Las espadas siguen en alto

J. M. CALVO. En las horas de zozobra y confusi¨®n que precedieron al desenlace, cuando los marineros cre¨ªan que sal¨ªan del encierro pero abandonaban la carga, los sentimientos se mezclaban: "Me marcho contento, pero me pesar¨ªa tener que dejar el pan de n-¨²s hijos ah¨ª, en el muelle. Eso duele. Despu¨¦s de cinco meses no llevar un duro para casa, eso duele mucho", dec¨ªa Julio Figueirido.

El ministro canadiense de Pesca, Brian Tobin, asegur¨® que habr¨¢ m¨¢s problemas si la flota pesquera esparipla entra de nuevo en los Grandes Bancos: "Que vuelvan a pescar es una provocaci¨®n y la reacci¨®n de Canad¨¢ ser¨¢ exactamente igual a la del jueves pasado [d¨ªa del apresamiento del Esta?]; o se van o actuamos", se?al¨® Tobin, que se comprometi¨® a adoptar "las medidas que sean necesarias" ' incluida la detenci¨®n de otros barcos que faenen en altamar.

Jos¨¦ Luis Pardos, embajador espa?ol en Ottawa, pronostica que habr¨¢ m¨¢s complicaciones en el futuro, aunque conf¨ªa en que "no se producir¨¢n persecuciones y abordajes como los del Esta?'. En todo caso, el embajador, que lleva una semana batallando para resolver los diferentes aspectos del conflicto, no es optimista: "MI impresi¨®n es que el episodio no ha hecho nada m¨¢s que empezar, que entramos en una fase de relaciones muy complejas con Canad¨¢-.

El ministro canadiense de Exteriores, Andre Ouellet, que hasta el momento hab¨ªa mantenido una postura discreta, endureci¨® su mensaje el martes al decir que hab¨ªa reiterado a su colega espa?ol, Javier Solana, el compromiso de Canad¨¢ de "defender y proteger las especies que est¨¢n en peligro de extinci¨®n".

El Gobierno canadiense ha propuesto que un grupo independiente como Greenpeace podr¨ªa inspeccionar los pesqueros espa?oles y portugueses. En Ottawa, Greenpeace declin¨® la sugerencia y conden¨® tanto a europeos como a canadienses por saltarse la normativa pesquera internacional.