Gol

No tengo m¨¢s remedio que dirigirme al alcalde de este mi querido pueblo, porque entre los bocados que entre todos ustedes (izquierdas y conservadores) vienen dand6al pulm¨®n de la Casa de Campo, por ejemplo, y la dotaci¨®n del nuevo y reciente mobiliario urbano, no s¨¦ d¨®nde vamos a parar.Mire usted, se?or alcalde, sea sincero consigo mismo al menos, reconozca que alguno de sus consejeros le ha metido un gol desde el c¨®rner en el tema del mobiliario urbano.

Aqu¨ª ha ocurrido como con las ventas por cat¨¢logo: qu¨¦ bonito traje, vestido o corbata; pero al recibirlo me llevo la sorpresa. Esto no es lo que yo pensaba y ya no merece la pena devolverlo, aunque la venta as¨ª lo, condicione,

Qu¨¦ bonitos en cat¨¢logo, pero alguien de ustedes s¨®lo quiero pensar- pic¨® en el anzuelo. Estoy seguro, se?or alcalde.

En cuanto a los lugares de colocaci¨®n es para llorar; mire usted, entre la calle de Ayala y M¨¢rtires Concepcionistas, unos veinte metros aproximadamente, con dos comercios a puerta de calle (ninguno m¨ªo) hoy hay dos cabinas telef¨®nicas, un quiosco de la ONCE, y un nuevo artef¨¢cto del que nos ocupa para vidrio. Casi nada. Sin embargo, ?cu¨¢ntos hay ante los grandes almacenes? Compru¨¦belo, por favor. ?Qu¨¦ monstruos! Qu¨ªtelos en la primera. oportunidad, si es, que puede; los madrile?os se lo agradeceremos, y usted, seguro, dormir¨¢ m¨¢s tranquilo.

Rectificar es de sabios.