para permitir que pasen la frontera en las condiciones actuales los productos chinos que ya est¨¢n camino de Estados Unidos.
Apenas media hora despu¨¦s del comunicado de Washington, una nota del ministerio de Comercio Exterior de China contestaba con sanciones casi id¨¦nticas "por la necesidad de salvaguardar la soberan¨ªa y la dignidad" de ese pa¨ªs. Seg¨²n Pek¨ªn, en los ¨²ltimos 10 a?os se ha levantado un complejo y completo sistema de protecci¨®n de los derechos de propiedad intelectual en su territorio. En su opini¨®n, las acusaciones de pirater¨ªa son un invento de quienes quieren "imponer empresas y editoriales exclusivamente extranjeras".
El Gobierno chino impondr¨¢, tambi¨¦n a partir del pr¨®ximo d¨ªa 26, un arancel del 100% sobre cassettes, discos compactos, rollos de pel¨ªcula, elementos de computadoras, video juegos, bebidas alcoh¨®licas, cigarrillos y cosm¨¦ticos. Estados Unidos vende en China casi 14.000 millones de d¨®lares al ano. Al mismo tiempo, los dirigentes comunistas han decidido suspender por completo las importaciones de pel¨ªculas de cine, programas de televisi¨®n, v¨ªdeos y discos l¨¢ser producidos en Estados Unidos.
Adem¨¢s, el Ministerio de Comercio Exterior ha ordenado tambi¨¦n la suspensi¨®n de las conversaciones que sosten¨ªan con las empresas de autom¨®viles norteamericanos para proyectos de fusi¨®n con marcas chinas. Asimismo, el Gobierno chino cancelar¨¢, a partir del d¨ªa 26, la aprobaci¨®n del establecimiento de empresas filiales o de oficinas de representaci¨®n en China de industrias de Estados Unidos pertenecientes a esos sectores, as¨ª Como del qu¨ªmico y del farmace¨²tico. El castigo contra el cine y los autom¨®viles es, tal vez, el m¨¢s significativo desde el punto de vista pol¨ªtico y econ¨®mico. El mercado chino, potencialmente de 1.200 millones de consumidores, es sin duda el m¨¢s atractivo del mundo, por su volumen, evidentemente, y por su escaso grado de saturaci¨®n. Un retroceso en la penetraci¨®n norteamericana, tanto cultural como econ¨®mica, puede causar un serio da?o a Estados Unidos de cara al futuro.
Para China, aunque las sanciones tan s¨®lo afectan a un 5% del total de 21.460 millones de d¨®lares que en el ejercicio de 1994 vendi¨® en el mercado norteamericano -sin tener en cuenta lo que pasa por Hong Kong-, est¨¢ guerra supondr¨ªa, sin embargo, un importante freno en su acelerado crecimiento econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os. Si se considera que las exportaciones chinas a los Estados Unidos crecieron en casi 5.000 millones de d¨®lares entre 1993 y 1994, cualquier obst¨¢culo que detenga ahora. ese ascenso espectacular es un. grave problema interno para el, Gobierno chino y para el pa¨ªs.
M¨¢s a¨²n porque este conflicto se produce justamente cuando la naci¨®n m¨¢s poblada de la Tierra se encuentra en medio de un delicado proceso de sucesi¨®n del hombre que ha sido impulsor y gu¨ªa de los ¨²ltimos cambios en China, Deng. Xiaoping.
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