El imposible voto de Smith y Schmidt
Criticas al Gobierno porque s¨®lo el 11 % de los ciudadanos de la UE residentes en Espa?a puede participar en las elecciones municipales
A mister Smith, brit¨¢nico, y Herr Schmidt, alem¨¢n, no s¨®lo les une la similitud fon¨¦tica de sus apellidos. Ambos forman parte de los aproximadamente 166.000 ciudadanos de la Uni¨®n Europea (UE), el 89% del total, que no van a poder votar en las elecciones municipales pese a ser mayores de edad, tener la carta de residencia espa?ola y llevar viviendo al menos tres a?os en la misma poblaci¨®n. Adem¨¢s, quiz¨¢ se sientan agraviados porque a otros s¨ª se les deja hacerlo.En efecto, a los holandeses, los suecos y los daneses, unos 20.000, les bastar¨¢ con inscribirse en sus respectivos ayuntamientos. Incluso los noruegos, unos 2.000, se hallan en id¨¦ntico caso aun sin pertenecer su pa¨ªs a la Uni¨®n. ?Por qu¨¦? Porque el Gobierno se ha ce?ido a los criterios de reciprocidad para la formaci¨®n del censo electoral de los extranjeros y apenas Holanda, Suecia, Dinamarca y Noruega permiten el sufragio de los espa?oles avecindados en sus territorios.
El Partido Popular (PP) no se ha demorado un ¨¢pice en poner el grito en el cielo del europe¨ªsmo del PSOE. "Es inadmisible que lo aplique con cuentagotas", critica Juan Carlos Vera, diputado por Madrid, secretario de organizaci¨®n y abogado. En su opini¨®n, la raz¨®n pol¨ªtica del equipo gubernamental tiene mucho que ver con su temor a que las papeletas de Smith y Schmidt, "no les sean propicias". La formal "se escuda", seg¨²n ¨¦l, en que hay de plazo hasta el 1 de enero de 1996 para desarrollar la ciudadan¨ªa europea creada por el Tratado de Maastricht, en funci¨®n de la cual se modific¨® la Constituci¨®n.
"El Consejo Europeo ha aprobado en diciembre una di rectiva sobre las modalidades para que sus ciudadanos sean tanto electores como elegibles", recuerda Vera. "Es cierto que todav¨ªa no se ha publicado, pero resulta parad¨®jico", ironiza, "que el Gobierno, que tanto ha alardeado de ella, no haya plasmado su profunda inclina ci¨®n europe¨ªsta. Es m¨¢s, hasta ha ignorado una enmienda del Pleno, de octubre, para que las legislaciones de cada Estado5 se adaptasen con vistas ya a estos, comicios". La sugerencia, no refrendada finalmente por el Consejo, aduc¨ªa que lo contra rio "constituir¨ªa un incumplimiento material del esp¨ªritu y la letra del Tratado al relegar la efectividad de este primer paso hacia la ciudadan¨ªa de la Uni¨®n, por el juego de las fe chas, al pr¨®ximo siglo,"
El PP, que ha presentado una proposici¨®n no de ley para que no haya diferencias entre unos extranjeros y otros, se pregunta en definitiva: "?C¨®mo vamos a defender los derechos" de los 470.000 espa?oles en la situaci¨®n inversa si restringimos los de aqu¨¦llos?". Una re flexi¨®n que el PSOE vuelve del rev¨¦s en su respuesta: "Presionando de esa manera para que los Ejecutivos de los pa¨ªses reticentes abran la mano". Joan Marcet, diputado por Barcelona, ponente de las leyes electorales y profesor de Derecho Constitucional, lo tiene claro.
"Nuestra voluntad europe¨ªsta siempre ha, sido evidente", explica Marcet; "tan es as¨ª que hasta ten¨ªamos preparado. otro decreto incluyendo a todos. Pero no debemos pecar de ingenuos o imprudentes. La directiva est¨¢ aprobada, mas no publicada. Algunos pa¨ªses, como Francia y Luxemburgo, la bloquean. ?Por qu¨¦ tendr¨ªamos que consentir lo que ellos no consienten?"..
Seg¨²n Marcet, el PP s¨®lo pretende potenciar su acoso al Gobierno: "Si hubi¨¦ramos actuado de otra forma, tambi¨¦n nos lo habr¨ªa reprochado. '?C¨®mo vamos a ayudar a nuestros compatriotas de ah¨ª fuera si aqu¨ª dentro no somos inflexibles?', dir¨ªa. El limitar los derechos de los extranjeros a los acuerdos bilaterales es el mejor modo de ayudarlos". La suposici¨®n de que en unas pocas localidades del litoral mediterr¨¢neo y los archipi¨¦lagos, donde se concentra la mayor¨ªa, el voto de los for¨¢neos fuese decisivo en contra del PSOE "no est¨¢ contrastada" a pesar de la referencia de las elecciones europeas, plantea Marcet, y no pasar¨ªa de ser "anecd¨®tica".
Impuestos igual a urnas
Lo innegable es que los ciudadanos de la UE que trabajan o disfrutan sus jubilaciones en la Costa Blanca o la del Sol est¨¢n indignados. Ante las urnas continentales, abiertas a todos, s¨®lo se inscribieron 24.000 -casi 11.000 de ellos, brit¨¢nicos- de los 177.000 que pudieron hacerlo -Dinamarca y Suecia a¨²n no estaban en la comunidad-. Pero ahora consideran que ser¨ªan much¨ªsimos m¨¢s porque los temas locales les conciernen directamente.
"Vivimos aqu¨ª y aqu¨ª pagamos impuestos", resume Nicol¨¢s Calistrat, de ascendencia rumano-francesa y nacionalizado espa?ol, como portavoz de Ciudadanos Europeos, una agrupaci¨®n de creciente influencia tanto en Valencia como en Canarias.
Para Calistrat, a mister Smith, con m¨¢s de 50.000 paisanos en Espa?a, y Herr Schmidt, con m¨¢s de 30.000, les asiste la raz¨®n en sus reivindicaciones, independientemente de las de los se?ores Hern¨¢ndez y Fern¨¢ndez en el Reino Unido y Alemania: "A todos nos afecta lo de nuestras ciudades. Ha habido una manipulaci¨®n del asunto por el Gobierno, que recela de que nuestros votos sean conservadores cuando 'se los daremos lisa y llanamente a quienes mejor atiendan nuestras peticiones urban¨ªsticas, de seguridad...". "Adem¨¢s"" prosigue, "el periodo para inscribirse es muy corto [hasta el pr¨®ximo d¨ªa 28, pero la Junta Electoral ha pedido que se ampl¨ªe]".
Ricardo S¨¢nchez, el presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Extranjeras en el ¨¢rea malague?a, tampoco se ha mordido la lengua en el diario brit¨¢nico The Times: "Gonz¨¢lez, una vez campe¨®n de Europa, ha violado el Tratado".
Algunos recurren al Defensor del Pueblo. Otros incluso podr¨ªan acogerse a la Iglesia: en la Pastoral de las migraciones, de 1994, los obispos, en el marco de la dignidad humana, reclaman para los inmigrantes "el derecho al voto, por lo menos en el ¨¢mbito local".
Otros pa¨ªses, otras limitaciones
Los comicios municipales franceses, en junio, seguir¨¢n siendo un asunto privado, seg¨²n Enric Gonz¨¢lez. El cambio con vistas a un pr¨®ximo futuro est¨¢ en marcha, afirman en Interior, pero, eso s¨ª, manteniendo ciertas limitaciones. Los residentes de la UE incluso podr¨¢n llegar a ser concejales. Sin embargo, de serlo en una ciudad importante, quedar¨¢n marginados de los dem¨¢s en un aspecto: el cualificativo de determinar con sus votos los miembros del Senado. Par¨ªs no est¨¢ dispuesto a que en la designaci¨®n de ¨¦stos intervengan extranjeros.El caso de Luxemburgo se deriva de sus circunstancias especiales, recuerda Juan Carlos Gonz¨¢lez: el 29% de sus habitantes procede del exterior. Por eso debe acreditarse una permanencia de al menos seis a?os en el Ducado para emitir el sufragio, y del doble -doce- para poder ser elegido. Adem¨¢s, en una decena de municipios el sistema es proporciona? y est¨¢n prohibidas las listas compuestas por personas de una sola nacionalidad.
Los brit¨¢nicos, la representaci¨®n for¨¢nea m¨¢s numerosa en Espa?a, tampoco consienten por ahora que los que no lo son opinen en sus consultas locales -la excepci¨®n que confirma la regla se hace desde hace a?os con los irlandeses-, informa Lola Gal¨¢n. No obstante, seg¨²n Simon Osborne, de la Sociedad para la Reforma Electoral, es probable que en la siguiente, en 1996, todos los ciudadanos comunitarios puedan ser ya hasta candidatos, aunque sin acceso a cargo superior al de alcalde, un puesto que, por a?adidura, es honor¨ªfico: los ediles tienen m¨¢s poder real.
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