Madame Curie se convierte en 'gran hombre'
Los restos de la premio Nobel entraron ayer en el Pante¨®n reservado a los ilustres
, Marie Curie, insigne cient¨ªfica, dos veces premio Nobel, es ya gran hombre. No hay en la Rep¨²blica Francesa mayor honor. Los restos de Marie y su esposo, Pierre, pasaron ayer bajo el frontispicio del Pante¨®n de Par¨ªs: A los grandes hombres, el reconocimiento de la patria.
Fue otro de los gestos con que el presidente Fran?ois Mitterrand dispone, en su ag¨®nico fin de mandato, su propio ingreso en la historia. No hab¨ªa ninguna mujer en el Pante¨®n de la patria. Al menos, por m¨¦ritos propios: la esposa del qu¨ªmico Marcelin Berthelot fue enterrada con su marido por simple parentesco. Y el presidente, entre cuyos grandes poderes est¨¢ determinar quien es un gran hombre, no quer¨ªa irse Sin llevar al peque?o Olimpo republicano a una gran mujer. Encontr¨® la candidata perfecta en Maria Sklodowska: adem¨¢s de mujer extraordinaria, era extranjera (polaca), cient¨ªfica y modelo de tenacidad, virtud especialmente apreciada por Mitterrand.
La ceremonia estuvo a la altura. Con Mitterrand, en la explanada del Pante¨®n, asistieron el presidente de Polonia, Lech Walesa; el primer ministro franc¨¦s, ?douard Balladur, y el alcalde de Par¨ªs, Jacques Chirac, junto a muchas otras personalidades y la anciana hija de los Curie. Los dos f¨¦retros, transportados por estudiantes de la Universidad Pierre y Marie Curie, desde un peque?o cementerio de las afueras, quedar¨¢n expuestos dos d¨ªas para recibir el homenaje de los franceses. Luego ingresar¨¢n en la cripta donde yacen otros grandes hombres: desde Voltaire hasta Hugo, de Rousseau a Monnet. Nadie merec¨ªa m¨¢s que los Curie, dijo Mitterrand, figurar en "el santuario de nuestra memoria colectiva". Para el presidente, el de ayer fue "un homenaje a la mujer, la ciencia y la voluntad".
En 1987, Mitterrand orden¨® el traslado al Pante¨®n de Ren¨¦ Cassin, autor de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre, y en 1988, el de Jean Monnet, padre de la Europa unida. En 1981, el dirigente franc¨¦s escogi¨® el Pante¨®n para su investidura presidencial. Nada extra?o en un hombre que se autodefine como "tumba de los recuerdos" y dedica cada noche un pensamiento a sus muertos.
El prestigio de Marie Curie ha conseguido eclipsar a su esposo. Nacida en 1867 en Varsovia, emigro a Francia y rompi¨® todos los moldes: fue la primera mujer doctora en Ciencias y la primera profesora en la Sorbona. En 1886 se cas¨® con Pierre y se uni¨® a su investigaci¨®n de la radiactividad natural. Lograron aislar el polonio y el radio, elementos radiactivos, y les fue otorgado en 1903 el Nobel de F¨ªsica. Viuda a los 38 a?os, sabedora de que sus experimentos eran mortales, sigui¨® trabajando. Sus estudios sobre el radio le valieron un nuevo Nobel, de Qu¨ªmica, en 1911. Pese a todo, Francia fue ingrata: Marie no ingres¨® en la Academia. La madre de la f¨ªsica contempor¨¢nea, ?le la energ¨ªa nuclear, de la bomba at¨®mica, de los rayos X, muri¨® de leucemia en 1934, carcomida por largos a?os de exposici¨®n a la radiactividad.
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