La ciudad de la apariencia
Todos est¨¢n convencidos de que el PP volver¨¢ a apoyar a Rojas-Marcos para evitar una alcald¨ªa socialista
Hoy, de nuevo, como hace casi un siglo, un Rodr¨ªguez de la Borbolla y un Rojas-Marcos vuelven a enfrentarse por lograr el apoyo de los sevillanos. El cl¨®nico debate dual de esta ciudad de 700.000 habitantes, simpre optando por una Virgen o por otra, por este o aquel equipo de f¨²tbol, vuelve a darse en los candidatos que se presentan a la alcald¨ªa de Sevilla. Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, por el PSOE, y Alejandro Rojas-Marcos, por el Partido Andalucista, como entonces sus bisabuelos Pedro y Manuel, luchan por acceder al sill¨®n municipal m¨¢s preciado de Andaluc¨ªa. Y no es que no haya otros candidatos en liza, sino que todo el mundo parece convencido de que, aunque la aspirante del Partido Popular (PP), Soledad Becerril, logre m¨¢s concejales que los andalucistas, al final los populares antenpondr¨¢n los intereses nacionales del partido, apoyar¨¢n otra vez a Rojas-Marcos, y cortar¨¢n el paso a los socialistas.El andalucista ha sido alcalde en estos cuatro a?os precisamente por ese motivo, aunque en 1991 logr¨® un concejal m¨¢s que su actual teniente de alcalde -12 el PSOE, nueve el PA, ocho el PP y dos Izquierda Unida-, resultado que est¨¢ persuadido de que volver¨¢ a repetir. Durante esta legislatura, el dirigente andalucista ha logrado reforzar Sevilla como ciudad de folclor capaz de garantizar sin ning¨²n margen de error el ¨¦xito de cualquier acontecimiento. Y ha sido el alcalde, con sus bandos, sus frases (sus preferidas empiezan siempre por "Sevilla no se merece..."), sus gestos y, sobre todo, su imagen el art¨ªfice de este tinglado. No es que sea ¨¦l quien haya inventado la ciudad del aplauso (ya exist¨ªa), sino que la ha fomentado.
Sevilla, mientras tanto, ha vivido de las rentas de las millonarias inversiones de la Exposici¨®n Universal de 1992, que son las que realmente han cambiado su pellejo urbano. Se ha prestado mayor atenci¨®n a los barrios, pero se trata de peque?as obras de mobiliario; se han creado aparcamientos subterr¨¢neos, pero las plazas las han vendido a un mill¨®n y medio, as¨ª que el sofoc¨®n del estacionamiento est¨¢ por resolver; y se han creado bibliotecas de barrio, pero no tienen libros. Es la ciudad de la apariencia, adem¨¢s de la ciudad comparsa, en la que, c¨®mo no, tambi¨¦n se han hecho cosas en condiciones, entre ellas la reducci¨®n de la carga financiera. Rojas-Marcos podr¨¢ contar que fue ¨¦l el que urbaniz¨® el Prado de San Sebasti¨¢n, una zona situada enfrente de la hermosa Universidad de Sevilla, a la que ning¨²n alcalde ha sabido darle un destino desde que dej¨® de ser el recinto de la Feria de Abril hace 25 a?os. Claro que ha sido gracias a Soledad Becerril, que oblig¨® a sembrar ¨¢rboles, por lo que el nuevo Prado no ser¨¢ igualito que una plaza noruega.
Pero si el alcalde ha promovido y promueve un sevillanismo de empacho, no es menos cierto que el aspirante socialista Rodr¨ªguez de la Borbolla le ha seguido a la zaga. Al menos los primeros d¨ªas de la campa?a, el ex presidente de la Junta de Andaluc¨ªa ha soltado frases que han dejado traspuesto a m¨¢s de uno: "Mi m¨¢xima aspiraci¨®n es presidir el Corpus", ha sido una; "en Sevilla tengo entidad propia, me conoce todo el mundo", ha sido otra.
Borbolla ha vuelto, tras cinco a?os de ausencia, con ganas de ir, como ¨¦l dice, "a cuerpo por la calle". Es el ¨²nico candidato que est¨¢ dando m¨ªtines en los barrios de Sevilla, y en sus pase¨ªllos electorales recibe muestras de afecto, pero tambi¨¦n percibe un gran cabreo con el partido socialista. Es ah¨ª precisamente donde quiere dar la batalla, distanci¨¢ndose de las siglas del PSOE, pero sin separarse de la ideolog¨ªa socialdem¨®crata.
Si hay dos campa?as distintas, ¨¦stas son la de Soledad Becerril y la de Rojas-Marcos. A la primera se le atribuye el trabajo duro y oscuro de estos cuatro a?os de gobierno de coalici¨®n. Becerril, que conf¨ªa en el tir¨®n nacional del PP para llegar a la alcald¨ªa, es de las que si no est¨¢n de acuerdo con las peticiones de los vecinos lo dice, explica por qu¨¦ e intenta convencer con argumentos. Le ocurri¨® hace unos d¨ªas, durante un recorrido electoral. Varios le pidieron que podaran un ¨¢rbol, puesto que las ramas viejas ca¨ªan sobre los coches causando destrozos. Y Becerril, pese a que los votos son los que dan el bast¨®n de mando dijo que no, que de ninguna las maneras, e incluso lleg¨® a decir que, si no estuviera el ¨¢rbol (un omb¨², en concreto), "cambiar¨ªa el clima". Por el contrario es imposible o¨ªr de Rojas-Marcos un no de su boca ante la petici¨®n de un potencial votante. Tanto es as¨ª, que, durante un trayecto en su despacho m¨®vil, un vecino le reproch¨® que, cuando el barrio est¨¢ airado, entonces los del Ayuntamiento dicen que est¨¢n reunidos: "S¨ª,claro que s¨ª", le respondi¨® el alcalde.
Apuntar un pron¨®stico sobre los resultados de Sevilla es dif¨ªcil m¨¢s a¨²n acertarlo. Las encuestas dan empate t¨¦cnico a dos bandas (Becerril y Borbolla), por lo que los pol¨ªticos echan mano de l¨¢piz y papel y todos ponen el c¨ªrculo rojo en una cifra: 17. Justo la mayor¨ªa absoluta. Si populares y andalucistas no consiguen juntos esos concejales, significar¨¢ que Borbolla ser¨¢ el pr¨®ximo alcalde aunque tendr¨¢ que apoyar para gobernar en IU. Pero si logran, de nuevo habr¨¢ un pacto con Rojas-Marcos como alcalde aunque obtenga menos apoyo que Becerril. Eso aseguran en PA, y en el PP no lo niegan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.