Una artista completa

Tomasa Guerrero, La Macanita, joven cantaora jerezana, volv¨ªa al Madrid tras una discreta actuaci¨®n en el festival del Calder¨®n. Esta vez, en el m¨¢s apropiado escenario de Casa Patas -el p¨²blico a dos metros y el cante al aire, sin micr¨®fono-, la bella gitana del barrio, de Santiago dej¨® claro que, a los 27 a?os, es toda una figura del flamenco. Duende y comp¨¢s en la fiesta, rajo y jondura en los cantes firmes, finura y gracia en cada movimiento... Todo lo que hace La Macanita, est¨¦ su garganta mejor o peor, deja el sello intachable del arte.En Casa Patas estuvo adem¨¢s plena de entrega, y aunque en alg¨²n momento su voz no son¨® tan potente como es -"el humo me ha dejao mudita", dijo luego-, el aroma puro de Jerez Reg¨® siempre a los tendidos.

En la primera parte cant¨® por alegr¨ªas, tientos y tangos -las dos cosas muy bien, aunque sin explotar del todo-, y unos fandangos algo cortos de voz.

La segunda parte arranc¨® con unas siguiriyas tremendas, cargadas de triste belleza, que remat¨® por toda la escuadra con la cabal. Luego, la buler¨ªa por sole¨¢ fue un buen aperitivo de la maravilla: la fiesta por buler¨ªas.

Por buler¨ªas, a La Macanita se le podr¨ªa estar oyendo, y viendo, la vida entera. De pie, acompa?¨¢ndose con palmas o palillos, dobl¨¢ndose m¨¢gica en cada arranque, rematando los tercios con unos bailesitos que ponen la carne de pollo, ah¨ª se muestra como una artista total. Muchos dicen que las baila mejor que las canta. Es dif¨ªcil bailarlas mejor: los brazos y los gestos seductores, la media sonrisa y esa manera de colocar la mano en la cadera, amagar por un lado y salir por el otro... "Qu¨¦date a vivir, Tomasa", le dec¨ªa uno. "Toma, asa, toma, asa", gritaban otros. Las pataditas finales de Gregoroo y Chicharrito merecieron, ellas solas, la entrada. Correcta, aun que lejana, la guitarra de Manuel Parrilla. Presidi¨® la troupe Almod¨®var. No pinchan nunca.