Cenar
Nunca he comprobado la afirmaci¨®n que a veces se hace de que en Madrid hay m¨¢s bares, tascas y restaurantes que en toda Escandinavia. Creo que es verdad, y que el c¨¢lculo se queda corto, de. manera que podr¨ªan a?adirse a la cuenta los pa¨ªses b¨¢lticos y la misma Rusia, donde no hay quien se tome un caf¨¦ y se necesita recomendaci¨®n para encontrar sitio en un restaurante.La abundancia de establecimientos p¨²blicos se debe, a mi juicio, a que Madrid padece del mal de claustrofobia y odia estar' en casa o en la oficina. Por la ma?ana, la ciudad sale a tomar caf¨¦ y, si la crisis lo permite, come y cena fuera de casa. Es frecuente llamar a alguien y que le digan que "ha salido a tomar caf¨¦" o, empleando una f¨®rmula m¨¢s disimulada, que "est¨¢ reunido". Hace a?os -eran otros tiempos-, un caballero se hizo famoso porque, cuando sal¨ªa, encargaba que, si llamaba alguien, le dijeran: "El se?or no puede ponerse porque est¨¢ en oraci¨®n".
La otra noche estuve en lo que se podr¨ªa llamar un restaurante-espect¨¢culo, no porque alguien saliera a cantar o a bailar, sino porque el restaurante era en s¨ª un espect¨¢culo.
A la puerta hab¨ªa un cartel que dec¨ªa: "Hemingway nunca estuvo aqu¨ª". Y otro con la leyenda: "Esta casa no la dise?¨® Gaud¨ª". Situado en el Arco de Cuchilleros, el establecimiento se llama -abreviatura cheli- El Cuchi, y ofrece especialidades mexicanas. En los fines de semana est¨¢ a rebosar, y los camareros parecen pasarlo muy bien bromeando con los clientes.
Cuando alguien va all¨ª a celebrar su cumplea?os, le cantan el Happy birthday to you, con una letra que dice Rana verde eres t¨². Un cartel advierte: "Para encontrar los servicios, seguir las flechas del suelo. Cuando no hab¨ªa flechas, era muy raro que los clientes llegaran a tiempo".
El n¨²mero fuerte del restaurante es cuando, despu¨¦s de la cena, el camarero le pone al cliente un casco de pl¨¢stico, le golpea por encima con un vaso de tequila y se lo hace beber de un trago mientras le sacude la cabeza "para que le caiga bien". El camarero que nos toc¨® era mexicano, pero se empe?¨® en decir que no: "Soy de Noruega, dijo, pero de la parte soleada".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.