El palacio de Franco languidece entre las dudas
El palacio del Canto del Pico, que lleg¨® a ser residencia de nobles, lugar de descanso de Maura, cuartel general del Ej¨¦rcito republicano y refugio del dictador Franco en las tardes calurosas, es ahora s¨®lo un viejo caser¨®n arrasado por la rapi?a de los desaprensivos. El palacio, construido a principios de siglo con elementos arquitect¨®nicos y art¨ªsticos tra¨ªdos de toda Europa, languidece en Torre lodones. La empresa brit¨¢nica SHL, su propietaria desde 1988, duda todav¨ªa entre convertirlo en hotel de lujo o permutarlo por terrenos. Por el momento, guardas y perros vigilan que nadie intente una nuevo saqueo.
Jos¨¦ Mar¨ªa del Palacio y Ab¨¢rzuza (1866-1940), conde de las Almenas, fue noble obsesionado por el arte. Experto en pintura, arquitectura y escultura, recorri¨® Europa asistiendo a subastas y a mercados de arte. Enamorado del rom¨¢nico y del g¨®tico reuni¨® centenares de obras art¨ªsticas procedentes de palacios, castillos, monasterios e iglesias en ruinas. En 1920, con todos estos elementos, comenz¨® la construcci¨®n de su gran sue?o: un palacio que aglutinase toda su colecci¨®n.El palacio, de 2.000 metros cuadrados divididos en tres plantas, se alza a 1.100 metros de altitud en mitad de una finca de 100 hect¨¢reas de bosque aut¨®ctono en el t¨¦rmino municipal de Torrelodones (9.300.habitantes).
La entrada al palacio es espectacular. Un gigantesco port¨®n, procedente de un castillo ya desaparecido, permite el acceso. Junto a la escalera de subida descansa una sepultura en alabastro del siglo XV. "No hemos conseguido conocer la procedencia exacta de este sepulcro. Existen muchos elementos de la mansi¨®n de los que desconocemos su origen comenta Juli¨¢n Gonz¨¢lez de Bedoya, portavoz de SHL.
Cerca del sepulcro medieval se oculta una l¨¢pida que recuerda que en el caser¨®n muri¨® el pol¨ªtico Antonio Maura. Unos metros m¨¢s all¨¢ se descubre un angelote g¨®tico que fue destrozado a pedradas.
"Recorrer la mansi¨®n es recordar una triste historia. A mediados de los a?os ochenta, la vigilancia policial de la finca fue retirada. A nadie le interesaba cuidar la vieja residencia de Franco. Anticuarios, chamarrileros y desaprensivos la arrasaron", comenta el portavoz.
"Mire, arrancaron de cuajo la escultura medieval que presid¨ªa esta esquina. Robaron las columnas g¨®ticas del palacio del Infante [Zaragoza]. Observe la ventana flam¨ªgera, fue machacada. Los azulejos castellanos del rellano est¨¢n hechos a?icos. Intentaron arrancar las verjas del monasterio de las Salesas [Madrid]", rememora.
Los miles de libros de la biblioteca ardieron en las chimeneas. "Algunas personas entraron y como no hab¨ªa calefacci¨®n, quemaron los vol¨²menes para calentarse. El ca?oncito mec¨¢nico que lanzaba salvas al mediod¨ªa tambi¨¦n desapareci¨®. ?Por qu¨¦ lo hicieron?", pregunta Gonz¨¢lez de Bedoya.
Los altos techos del palacio han llegado bien conservados. Proceden de casas solariegas de Toledo del siglo XVI y de castillos ¨¢rabes. La altura a la que se alzan les salv¨® de la rapi?a.
Cuartel general republicano
El saqueo general contrasta con la actitud de las personas que habitaron, durante a?os, este palacio declarado monumento hist¨®rico-art¨ªstico en 1930. "Indalecio Prieto y los generales Miaja y Rojo siguieron desde sus balcones la batalla de Brunete. Fue cuartel general del Ej¨¦rcito republicano durante la guerra civil. Desde ¨¦l se contemplan 37 pueblos. Cuando lo abandonaron no faltaba ni un ladrillo", dice Bedoya.El conde de las Almenas, que perdi¨® a su ¨²nico hijo y a su esposa durante la guerra, sufri¨® a su t¨¦rmino una fuerte depresi¨®n. A partir de entonces vivi¨® solitario en el mundo que hab¨ªa creado. Dej¨® la mansi¨®n en herencia a Franco en 1940. El general la utiliz¨® entonces como lugar donde pasar las tardes. Bedoya explica: "En este lugar", se?ala un balc¨®n rodeado por el claustro del monasterio cisterciense de Tabernes [Valencia], "pint¨® algunos de sus cuadros".
En 1975, el palacio pas¨® a ser propiedad de los herederos del general Franco. En 1988, su triste historia fue vendida por 320 millones de pesetas. Sus actuales propietarios dudan todav¨ªa que har¨¢n con ¨¦l. "Haremos lo mejor para todos. No podemos permitir m¨¢s da?os", dicen.
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