Desempleo la sueca
El que fuera modelo de Estado bienestar se replantea sus pol¨ªticas para luchar contra el paro
ENVIADA ESPECIAL ?Un 8% de paro? ?De qu¨¦ se quejan los suecos cuando sus vecinos finlandeses rondan el 15% y entre sus nuevos socios europeos hay pa¨ªses como Espa?a o Irlanda con cerca de un 20% de desempleados? En una sociedad acostumbrada a tasas inferiores al 2% -s¨®lo tras la segunda crisis del petr¨®leo, en 1981, se lleg¨® a rozar el 4%, la destrucci¨®n de medio mill¨®n de empleos entre 1990 y 1993 se ha vivido como una tragedia.
El discurso de empresarios y sindicalistas est¨¢ exento en Suecia de la dosis de enfrentamiento habitual en otros pa¨ªses. Con todo, la crisis econ¨®mica de los noventa, la puesta en cuesti¨®n del Estado de bienestar y el paro, han puesto a todos a la defensiva. Empiezan a surgir voces que cuestionan que el objetivo com¨²n del pleno empleo sea a¨²n posible. De momento, y a pesar de los recortes econ¨®micos, el Gobierno contin¨²a invirtiendo en sus "pol¨ªticas laborales", aunque se replantea la f¨®rmula para romper el maleficio.
Adem¨¢s de ser un fen¨®meno nuevo y de haberse presentado con una inusitada rapidez, el paro afecta a bastante m¨¢s del 8% de la poblaci¨®n activa. "Ese 8,3% [las cifras var¨ªan ligeramente seg¨²n la fuente] se acerca en realidad al 14% si sumamos el 5,6% de poblaci¨®n activa que asiste en la actualidad a alguno de los programas p¨²blicos de reconversi¨®n profesional", explica Ulf G?rarisson, del Instituto Nacional de Empleo Sueco. Otros analistas apuntan tambi¨¦n hacia el abultado n¨²mero te jubilados precoces por razones le salud o de mercado que se han producido en los ¨²ltimos a?os, y que hoy superan los 400.000.
Los programas p¨²blicos de reconversi¨®n profesional son una parte fundamental de las "pol¨ªticos laborales" del Gobierno sueco, una partida que en 1995 va a llevarse 88.000 millones de coronas de 1,7 billones de pesetas). A partir de la quinta semana sin trabajo, los suecos cobran un subsidio de desempleo que como m¨¢ximo alcanza al 80% de su sueldo y a 300 d¨ªas h¨¢biles (450 a partir de los 55 a?os). Durante ese periodo, lo m¨¢s frecuente es que reciban una invitaci¨®n a participar en alguno de los cursillos de formaci¨®n que organiza o contrata el Estado. La asistencia est¨¢ incentivada con el pago mensual de una cantidad equivalente a su subsidio de paro y, de no facilitar el empleo, permite renovar aqu¨¦l por una extensi¨®n de tiempo similar.
No obstante, cualquier intento de asociar los tradicionales beneficios sociales de Suecia con una eventual desmotivaci¨®n para el bajo es contestado desde todos , sectores con una referencia a la a tasa de ocupaci¨®n en el pa¨ªs. i efecto, de los 8,8 millones de habitantes, 4,3 son poblaci¨®n activa (en Espa?a, la proporci¨®n es 40 a 15,5). Ello es debido en gran parte a la alta participaci¨®n femenina en el mercado laboral (un 83% de las mujeres en edad laboral trabajan o desean hacerlo, frente a 86% de los hombres).
"Nuestro sistema de binestar est¨¢ fuertemente ligado al merca, de trabajo, s¨®lo est¨¢ protegido quien trabaja", desea aclarar el ministro de Trabajo, Anders Sundstr?m. "El sistema sueco est¨¢ basado en la asunci¨®n de que todo mundo trabaja; por ello, un descenso en nuestros niveles de empleo tiene el doble efecto negativo de reducir los ingresos p¨²blicos y aumentar los gastos p¨²blicos", a?ade antes de expresar la voluntad de su Gobierno de cambiar el apoyo pasivo a los parados (subsidios) por medidas activas (exenci¨®n de tasas a empresarios, aumento de la inversi¨®n en educaci¨®n y mayor exigencia de que el parado lleve a cabo a b¨²squeda activa trabajo).
En la calle, los responsables de las oficinas de empleo que eso est¨¢ bien, pero inciden en que la clave la ausencia de puestos de trabajo.
Se trata de un falso debate; la situaci¨®n que nos enfrentamos es que tenemos 7.000 ,parados registrados y hoy s¨®lo nos han Regado 50 ofertas", se queja Bj?rn Sergel, director de la oficina de empleo de ?stersund, 600 kil¨®metros al norte de Estocolmo. En cuanto a la efectividad de los programas de reciclaje, su respuesta es la misma:"Hace cinco a?os, un 70% de quienes los segu¨ªan encontraba empleo en los seis meses siguientes; hoy son apenas un 30%".
"La gente no rechaza los trabajos", insiste Anders B?ckstr?m, de la Confederaci¨®n de Sindicaltos Suecos (LO), "lo que falta es la (demanda econ¨®mica que deber¨ªa crear nuevos empleos". En su opini¨®n, eso requiere actuar sobre la pol¨ªtica econ¨®mica. "La pol¨ªtica laboral puede ayudar a otras pol¨ªticas, pero, por ejemplo, aumentar el nivel de competencia de los parados carece de significado si no hay trabajo disponible", concluye.
La, LO propone que se " congele temporalmente la reforma fiscal del 91, s¨¦ reduzcan los tipos de inter¨¦s y que se mantengan los programas que elevan la cualificaci¨®n de la mano de obra".
Para Allan Larsson, diputado socialdem¨®crata y consejero pol¨ªtico del primer ministro, el problema del desempleo en Suecia, es el mismo que en el resto de Europa. Larsson, que ha sido ministro de Finanzas y director general de Empleo en anteriores Gabinetes, afirma que "el problema no es la liberalizaci¨®n del comercio, ni las nuevas tecnolog¨ªas, ni siquiera la rigidez del mercado de trabajo, sino la falta de inversiones y de coordinaci¨®n de las pol¨ªticas nacionales con vistas al mercado ¨²nico". La propuesta de su Gobierno es, por tanto, "crear un clima favorable para las inversiones".
En ese contexto parecen emarcarse medidas adoptadas ya por el anterior Gobierno -y mantenidas por los -socialdem¨®cratas-, como la citada reforma fiscal de 1991, que redujo el l¨ªmite impositivo sobre los salarios al 50%, y los impuestos a los empresarios. Este consenso para adoptar un nuevorumbo alcanza a sindicatos y empresarios. Hasta el punto de que Margareta Regnell, experta en el mercado laboral en SAF, el equivalente sueco de la CEOE, se siente obligada a recordar que "el negocio de los negocios es hacer negocios, no crear empleo". Regnell no reniega de las pol¨ªticas laborales, pero critica su elevado coste, al que responsabiliza en gran medida del d¨¦ficit p¨²blico. Un reciente estudio de varios economistas norteamericanos y suecos advierte que "las pol¨ªticas laborales activas han tenido poco que ver con los altos niveles de empleo suecos y son hoy un lujo".
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