"Creo que la revoluci¨®n todav¨ªa no ha muerto", afirma Yoko Ono
La artista expone dibujos y un montaje en la Fundaci¨®n Mir¨® de Mallorca
Cuando lleg¨® a Mallorca, Yoko Ono (Tokio, 1933) se cubri¨® la cara con un velo transparente para protegerse del sol de mayo. Fue como un acto ritual al penetrar en un santuario: la Fundaci¨®n Pilar y Joan Mir¨® de Mallorca, en la que la artista estadounidense presenta desde hoy una instalaci¨®n y 64 peque?os dibujos a tinta. "El esp¨ªritu de Mir¨® fue el que me invit¨® a venir. Es muy excitante y una raz¨®n muy fuerte" coment¨® la artista. Pese a que es m¨¢s conocida por su relaci¨®n con el beatle John Lennon, Yoko Ono surgi¨® de la vanguardia neoyorquina de los sesenta y ha sido precursora del movimiento conceptual. "La revoluci¨®n todav¨ªa no ha muerto" afirm¨® ayer.
No marca las distancias. Vestida sin ampulosidad, en blanco y negro, Yoko Ono hace parpadear constantemente sus ojos como dos objetivos por encima de las inevitables gafas negras, que le caen tambi¨¦n constantemente. Est¨¢ sentada y bebe agua. Gesticula y no tiene prisa. En la silla, bajo la pierna, esconde un largo y fino cigarrillo que encender¨¢ media hora despu¨¦s.La exposici¨®n, que estar¨¢ abierta hasta el 18 de junio, lleva por t¨ªtulo Sphere"9 y consta de 64 dibujos in¨¦ditos y una instalaci¨®n multimedia que se present¨® anteriormente en la Bienal de Venecia de 1993. En ella, Ono ha recreado una especie de templo junto a una sala de tortura nazi. Se titula Two _rooms (Dos habitaciones) y es una de sus plegarias contra la intolerancia y el fanatismo. "El arte visual que no tiene un mensaje. no es satisfactorio, como tampoco lo son unas bellas artes s¨®lo pl¨¢cidas para los ojos", indica. la artista.
Una viuda m¨¢s
"?stas son mis pinturas de las cuevas", afirma acerca de sus peque?os dibujos de puntitos de tinta. Explica que crea y camina protegida por la sombra que le proyecta la memoria y el esp¨ªritu de quien fue su marido, el desaparecido beatle John Lennon, asesinado en 1980. "Siento mucho decir que no soy una nueva viuda de Am¨¦rica", comenta, "soy s¨®lo una de las muchas viudas del mundo, y tengo gran simpat¨ªa por todas ellas. Antes de convertirme en viuda s¨®lo pensaba en la vida".
A sus 62 a?os, Yoko Ono afirma que es la misma de siempre, s¨®lo que ahora dice las mismas cosas con lenguajes diferentes. "No creo que la revoluci¨®n haya muerto todav¨ªa", se?ala, "mi instalaci¨®n, por ejemplo, es como una revoluci¨®n callada". "En los a?os sesenta parec¨ªa que todo el mundo era un hippy; fue algo expandido y magnificado por los periodistas. En realidad fue un movimiento de solidaridad entre un grupo muy peque?o de gente".
Muchas canciones, tragedias y exposiciones despu¨¦s, Ono conf¨ªa todav¨ªa en la conexi¨®n a trav¨¦s de las generaciones: "La gente de 20, 30, 40 o 50 a?os tiene las mismas ideas y se comunica. Nuestros hijos han aprendido de nuestros errores y ahora son m¨¢s sabios". El aspecto de su rostro y la vitalidad que desprende mejoran las fotos de los archivos. Recuerda que en los a?os sesenta pregonaba la libertad sexual, la paz y el amor. Ahora matiza: "La libertad sexual s¨®lo era conveniente para el hombre y las mujeres estaban acomodadas a los hombres".
Hace cuatro a?os, en Londres, coment¨® tras una actuaci¨®n: "Os voy a ense?ar a volar". Despu¨¦s subi¨® a una escalera y salt¨®. A¨²n sue?a con ser Icaro: "Todav¨ªa no podemos volar, pero un d¨ªa volaremos, todos juntos. S¨®lo as¨ª, juntos, ser¨¢ posible, porque si uno lo intenta ahora en solitario los dem¨¢s le tirar¨¢n de las piernas".
Vanguardista comprometida, Ono se declara "hija de la II Guerra Mundial", cuyas amargas experiencias vivi¨® en Jap¨®n. Hoy, ante el paisaje de la brutalidad b¨¦lica que pervive, constata que "ha desaparecido el hero¨ªsmo guerrero de una' naci¨®n sobre otra". "La acci¨®n victoriosa ya no est¨¢ con nosotros. Sabemos que no hay ganadores. Todos perdemos".
Reza por un futuro mejor y sus acciones son plegarias, pero niega que el suyo sea un trabajo religioso. "Todos somos seres humanos, con un elemento incre¨ªble dentro que no hemos descubierto. No creo en definiciones religiosas porque ello supone introducirse en una zona pol¨ªtica".
No sabe ni entiende, asevera, qu¨¦ es el mercado del arte. Tampoco colecciona obras de ning¨²n artista en especial. Todo es fugaz en las respuestas a menos que se hable de profundidades filos¨®ficas: "El arte es una ocurrencia, algo que ocurre en un momento, tanto da si se expone un minuto, una hora o un mes".
Hace 24 a?os, cuando Yoko estuvo con Lennon por primera vez en Mallorca, ambos fueron detenidos por la polic¨ªa al intentar hacerse por las bravas con la hija de ella, que ten¨ªa ocho a?os y viv¨ªa con su padre en la isla. "Fue muy triste, pero me sorprendi¨® lo justo que fue el juez, que invit¨® a la ni?a a que eligiera delante de los padres con qui¨¦n quer¨ªa ir. Fue un acto muy moderno, delicado e inteligente. Me rompi¨® el coraz¨®n al elegir a su padre, pero fue su deseo".
Babelia
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