Un impuesto sobre el agua para luchar contra el paro

El director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el aragon¨¦s Domingo Jim¨¦nez Beltr¨¢n, se llev¨® una gran sorpresa al poco de instalarse en Dinamarca. El agua potable no s¨®lo es m¨¢s cara que en Espa?a, a pesar de que all¨ª abunda, sino que la facturan muy por encima del coste de depurarla, tratarla y reciclarla."Eso significa", dice Jim¨¦nez Beltr¨¢n, "que manejan criterios mucho m¨¢s avanzados de los vigentes en otros pa¨ªses. Ya no se trata de que quien contamina paga o de que quien usa los recursos debe pagar el coste de mantener un desarrollo sostenible". El agua en Dinamarca, como la gasolina o el tabaco, est¨¢ gravada con un impuesto, pero no uno cualquiera, sino un impuesto finalista, cual es el de financiar las pol¨ªticas de empleo: el paro.

Dinamarca, evidentemente, no es Espa?a. "S¨®lo pa¨ªses peque?os como como ¨¦se, con unas sociedades fuertemente cohesionadas, son capaces de hacer tales cosas. En teor¨ªa, los impuestos no est¨¢n vinculados a un gasto espec¨ªfico. Esta originalidad propia de Dinamarca ser¨ªa muy complicado trasladarla a Espa?a", afirma Antonio P¨¦rez Embid, experto en derecho de aguas y tambi¨¦n aragon¨¦s.

P¨¦rez Embid, como otros muchos expertos y los ecologistas, no va tan lejos. Se conforma con "repercutir lo m¨¢ximo posible el coste real del servicio en las tarifas y no cargarlo a los presupuestos de los ayuntamientos". Sobre la posibilidad de aplicar un precio al agua -hasta ahora s¨®lo se paga el coste de transportarla y tratarla- hay divisi¨®n de opiniones. P¨¦rez Embid lo condiciona si se hacen exenciones. Que la paguen, s¨ª, los abastecimientos urbanos, centros recreativos y tur¨ªsticos, campos de golf y parques acu¨¢ticos, pero no los agricultores.