Las cintas grabadas a los subasteros evidencian casos de corrupci¨®n
Los abogados de los subasteros -el grupo de personas que se dedica a ama?ar las pujas de los pisos que los jueces embargan porque sus due?os no pueden pagarlos- quieren que el tribunal que les juzga anule una de las principales pruebas inculpatorias que obran en el sumario. Se trata de las conversaciones telef¨®nicas interceptadas por la polic¨ªa durante la instrucci¨®n del sumario donde se detallan las f¨®rmulas utilizadas pata ama?ar las subastas.Las grabaciones revelan los clamorosos trapicheos que empleaban los subasteros para evitar la competencia de pujadores de buena fe, y, de esa forma, quedarse ellos los pisos baratos, a un precio muy inferior al que marcaba el mercado inmobiliario, para luego venderlos caros.
En los di¨¢logos capturad por la polic¨ªa se implica a fucionarios de justicia, y tambi¨¦n ponen de manifiesto supuestos contactos entre subasteros y pol¨ªticos con responsabilidades p¨²blicas.
La Secci¨®n 6a de la Audiencia de Madrid (donde se celebra el macrojuicio de los subasteros: hay 43 procesados; entre ellos, 16 funcionarios de justicia) estudia ahora la legalidad de esas grabaciones.
Lo primero que propusieron, los abogados defensores al tribunal nada m¨¢s comenzar el juicio, el pasado 1 de febrero, fue la nulidad de esta prueba.
La Secci¨®n 6? de la Audiencia de Madrid decidi¨® iniciar el juicio sin estimar esa petici¨®n, pero no se ha pronunciado a¨²n sobre el fondo del asunto, cuando el juicio ha entrado ya en su recta final. Hace s¨®lo unos d¨ªas, el fiscal pidi¨® para los 43 procesados fuertes penas de c¨¢rcel.
La eficacia de los subasteros para eliminar a sus posibles competidores y acaparar las pujas de pisos con connivencias extrajudiciales ha sido casi absoluta.
La juez decana de Madrid, Manuela Carmena la magistrada que hace a?os destap¨® los chanchullos que se tra¨ªan entre manos estas personas-, cre¨® recientemente, con la ayuda de la Comunidad, una oficina en la plaza de Castilla para asesorar a las personas de buena fe que deseen adquirir alguno de los pisos baratos que se subastan en Madrid. El fiscal respalda la validez de las cintas que reflejan los trapicheos de los subasteros. El fiscal y los abogados de la acusaci¨®n particular respaldan la legalidad de las cintas, frente al criterio de los letrados defensores. ?stos, a grandes rasgos, cuestionan la fundamentaci¨®n de los autos judiciales que permitieron a la polic¨ªa pinchar durante meses los tel¨¦fonos de algunos subasteros. Tambi¨¦n se apoyan en que algunos tel¨¦fonos estuvieron intercepados en fechas distintas a las autorizadas por el juez instructor.
No obstante, el hecho de que el tribunal decidiese adentrarse en un juicio que dura ya dos meses y por el que han desfilado me" dio centenar de testigos, deja entrever, en cualquier caso, que las cintas no son las ¨²nicas pruebas incriminatorias. "Al margen de las grabaciones, hay otras muchas pruebas sobre las estafas cometidas por algunos subasteros", asegura Jorge Serrano, letrado de la acusaci¨®n particular.
Lo que el tribunal (y, en concreto, la ponente del caso, la magistrada Bego?a Fern¨¢ndez Dozaragat) debe analizar es si las pruebas son suficientes -y v¨¢lidas- Es decir, si los subasteros (a espaldas del juez, mediante el ilegal procedimiento de las subastillas) se pon¨ªan de acuerdo a la hora de pujar; si coaccionaron a inquilinos de pisos embargados para que se marcharan de ellos, si estafaron a algunos de ¨¦stos, y si, adem¨¢s, sobornaron a funcionarios judiclales (hay 16 procesados) para que agilizasen determimados tr¨¢mites jur¨ªdicos y retrasaran otros.
Algunos subasteros, como Ernesto Garc¨ªa L¨®pez, han ganado muchos millones. ?l mismo se jacta de que es rico en una conversaci¨®n con los tambi¨¦n procesados Mar¨ªa Tarri?o y su esposo, Jes¨²s G¨®mez Casta?os. Garc¨ªa L¨®pez, para quien el fiscal pide nueve a?os de prisi¨®n comenta euf¨®rico a Tarri?o, en el verano de 1986, que ¨¦l y Casta?os est¨¢n detr¨¢s de adjudicarse un solar en M¨¢laga que les va a reportar muchos millones de pesetas. ?sta es una parte del di¨¢logo:
Ernesto Garc¨ªa. Vamos a hacer un negocio de muchos kilos, Mar¨ªa, de muchos kilos. Hoy le le he demostrado a tu marido que le he quitado en sus morros 50 millones de calas. ?Sabes lo que he hecho?; te lo voy a contar ( ... ) Bueno, el solar de M¨¢laga lo tenemos vendido tu marido y yo en 210 millones y sale [a subasta] en 53 millones. A m¨ª este hijo de puta no me ha dado un duro, eh, tu marido [se refiere a que va a hacer un buen negocio del que tambi¨¦n se va a beneficiar Casta?¨ªos, esposo de su interlocutoral.
Mar¨ªa Tarri?o. ?Y t¨² a ¨¦l?
Ernesto. Tampoco. Pues voy a empezar a d¨¢rselo yo. A ver si es verdad que alguna vez me da algo ¨¦l a m¨ª.
M. T. Joder, ¨¦l os ha hecho ricos a todos los que estaban... [se supone que en la trama de las subastas ama?adas].
E. Menos a m¨ª.
M. T. Pero t¨² ya lo eres, co?o.
E. Pero quiero ser m¨¢s. F¨ªjate, yo, que tengo una casa, que me pasa como a vosotros, que tengo un Ernestito, que no gano lo suficiente para el hijo de puta ¨¦se. ?Qu¨¦ te parece?
Jes¨²s Casta?os, que est¨¢ junto a Ernesto Garc¨ªa, se pone al tel¨¦fono segundos despu¨¦s y le dice a su esposa: "Lo de M¨¢laga me parece muy bien, vamos a anular la subasta del edificio, me comprometo a ello".
Otra de las conversaciones entre Ernesto Garc¨ªa y Jes¨²s Casta?os, interceptada el 28 de julio de 1986, apunta a un presunto soborno a concejales del Ayuntamiento de Alcal¨¢ de Henares a cambio de la recalificaci¨®n de unos terrenos (sic).
Jes¨²s Casta?os. S¨ª, lo de Alcal¨¢ de Henares. Si nos lo callificaran... ?eh?..., zona comercial. Con la calificaci¨®n de zona comercial lo tendr¨ªamos vendido en mucho dinero. Tengo el comprador para ello [se supone que hablan de un solar que ya pose¨ªan en esa localidad], pero con la garant¨ªa de que sea comercial. He hecho gestiones con unos socialistas... Normal.
Ernesto. Me lo pueden hacer.
Jes¨²s. Pues venga.
Ernesto. Con dinero.
Jes¨²s. ?Cu¨¢nto?
Ernesto. Con un buen dinero. Lo que pasa, es que de alguna forma lo va a pagar el comprador, ?me entiendes? Te estoy hablando de cantidades importantes, ?eh! Si lo transforman vale mucho dinero.
Jes¨²s. No lo veo muy viable.
Ernesto. S¨ª, se?or, porque hacen tipo Vaguada all¨ª.
Jes¨²s. iAh!..., bueno, s¨ª. Puede encajar perfectamente.
Ernesto. Entonces, si ma?ana viene este hombre a verme, pues te localizo, te llamar¨ªa y lo hablar¨ªamos. Puede haber ah¨ª mucho dinero, m¨¢s del que nos imaginamos.
Jes¨²s. Pues vamos a verle.
Ernesto. Te puede hablar, pues... No s¨¦: de cederlo en 100 millones, y dando lo que sea al Ayuntamiento, a... los concejales, pues he dicho que si me lo hac¨ªan comercial, que habr¨ªa del orden de los 10 millones, que los pagar¨¢ ese hombre.
Jes¨²s. S¨ª.... s¨ª.
Ernesto. Porque se lo vamos a ceder [el terreno] nosotros. ?Me entiendes?
Jes¨²s. S¨ª, perfectamente.
Ernesto. Y hablar¨ªamos con el concejal, contigo... Y entonces no habr¨ªa problema. Yo lo tengo ya encarrilado. Y si lo tuvi¨¦ramos que pagar nosotros, tendr¨ªamos que poner lo que fuera y que no nos lo calificaran.
Jes¨²s. Oye, pues tambi¨¦n.
Ernesto. Porque eso vale mucho dinero para calificarlo. Bueno, a m¨ª me ha dicho el concejal que me iba a dar la petici¨®n, que le diera el nombre, pero no quer¨ªa dar tu nombre. Ni hacer nada hasta que ese hombre nos asegure la compra.
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