Los cines pornogr¨¢ficos languidecen
De proliferar como setas, a ser rara avis. Las salas X se han ido cayendo de la cartelera. Una d¨¦cada atr¨¢s, cuando estos recintos acababan de legalizarse, Madrid viv¨ªa una explosi¨®n del g¨¦nero: 13 salas. El sarampi¨®n ha remitido: los cines porno han menguado hasta los cuatro actuales. La competencia del v¨ªdeo, la televisi¨®n y la oferta de los sex shops son factores para la crisis, seg¨²n algunos responsables. "Tambi¨¦n influye el ocultismo a que estamos condenados" asegura otro regente, partidario de que estas salas puedan hacer publicidad y ser normales.
T¨ªtulos ardientes. Programa doble. Sesi¨®n continua desde por la ma?ana. El reclamo del sexo en celuloide s¨®lo se mantiene en cuatro cines madrile?os, los que llevaron los nombres de Postas, Cervantes, Duque de Alba y Magallanes. Hoy sus apelativos est¨¢n reducidos al de sala X." No hay sitio para m¨¢s asegura el responsable de uno de ellos, Jos¨¦ Gago, de la sala Magallanes (barrio de Chamber¨ª). "El negocio est¨¢ ahora ajustado entre oferta y demanda", sostiene. Y es que el g¨¦nero, tras el boom de los primeros tiempos, atraviesa horas complicadas, pr¨®digas en rivales.
Gago acusa de "competencia desleal" a la cadena de televisi¨®n (Canal +) que programa porno. "La competencia televisiva ha dado un mordisco a las salas", asegura.
" No es s¨®lo la tele. Tambi¨¦n est¨¢n los sex shops, que ponen pel¨ªculas, y las cintas de v¨ªdeo porno, que se venden casi en cualquier lado", apunta el encargado de otra sala, que pide que se silencien sus datos.
?Una crisis particular? "Tambi¨¦n han desaparecido cines de los normales. Ahora s¨®lo hay tres maneras de tener una sala abierta: dedicarla a los estrenos, a las versiones originales, o al porno ", sentencia el encargado.
El marchamo X como ¨²ltimo remedio. "Nos hemos tenido que refugiar en la categor¨ªa X por nuestro aforo y situaci¨®n. Esto no es un negocio, es una manera de seguir viviendo", se?ala Luis Ayuso, al frente de la antigua sala Cervantes, en la Corredera Baja de San Pablo (distrito Centro). A su juicio, los problemas del sector no vienen tanto de la competencia de v¨ªdeos o televisi¨®n como del "ocultismo": "No podemos hacer publicidad. Deber¨ªan permit¨ªrnoslo. As¨ª estar¨ªamos en el mismo plano que los sex shops , argumenta.Etiqueta marginadora
El r¨®tulo X no da gusto a todos. "Es una etiqueta que margina", apunta Gago. A su juicio, deber¨ªa desaparecer la categor¨ªa o, en caso contrario, ampliarse a cintas no pornogr¨¢ficas, pero cuyo contenido sea duro. "Hay cantidad de pel¨ªculas que ser¨ªan X no por su erotismo, sino por su violencia, y no se reconocen como tal", se?ala.
La clasificaci¨®n de las cintas es competencia del Ministerio de Cultura, a trav¨¦s de una junta integrada por representantes de los distintos sectores sociales.
Ayuso conoce bien el declive de los cines X, que sit¨²a a partir del a?o 1985. Por aquel entonces, ¨¦l trabajaba en los cines ABC, de la calle Francisco de Rojas (Chamber¨ª), que se reconvirtieron en salas de estreno con el nombre de Picasso. "El p¨²blico se ha estabilizado y no da para ni¨¢s", coincide con el responsable de la sala Magallanes.
Los datos del declive son llamativos. Cuando se autorizaron, en 1984, las salas X afloraron por toda Espa?a. Las 22 iniciales (11 en Madrid) fueron aumentando. El Ministerio de Cultura lleg¨® a conceder hasta 69 licencias, seg¨²n explican en ese organismo. En 1985 las salas X de Madrid sumaban 13.
Declive y beneficios
Diez a?os despu¨¦s de su legalizaci¨®n, a finales de 1994, su n¨²mero se hab¨ªa reducido a 15, distribuidas de esta manera: Madrid y Valencia, cuatro cada una; Barcelona y Canarias, dos. Una sola sala hab¨ªa en La Coru?a, Sevilla y Vigo.
En la d¨¦cada transcurrida, los cines X se han visto beneficiados por una reducci¨®n del impuesto, sobre el valor a?adido (IVA) con que se gravan las entradas. Ha descendido del 33% al 7%. En cuanto a la rentabilidad, todas las salas consultadas dicen ganar dinero, aunque alguna confiesa que el beneficio es escaso.
Menos impuesto, pero tambi¨¦n menos espectadores. Seg¨²n el Ministerio de Cultura, en 1993, los cines porno de Madrid acogieron casi a uno de cada tres espectadores del g¨¦nero (228.896 de un total nacional de 610.578).
El estadillo ministerial s¨®lo recoge dos salas X en la ciudad, pese a que en la cartelera existen las cuatro actuales. La recaudaci¨®n del porno en Madrid ascendi¨® en 1993 a 59 millones de pesetas, frente a los 276 de toda Espa?a. El departamento no dispone de datos m¨¢s actuales y tampoco hab¨ªa desglosado en a?os anteriores las cifras de las salas X. Los n¨²meros del porno pueden parecer m¨ªnimos si se tiene en cuenta lo que movi¨® el cine el mismo a?o de referencia: 40.579 millones de pesetas y m¨¢s de 87 millones de espectadores. El g¨¦nero X se mantiene como una gota en el oc¨¦ano del celuloide.
Y desde Cultura apuntan otro dato m¨¢s para ilustrar la dura competencia que afrontan los cines porno. Mientras en 1993 el ministerio autoriz¨® el pase a v¨ªdeo de 396 pel¨ªculas X, al a?o siguiente la cifra ascend¨ªa a 502. El tir¨®n del porno parece inclinarse por los espacios privados.
Salas X. Tres en el distrito Centro y una en Chamber¨ª. V¨¦ase cartelera.
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