La muestra de 'Los putrefactos' de Lorca y Dal¨ª revela detalles de su relaci¨®n afectiva
Santos Torroella publica el libro inconcluso de los dos artistas
Un libro y una exposici¨®n que se inaugura hoy en la Residencia de Estudiantes de Madrid, dan forma a lo que fue un proyecto inconcluso de Federico Garc¨ªa Lorca, y Salvador Dal¨ª. Ifue una ca tegona inventada alrededor de 1925 y que lleg¨® a hacerse popular en la ¨¦poca. Putrefactos eran los anticuados, cursis, retr¨®grados, blandos y pat¨¦ticos. Los dibujos que hizo Dal¨ª para este libro llegaron a estar en la imprenta, a falta del pr¨®logo que Lorca nunca lleg¨® a enviarle. Rafael Santos Torroella, estudioso de Dal¨ª, ha reunido los dibujos dispersos y ha reconstruido lo que pudieran ser los motivos del abandono de la obra, que marc¨® la ruptura de la relaci¨®n amorosa entre ambos artistas.
Los putrefactos fue un proyecto condenado por su propio nombre. Un libr¨®, m¨¢s que inconcluso, abandonado, roto, separado. Seg¨²n Rafael Santos Torroella, en su g¨¦nesis y su posterior dispersi¨®n se esconden algunos de los aspectos menos conocidos de la relaci¨®n amorosa entre Lorca y Dal¨ª. Lo que empez¨® como una diversi¨®n, como una idea que pod¨ªa transformarse en un libro que uniera a los dos autores en una tesis m¨¢s trascendente, qued¨® en nada a causa de las distintas formas en que cada uno entend¨ªa la propia palabra y la asociaba a su sentir, a su amistad.Los putrefactos parecen caricaturas casi inocuas de una ¨¦poca, pero tanto para Lorca como para Dal¨ª, marc¨® el final de su ¨ªntima amistad y dej¨® las semillas de lo que, sobr¨¦ todo para el pintor, ser¨ªa parte fundamental de su ret¨®rica art¨ªstica,
"Los putrefactos no pretend¨ªan hacer una cr¨ªtica pol¨ªtica o social", explica el autor del ensayo. "Los militares que salen se deben m¨¢s a la animadversi¨®n que les ten¨ªa Dal¨ª, hijo de un republicano, y al ambiente que se viv¨ªa en ese momento de la dictadura de Primo de Rivera, que la una voluntad de activa cr¨ªtica pol¨ªtica", dice Santos Torroella.
Profundidad
"Pero no se trataba de caricaturas banales y superficiales" aclara. "El de los putrefactos es un t¨¦rmino que tiene m¨¢s profundidad de lo que parece, Dal¨ª profundiza a trav¨¦s de la idea de la putrefacci¨®n, que para ¨¦l significa globalmente la emoci¨®n, y la opone a la de astronom¨ªa, que es la deshumanizaci¨®n, la distancia fr¨ªa. Dal¨ª se recrea consigo mismo y encuentra en el putrefacto la cursiler¨ªa, el hotnbre pagado de s¨ª mismo"."En Los putrefactos predomina la s¨¢tira y la iron¨ªa, que despu¨¦s madura con la relaci¨®n amorosa de Federico y Dal¨ª. De alguna manera marca el principio y el final de la aventura sentimental de ambos", afirma.
Santos Torroella ve en toda esta clasificaci¨®n un trasfondo, ir¨®nico que oculta ciertas inseguridades que subyacen en toda la generaci¨®n del 27 respecto a, la homosexualidad. "Entre ellos existe el sentimiento de una homosexualidad difusa, que en mayor o menor grado concierne a todos".
"Yo conoc¨ª a Federico en 1930 cuando vino a Barcelona con La Barraca. Federico ten¨ªa un enamoramiento tremendo de Dal¨ª, que era un moreno a gitanado, divertido, atractivo, estupendo," relata el historiador. "En relaci¨®n a Los putrefactos, Dal¨ª hace una distinci¨®n entre las caricaturas ¨¢cidas de Georg Grosz, y en una carta dice: 'Son mejores las que hace tir¨¢ndose a deg¨¹ello; nuestros putrefactos son unos tontos que adoramos....', y m¨¢s adelante llama 'tontito' a Lorca'."Esa actitud provoca un rechazo en Federico, que nunca llega a mandarle el pr¨®logo para el libro. No se lo manda porque quiere cortar el lazo er¨®tico con Dal¨ªporque ha ido a m¨¢s y ¨¦l ve que est¨¢ enamorado y esa relaci¨®n no va a funcionar. Poco despu¨¦s Lorca tendr¨¢ un nuevo amante, Emilio Alard¨ªn, y Dal¨ª tampoco tardar¨¢ mucho en encontrar a Gala"..Dal¨ª estuvo pidi¨¦ndole desesperadamente a Federico que le mandara el pr¨®logo, incluso a trav¨¦s de amigos comunes, como Pep¨ªn Bello. Cuando se dio cuenta de que no se lo enviar¨ªa, guard¨® los dibujos y terminaron dispersos en colecciones, particulares o publicados aisladamente en algunos libros y revistas. "Dal¨ª hab¨ªa preparado ya 8 o 10 dibujos para la imprenta. Cuando ve que no puede ser, los recoge y no vuelve a hablar de ellos".
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