Sergi: "La paz nos permite jugar con m¨¢s tranquilidad"

Sergi Bruguera, de 24 a?os, quiso lanzar ayer un ¨²ltimo mensaje de paz para que definitivamente todo el mundo se olvide de la guerras internas en que ha vivido el tenis espa?ol en los ¨²ltimos a?os. "Hemos superado ya todos los problemas y los hemos olvidado. Y eso nos permite jugar m¨¢s tranquilos", se?al¨®.Fue la ¨²ltima demostraci¨®n palpable de la nueva actitud que reina en el equipo. En la conferencia de prensa posterior al doble, Sergi se abraz¨® a Emilio S¨¢nchez cuando un periodista le sugiri¨® que todo el mundo esperaba una victoria para que los f¨®t¨®grafos pudieran inmortalizar el abrazo de la concordia.

"Las cosas han cambiado" a?adi¨® Bruguera. "Antes jugabas un partido sabiendo que si perd¨ªas pod¨ªan machacarte y eso complicaba a¨²n m¨¢s la Copa Davis. Ahora el capit¨¢n decide y los jugadores luchamos a tope para intentar ganar. Cada vez afrontamos mejor esta competici¨®n y acabaremos jug¨¢ndola muy bien".

Seg¨²n Bruguera, es necesario que Espa?a alcance una final o gane la Copa Davis para quitarse la presi¨®n. "Es lo mismo que me ocurri¨® a m¨ª cuando gan¨¦ en

Roland Garros. Si llegamos a la final estaremos m¨¢s tranquilos, con menos nervios. Lo habremos hecho y nadie podr¨¢ exigirnos nada m¨¢s", dijo.

Sobre el doble, Sergi asegur¨® que nunca m¨¢s se lograr¨¢ un d¨²o tan s¨®lido como el formado por Emilio S¨¢nchez y Sergio Casal. "Ahora eso es impensable. Ning¨²n jugador espa?ol de ¨¦lite puede dedicarse al doble, porque ganamos muchos partidos individuales y nos agotar¨ªamos en a?o y medio. El problema es que Casal est¨¢ al final de su carrera y se lesiona mucho. Hay que seguir intentando formar un buen doble. Yo no soy especialista, pero har¨¦ lo que el capit¨¢n me diga"

A Bruguera le trae mucha m¨¢s cuenta jugar torneos que la Copa Davis. De la mayor parte de los torneos en que participa no se va con menos de 10 millones de pesetas entre premios y fijos. As¨ª, los motivos que llevan a los jugadores espa?oles a apasionarse por la Copa Davis no son econ¨®micos, sino personales y sentimentales.