EE UU prepara represalias contra Jap¨®n tras a lograr abrir el mercado nip¨®n de coches
El fracaso de las negociaciones entre Estados Unidos y Jap¨®n sobre la apertura del mercado de autom¨®viles nip¨®n condena a ambos pa¨ªses a una escalada de represalias en la que la capacidad de arbitraje de la nueva Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) va a ser por primera vez puesta a prueba. Representantes de los dos Gobierno admitieron que un arreglo bilateral es pr¨¢cticamente imposible en estos momentos. Mientras Washington elabora el mayor paquete de sanciones de la historia, que puede afectar a productos nipones valorados en 1.000 millones de d¨®lares (123.000 millones de pesetas), Tokio conf¨ªa en obtener el respaldo de la organizaci¨®n heredera del GATT.
El Consejo Nacional Econ¨®mico, el principal equipo de asesores del presidente Bill Clinton, se reuni¨® ayer en la Casa Blanca para decidir la cuant¨ªa y los objetivos de las sanciones contra Jap¨®n. Fuentes de la Administraci¨®n norteamericana anticiparon que Estados Unidos podr¨ªa aplicar represalias sobre m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares de productos japoneses que entran en el mercado norteamericano, lo qu¨¦ supondr¨ªa el m¨¢s duro castigo decidido nunca por Washington contra uno de sus socios comerciales.El representante de Comercio estadounidense, Mickey Kantor, dijo que una decisi¨®n al respecto ser¨ªa anunciada "en el futuro cercano". Aunque Kantor advirti¨® que existen otras medidas que Washington podr¨ªa utilizar contra Jap¨®n antes de recurrir a las sanciones, la firmeza con la que el Gobierno norteamericano se ha expresado hasta ahora hace pensar que la guerra comercial -al menos su anuncio- es inevitable.
20 meses de debate
El sector del autom¨®vil representa m¨¢s de 60% del total del d¨¦ficit comercial de Estados Unidos con Jap¨®n. Kantor asegura que, mientras los autom¨®viles extranjeros suponen s¨®lo el 4,7% del mercado japon¨¦s, en el mercado norteamericano ascienden a m¨¢s del 20%. Durante 20 meses los dos Gobiernos. han negociado la forma de reducir ese desequilibrio por tres v¨ªas: el aumento del n¨²mero de concesionarios de marcas norteamericanas en Jap¨®n, la suavizaci¨®n de las limitaciones a la venta en ese pa¨ªs de piezas de repuestos y la adquisi¨®n "voluntaria" de parte de las empresas japonesas de repuestos norteamericanos.
Las diferencias sobre este ¨²ltimo punto son las que hicieron fracasar el viernes por la noche las conversaciones que se desarrollaban en el centro de esqu¨ª canadiense de Whistler. Esas adquisiones voluntarias, en realidad, no lo ser¨ªan tanto, pero Estados Unidos las defiende como ¨²nica forma de asegurarse que el d¨¦ficit comercial se reduce de verdad.
Los norteamericanos est¨¢n cansados de negociar con Jap¨®n aperturas de mercado que despu¨¦s no se traducen en ventas reales. Las autoridades japonesas, sin embargo, se resisten a aceptar el principio de esas adquisiciones "voluntanas", y se niegan a volver a la mesa de, negociaciones hasta que Washington retire esa propuesta.
"Es imposible para nosotros hacer concesiones en la formulaci¨®n de objetivos voluntarios adem¨¢s de los otros programas de compra de repuestos", declar¨® en Tokio el presidente de la Asociaci¨®n de, Productores de Autom¨®viles, Yoshifumi Tsuji. El primer ministro nip¨®n, Tomiichi Murayama, dijo que su pa¨ªs hab¨ªa hecho todo lo que era posible hacer "siguiendo las reglas internacionales".
En Washington, por supuesto, el punto de visto es diametralmente opuesto. '.'El Gobierno de Jap¨®n ha rehusado a tratar nuestras preocupaciones fundamentales en todas las ¨¢reas. La discriminaci¨®n contra los productores extranjeros de autos y repuestos contin¨²a", manifest¨® Mickey Kantor en una conferencia de prensa.
El mismo d¨ªa en que fracasaban las conversaciones, el presidente Clinton advert¨ªa en una entrevista con una diario de Detroit, la sede de la industria automotriz, que "Estados Unidos est¨¢ decidido a tomar acciones contundentes".
El problema que se le plantea ahora a la Administraci¨®n norteamericana es el de c¨®mo conciliar esas acciones con el papel de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio. Una decisi¨®n de esa organizaci¨®n en contra de Estados Unidos, no s¨®lo ser¨ªa un fuerte rev¨¦s para su estrategia de negociaci¨®n con Jap¨®n, sino una considerable amenaza pol¨ªtica para Bill Clinton.
Sanciones selectivas
El presidente norteamericano ha tenido hasta ahora que contener las cr¨ªticas de la oposici¨®n republicana por el poder que tiene la OMC de decidir sobre los intereses comerciales norteamericanos. Esas cr¨ªticas aumentar¨ªan, sin duda, si la OMC se entromete ahora en el conflicto con Jap¨®n. Estados Unidos ya hab¨ªa advertido, cuando firm¨® el GATT, que tres decisiones consecutivas de la OMC en contra de sus intereses Podr¨ªan provocar su salida de esa organizaci¨®n.
La Administraci¨®n conf¨ªa todav¨ªa en evitar esas crisis. Por un lado, estudian formas de que las sanciones afecten a productos sobre los que la OMC no tiene competencia. Por el otro, Estados Unidos espera tambi¨¦n que la intromisi¨®n de esa organizaci¨®n en el conflicto termine perjudicando m¨¢s a los japoneses que a los norteamericanos.
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