Ajedrez en la hierba
Un equipo de Madrid gana la Liga de f¨²tbol americano ante 11.000 personas
El equipo madrile?o de f¨²tbol americano Los Panteras se jugaba ayer cvonseguir la primera liga spa?ola de este deporte. Faltaban menos de 10 minutos para que terminara el partido, cuyo ganador decid¨ªa el campeonato. El contrincante, Los Boxers, de Barcelona. El sitio, el estadio de la Comunidad, La Peineta, que por primera vez acog¨ªa el f¨²tbol americano. El p¨²blico, alrededor de 11.000 personas. El tanteo, en ese momento, 32 a 22 a favor de Los Panteras. Pero no se fiaban. Y planearon una de las mil estrategias que definen el f¨²t bol americano: "T¨² por all¨ª t¨² frenas a este, yo intento el pase si t¨² consigues abrirte por la dere cha", dec¨ªa uno. Rafael Varela, otro pantera, lo explica: "Esto es como ajedrez en la hierba". No tanto. Otro jugador, para animar, grit¨® a uno de sus compa?eros: "Por la l¨ªnea, sin desviarse y al choque, ya sabes: la primera hostia es la importante". Y en cuanto el ¨¢rbitro pit¨® y el contrario peg¨® lana patada al bal¨®n, los 11 integrantes de Los Panteras salieron disparados hacia delante con impulso parecido al de los caballos de Errol Flynn y del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa en Murieron con las botas puestas. Resultado, un nuevo touchdown para los madrile?os (acci¨®n de pisar el final de la zona contraria llevando el bal¨®n, lo que se traduce en seis puntos). El partido ya se coloc¨® en un 36-18 que anulaba cualquier reacci¨®n del equipo catal¨¢n. El tanteo final, 55-18, si no escandaloso, s¨ª dej¨® ayer m¨¢s que satisfechos a Los Panteras, que acababan de alzarse con la Primera Liga Unificada de este deporte en Espa?a. La afluencia del p¨²blico demuestra que las maniobras de estos hombres con aspecto de robocop, con protecciones en los hombros, muslos y trasero, comienzan a interesar a los madrile?os.Uno de los causantes es Tom Thorton, un estadounidense fibroso de 25 a?os, fichado por Los Panteras hace tres a?os, que igual atrapa el bal¨®n como un gato, salta por encima del contrario con el estilo de un canguro o sortea jugadores como una liebre. Ayer logr¨®, ¨¦l solito, tres touchdown, uno de ellos tras recorrer m¨¢s de 80 metros con el bal¨®n en el pecho. Tanto en el equipo de Los Panteras como en Los Boxers figuran extranjeros.
Norteamericanos siempre. Tres por formaci¨®n. Son los ¨²nicos que cobran. El resto del equipo, que puede incluir hasta 50 jugadores, viven de otra cosa. En el equipo de Los Panteras hay desde estudiantes d¨¦ arqueolog¨ªa a tipos con el s¨ªmbolo de la brigada paracaidista tauado en el brazo. El peso de los jugadores tambi¨¦n var¨ªa. Ya desde los 80 kilogramos de los que vuelan con e1,bal¨®n, a. los 130 de los, encargados de que el contrario no s¨®lo no vuele sino que tropiece siempre con un muro con casco. Hubo chicas de minifalda y pon-pon, peroquien de verdad anim¨® -fue el p¨²blico. "Nos ha sorprendido el n¨²mero de espectadores", comentaba un ¨¢rbitro.[Nota: el p¨²blico intent¨® la ola pero, en La Peineta, la grada no rodean el estadio por compileto, sino que s¨®lo se encuentra en uno de los frontales. Por eso, la ola nac¨ªa en un extremo y se perd¨ªa en otro. Esto no impidi¨® que los espectadores se divirtieran: los que se sentaban en el extremo de la grada d¨®nde mor¨ªa la ola volv¨ªan a empezar. La Peineta ha inventado el parabrisas.]
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