"Los insumisos estamos ganando la batalla"
Rahola, Camacho y Frutos se autoinculpan en el juicio al pacifista Julio Rodr¨ªguez
![Miguel Gonz¨¢lez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fddbddc3c-c44a-42bd-92a6-bfe243bd41e4.jpg?auth=884052354661878081b5abb0f7daf07371836e0609c3f6a734727284d2699e83&width=100&height=100&smart=true)
"Los insumisos estamos ganando la batalla. El Estado la est¨¢ perdiendo". Julio Rodr¨ªguez, abuelo de los insumisos espa?oles -con sus 33 a?os, aprovech¨® el derecho que asiste a todo acusado a decir la ¨²ltima palabra en su juicio para lanzar un alegato en contra de los ej¨¦rcitos.No le import¨® pulverizar las argucias legales de su abogado, Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, m¨¢s conocido como acusador popular del caso GAL, quien busc¨® la absoluci¨®n t¨¦cnica alegando que no consta que fuese declarado ¨²til para el servicio militar. Al contrario, Rodr¨ªguez se ofreci¨® a entregar al tribunal la documentaci¨®n que no hab¨ªa conseguido aportar el fiscal. "Ees un problema de la acusaci¨®n, no de la defensa", tuvo que refrenarle el juez Jos¨¦ Antonio Alonso, portavoz de Jueces para la Democracia, una asociaci¨®n que se ha pronunciado inequ¨ªvocamente contra el encarcelamiento de los insumisos.
El acusado dio la raz¨®n al fiscal al admitir que era consciente de incumplir la ley cuando se neg¨® a hacer tanto la mili como la prestaci¨®n sustitutoria y, frente a los argumentos de su abogado, quien consider¨® incoherente que la insumisi¨®n se castigue igual que la tortura o la estafa y con m¨¢s dureza que el tr¨¢fico de influencias, calific¨® de "peque?a" la pena de dos a?os y cuatro meses de c¨¢rcel que le pide el fiscal, "comparada con siglos de opresi¨®n".
Las sesenta personas, muchas de pie, que abarrotaban la reducida sala de vistas del juzgado de lo Penal n¨²mero 14 de Madrid prorrumpieron en un aplauso, primero t¨ªmido y luego clamoroso, cuando acab¨® el alegato recordando que la ¨²nica forma de cambiar algunas leyes es desobedecerlas". En la calle esperaban varias decenas de j¨®venes. Eran insumisos y alumnos del instituto de bachillerato de Coslada Louis Braille, donde Julio Rodr¨ªguez imparte clase.
El reo, como ¨¦l se defini¨®, acudi¨® bien arropado a los juzgados, y no s¨®lo por estudiantes. Los diputados Pilar Rahola, de Esquerra Rep¨²blicana de Catalunya (ERC) y Francesc Frutos, de Izquierda Unida; el presidente de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho; la feminista Empar Pineda; el pacifista Manuel Gar¨ª; y los catedr¨¢ticos de ?tica, Javier S¨¢daba y de Filosof¨ªa, Gabriel Albiac; entre otros, se autoinculparon de haberle inducido a hacerse insumiso. No pareci¨®, a juzgar por lo escuchado, que les resultara dif¨ªcil convencerlo.
El fiscal, visiblemente inc¨®modo en su papel, hasta el punto de que prefiri¨® que no se difundiese su nombre, asisti¨® mudo al desfile de los testigos. Rahola calific¨® la insumisi¨®n de "valor social, moral y pol¨ªtico"; Frutos se confes¨® subversivo" por instigar a los j¨®venes a seguir el ejemplo de Julio Rodr¨ªguez; y Camacho consider¨® a quienes cumplen la prestaci¨®n social de "siervos modernos, obligados a trabajar sin que se les pague".
Julio Rodr¨ªguez, veterano de todas las campa?as pacifistas de la d¨¦cada de los ochenta, del OTAN no al Bases fuera, milita en la actualidad de la asociaci¨®n Paz Ahora, con la que ha viajado varias veces a Bosnia con caravanas de ayuda humanitaria. All¨ª ha podido constatar, seg¨²n sus palabras, "las devastadoras consecuencias de la existencia de los ej¨¦rcitos"
En 1989, renunci¨® a la condici¨®n de objetor para no beneficiarse de la amnist¨ªa que el Gobierno concedi¨® a 22.000 j¨®venes, que pasaron directamente a la reserva sin cumplir la prestaci¨®n sustitutoria. El 14 de marzo de 1990 fue llamado a incorporarse a filas en la base de Viator (Almer¨ªa) pero se neg¨® en redondo, seg¨²n dijo, para compartir la suerte de los insumisos m¨¢s j¨®venes y tener "el honor de ser encarcelado por mis ideas".
El fiscal admiti¨® que la actitud de los insumisos resulta "leg¨ªtima", que sus argumentos "son compartidos sin duda por una parte de la ciudadan¨ªa" y que incluso jueces y fiscales pueden entender su postura pero, advirti¨®, "no es ¨¦se nuestro trabajo, sino del Parlamento", por lo que, "con la ley en la mano", los tribunales no pueden hacer otra cosa que condenarlos.
El defensor, adem¨¢s de recordar el amplio respaldo social que tienen los insumisos, apoy¨¢ndose en las encuestas; subray¨® con iron¨ªa que, al haber superado los 30 a?os, edad a la que se queda exento de la mili, a Rodr¨ªguez "ni siquiera le cabe la posibilidad de arrepentirse pues, si sufriera una s¨²bita conversi¨®n y pretendiese hacer la mili, no lo admitir¨ªan por viejo"
Seis a?os de insumisi¨®n
El 20 de febrero de 1989, unos 60 objetores de conciencia en situaci¨®n de pr¨®fugos o desertores se presentaban voluntariamente en los gobiernos militares de toda Espa?a. La entrega voluntaria y masiva de estos j¨®venes, muchos en busca y captura, pill¨® por sorpresa a los jueces militares, qu¨¦ s¨®lo ordenaron la detenci¨®n de tres de ellos. Hab¨ªa nacido la insumisi¨®n. Y estaba claro que constitu¨ªa un desaf¨ªo.Hoy hay 157 insumisos presos en las c¨¢rceles espa?olas. La mayor parte (99) est¨¢n en tercer grado, por lo que s¨®lo acuden a prisi¨®n a pernoctar. Los dem¨¢s est¨¢n en r¨¦gimen cerrado, por haber quebrantado el tercer grado o estar a la espera de juicio. Las prisiones con m¨¢s insumisos son Pamplona (76), Zaragoza (19) y Bilbao (15).
El proyecto de C¨®digo Penal sustituye la pena de c¨¢rcel por la inhabilitaci¨®n para empleos p¨²blicos y contratos con la administraci¨®n durante un periodo de hasta 14 a?os, lo que los objetores consideran la "muerte civil".
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