Hassan II: "Deseo el di¨¢logo en Argelia"
Hassan II, rey de Marruecos, se jacta de que su pa¨ªs est¨¢ "inmunizado contra el contagio ideol¨®g¨ªco del integrismo isl¨¢mico". As¨ª lo declara en una entrevista concedida a Le Monde y a Radio France Internationale. Sobre el conflicto argelino, expresa su deseo de que islamistas y autoridades dialoguen y su disposici¨®n a que Marruecos sirviera de marco para ese di¨¢logo, siempre y cuando le fuera solicitado.Pregunta. ?Marruecos estar¨ªa dispuesto a ofrecer sus servicios como mediador en el conflicto argelino acogiendo por ejemplo, una conferencia en Rabat entre las distintas partes enfrentadas?
R. Si las autoridades argelinas le proponen a Marruecos, el servir como tierra de asilo para tal conferencia, lo aceptar¨ªa porque las autoridades en el poder me lo habr¨ªan solicitado. Ofrecerme sin que me lo pidan, lo considerar¨ªa como una intromisi¨®n intolerable en sus asuntos y, por consiguiente, no lo har¨ªa.
P. ?Desea que se lo pidan?
R. No necesariamente. Lo que s¨ª deseo es que comiencen a dialogar. Del di¨¢logo siempre nace un consenso, aunque sea m¨ªnimo, y ¨¦ste tiende por naturaleza a ampliarse. Desde mi punto de vista debiera entablarse un di¨¢logo. ?Con qui¨¦n? ?Cu¨¢ndo? ?Para conseguir qu¨¦? Es un asunto argelino y no quiero inmiscuirme en ¨¦l.
P. ?Eso equivale a decir que no existe en Marruecos el peligro de un contagio islamista?
R. La vecindad ideol¨®gica no es necesariamente contagiosa, sena un error creerlo. Los razonamientos por analog¨ªa han sido rechazados por la Historia. Cuando Alemania era nazi., ni Francia, ni Holanda, ni B¨¦lgica ni Polonia lo eran.
P. ?Marruecos est¨¢ inmunizado?
R. Creo que, por ahora y puede que a¨²n por un per¨ªodo de a?os, estamos inmunizados. Lo digo sin presunci¨®n y sin ligereza, ya que afirmar que un cuerpo est¨¢ sano y que nunca ser¨¢ contaminado ser¨ªa pecar de imprudente.
P. ?No cree que el islam responsable que usted preconiza pierde terreno en favor del integrista?
R. Este fanatismo tiene fecha de nacimiento. Empez¨® en 1979 [a?o de la revoluci¨®n iran¨ª]. El islam existe desde hace m¨¢s de 1.400 a?os. ?Por qu¨¦ hemos sido tolerantes y pac¨ªficos durante tanto tiempo y de pronto, al caer el Sha de Ir¨¢n, todo ha tenido que cambiar y aparecer un Islam violento? La raz¨®n de todo eso radica en que ese islam no es aut¨¦ntico.
Violencia pura
P. Cuando se mira el mapa de los pa¨ªses musulmanes se tiene la sensaci¨®n de que los portaestandartes de un islam tolerante cada d¨ªa obtienen menos eco.
R. No hay que mezclar situaciones. Egipto, por ejemplo, es un pa¨ªs que siempre ha conocido una especie de integrismo con los Hermanos Musulmanes. Y, efectivamente, en Egipto puede hablarse de escalada. Pero, en mi opini¨®n, las razones de la misma son de orden socio-econ¨®mico. Es dif¨ªcil controlar una situaci¨®n a la que la demograf¨ªa suma cada a?o un mill¨®n m¨¢s de individuos. Para mirar el mapa del islam hay que utilizar dos colores: el rojo para el islam exportador de ideolog¨ªas violentas y el verde para aquellos lugares en los que el islam ha hallado un eco o se ha implantado. Entonces se ver¨¢ que es el verde el color que domina, a veces con explosiones de violencia, pero no a trav¨¦s de la exportaci¨®n de ideolog¨ªa. Cuando nos referimos a Argelia, debo decir que a¨²n no he visto un peri¨®dico o un panfleto que demuestre que detr¨¢s de ese integrismo haya una ideolog¨ªa islamista fundada en unos principios, una metodolog¨ªa. S¨®lo hay violencia pura.
P. A menudo anti-occidental...
R. No, anti-francesa. Si un d¨ªa esos mismos que hoy est¨¢n al margen de la ley llegasen a apoderarse del poder, creo que la cooperaci¨®n franco-argelina, en el terreno de los intercambios econ¨®micos -tambi¨¦n en otros ¨¢mbitos-, no ser¨ªa la misma.
P. ?Y si llegan al poder no ser¨ªan tambi¨¦n una amenaza para los pa¨ªses moderados como Marruecos o T¨²nez.
R. No. Entonces dejar¨ªan de estar dirigidos por bandas y coger¨ªan el relevo los pensadores. Ning¨²n pensador que se respete y que quiera representar un Estado puede declarar la guerra santa.
P. Referente al di¨¢logo entre Israel y los palestinos, ?cree usted que puede desempe?ar un papel en la reactivaci¨®n del proceso de paz?
R. No es esa mi pretensi¨®n, no estoy all¨ª. Solo he dicho que en el mapa se ha trazado un itinerario: Madrid, Oslo, Washington. Despu¨¦s de los acuerdos de Washington se hab¨ªa establecido un "plan de vuelo", con sus referencias en la carta de navegaci¨®n y una velocidad de crucero. Vistos los peligros que comporta la operaci¨®n -que no place a todo el mundo- convendr¨ªa acelerar. el proceso y hacer m¨¢s cortas las etapas fijadas. Hasta ahora nadie me ha hecho se?al alguna. Si eso sucediese, no me arriesgar¨ªa a intervenir sin antes estar convencido de que mi propuesta pudiese ser aceptada por ambas partes. En pol¨ªtica, como en la agricultura, las estaciones tienen su importancia: hay que esperar que los frutos maduren. Conviene incitar a los protagonistas a que siembren m¨¢s r¨¢pido, a que cosechen m¨¢s deprisa, pero yo no puedo hacerlo por ellos.
Tratado nuclear
P. Egipto se resiste a las presiones estadounidenses respecto al Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear por considerar que Israel debe firmarlo antes. ?Comparte su punto de vista?
R. La reuni¨®n de la Liga ?rabe acaba de adoptar una resoluci¨®n que deja a cada pa¨ªs ¨¢rabe en libertad al respecto. Creo que ya va siendo hora de que Israel cambie de imagen. El proceso de paz es irreversible. No conviene que Israel aparezca como el peque?o Estado que siempre es agredido. Esa es una actitud negativa. Israel, tiene que responder a su aut¨¦ntico pensamiento religioso, tiene que abrirse, comunicarse. Puede que los responsables de la anterior generaci¨®n no lo comprendan, pero yo me dirijo a los de la generaci¨®n que va a tomar el relevo: ?Desabrochaos vuestros vestidos, respirad a pleno pulm¨®n! ?Dejad esa actitud de hombres temerosos que siempre est¨¢n pensando que van a masacrarles!
P. Las relaciones entre Rabat y Washington se han reforzado, sobre todo en el plano comercial, como lo prueba el acuerdo para una central t¨¦rmica americana. ?No cree que Par¨ªs puede temer que usted reequilibre sus alianzas a costa de Francia?
R. En absoluto. Respecto a la central el¨¦ctrica, ha habido un concurso internacional. No entiendo lo sucedido, pero la propuesta franco-espa?ola era un 17% m¨¢s costosa y eso la apartaba de la competici¨®n. Francia querr¨ªa hacer m¨¢s de lo que puede.
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