"Soy el capit¨¢n Khan, su hombre est¨¢ en Laos"

ca-insignia. Khan la mira, pero no ve que ponga nada por ning¨²n lado. Se mosquea. Pero se tranquiliza cuando el comisario le muestra el carn¨¦ profesional donde consta claramente su nombre y su rango profesional.Los dos polic¨ªas espa?oles y el laosiano se sientan en torno a una mesa. Khan saca una carpeta y de la carpeta un papel con un membrete oficial lleno de emblemas y escudos. Gonz¨¢lez lo lee y despu¨¦s, estampa su firma al pie: acaba de hacerse cargo oficialmente de la custodia y seguridad personal de don Luis Rold¨¢n Ib¨¢?ez, ex director general de la Guardia Civil.

Khan hace que los dos agentes espa?oles le sigan por el largo pasillo del aeropuerto, donde hay habitaciones para que puedan pasar la noche aquellos pasajeros que est¨¢n en tr¨¢nsito. El capit¨¢n laosiano se detiene ante la puerta n¨²mero 610. Golpea con los nudillos y le responde una voz en su mismo idioma. Se trataba de un hombre "fuerte, feo, experto en artes marciales", que se relaj¨® en cuanto el oficial laosiano le ense?¨® el papel firmado por el comisario de polic¨ªa enviado desde Madrid.

Rold¨¢n emergi¨® del cuarto de ba?o y los dos polic¨ªas espa?oles se hicieron cargo de su hombre, con el que se encaminan hacia la zona de mostradores de la Thai. Van sin armas. De modo que sienten enorme alegr¨ªa cuando salen a su encuentro el subdirector Miguel ?ngel Alonso, el inspector jefe Bermejo y el superm¨¢n de los GEO.

Rold¨¢n se interesa por c¨®mo est¨¢n las cosas en Espa?a y asegura que est¨¢ al corriente de los ¨²ltimos acontecimientos sobre los GAL y el encarcelamiento de Rafael Vera porque ha le¨ªdo espor¨¢dicamente EL PA?S.1.000 d¨®lares en el bolsillo

El ex director de la Guardia Civil lleva 1.000 d¨®lares en el bolsillo. Teme por su integridad. Por eso, los cinco polic¨ªas deciden embarcar los ¨²ltimos en el avi¨®n de la Thai que est¨¢ a punto de partir hacia Roma en medio de la noche de Bangkok. Los cinco agentes y Rold¨¢n son los ¨²ltimos en entrar en el aparato. Ocupan los asientos delanteros de primera clase. Nadie repara en ellos.

Luis Rold¨¢n habla bastante. Los cinco polic¨ªas intentan darle conversaci¨®n para distraerle. ?l se muestra preocupado por su familia, sobre todo por el hijo que estudia en Estados Unidos. Pero tampoco puede evitar las l¨®gicas preocupaciones sobre cu¨¢les son los cargos que pesan sobre ¨¦l, cu¨¢les son los plazos y el procedimiento judicial. 14 horas de viaje desde Bangkok a Roma dan mucho s¨ª.

"Apenas he hablado un par de veces con Blanca", comenta Rold¨¢n durante el largo viaje. Una vez, a?ade, la telefone¨® y solamente logr¨® hablar con su cu?ada.

Al llegar al aeropuerto de Roma, Luis Rold¨¢n y los cinco polic¨ªas que le acompa?aban descendieron del avi¨®n de la Thai y fueron conducidos bajo escolta policial a un avi¨®n Myst¨¨re que les esperaba en las pistas del aeropuerto de la capital italiana.

El aparato aterriz¨® a las ocho de la ma?ana de ayer en la base a¨¦rea de Torrej¨®n de Ardoz, a pocos kil¨®metros de Madrid. Diez meses de fuga hab¨ªan tocado a su fin.