El director Gianni Amelio lleva cine el desarraigo del emigrante
'Lamerica' narra el dram¨¢tico ¨¦xodo alban¨¦s a Italia
Un mendrugo de pan recorre Lamerica. Es el s¨ªmbolo del hambre frente al de la opulencia. Y tambi¨¦n el del olvido de los pa¨ªses ricos de que alguna vez, no hace mucho, fueron pobres. Como los albaneses ahora. La historia se repite. Tomando como ejemplo el dram¨¢tico ¨¦xodo de miles de albaneses que arribaron, desesperados, a las costas italianas de Bari, en agosto de 1991, el cineasta Gianni Amelio narra en Lamerica, el filme que se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 19 en Espa?a, el desarraigo de la emigraci¨®n. Algo que Amelio conoce muy bien: su padre emigr¨® en los a?os treinta a Am¨¦rica. La historia se repite.
Cuando el padre de Gianni Amelio emigr¨® a Argentina, ¨¦l ten¨ªa tres a?os y no le volvio a ver hasta los 18. No lo ha olvidado nunca. Con su padre, emigraron todos los miembros masculinos de la familia Amelio. " Cuando fui a Argentina hace diez a?os, cog¨ª la gu¨ªa telef¨®nica y vi que hab¨ªa una p¨¢gina entera con mi apellido. Quiz¨¢s tenga hasta hermanos all¨ª", dice Amelio. Todas las ideas que le rondaron durante a?os en tomo al tema de la emigraci¨®n estallaron definitivamente, en agosto de 1991, cuando miles de albaneses, hacinados y hambrientos, llegaron en barco al puerto italiano de Bari. "Fui all¨ª. Era terrible porque en vez de ver a una familia vi a un pueblo entero. Quise comprender de d¨®nde ven¨ªan estas gentes, todo un pueblo en busca de un para¨ªso en Italia, cuando lo ¨²nico que encontraron fue el infierno. Estuvieron encerrados en un estadio de f¨²tbol, aliment¨¢ndose con pedazos de pan que les arrojaban por encima de las vanas y reg¨¢ndolos con mangueras de agua. La Albania de 1991 viv¨ªa la misma situaci¨®n que vivi¨® el sur de Italia despu¨¦s de la guerra. El s¨ªmbolo de opulencia que fue Am¨¦rica para el pueblo italiano en los a?os 30, lo es ahora Italia para los albaneses".Lamerica, que obtuvo el premio a la mejor pel¨ªcula europea de 1994 de la Academia de Europa y la Osella de Oro en Venecia, narra la compra de una f¨¢brica estatal de calzado en Albania por parte de dos empresarios italianos. Las leyes locales exigen la participaci¨®n de un socio del pa¨ªs, para lo que encuentran en un antiguo campo de trabajo a Spiro, un anciano enfermo y loco. Para Amelio, el sentido ¨²ltimo del filme radical en esta frase: "Todos somos albaneses. Ya sean italianos, espa?oles o de otros pa¨ªses. En otras ¨¦pocas, nosotros hemos tenido los mismos problemas que ahora arrastran en Albania. La clave narrativa del filme est¨¢ en la figura de Spiro-Michelle, un hombre con dos nombres, alban¨¦s e italiano, el s¨ªmbolo del individuo pobre y desnudo que sufre los eventos de la historia".
Este cineasta, que no conf¨ªa demasiado en que su cine contribuya a erradicar la intolerancia -"hoy la gente es m¨¢s v¨ªctima de la televisi¨®n que amiga del cine"-, sabe, porque lo ha vivido, que la emigraci¨®n crea sentimientos encontrados: "El pa¨ªs que se deja es amado y al mismo tiempo odiado. Mi padre, cuando se fue de Italia, odiaba Italia porque no le permiti¨® quedarse. Quien dice que el sentimiento que embarga a un emigrante es ¨²nicamente el de la nostalgia no conoce el drama verdadero del emigrante, el del dolor de dejar algo que uno ama porque no es correspondido".
Esos ojos tan grandes de asombro como llenos de inocencia, que aparecen en el filme, dejan un camino a la esperanza: "Si hay algo bello en el drama de la emigraci¨®n es el encuentro de culturas. Las generaciones futuras ser¨¢n m¨¢s sabias y felices gracias a esa mezcla".
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