Privatizaciones y proyectos fantasma
El chapuz¨®n se encareci¨® con el PP. A m¨¢s de un jubilado se le termin¨® de blanquear el pelo a finales de enero al observar que ten¨ªa que pagar el doble que de costumbre para poder hacerse los mismos largos de siempre: el precio de las piscinas creci¨® un ciento por ciento, de 400 a 800 pesetas. Fue un ejemplo de las subidas de precios aplicadas por el equipo que durante cuatro a?os encabez¨® Jos¨¦ Gabriel Astudillo. La filosofia detr¨¢s de estas medidas es que el ciudadano -y no el Ayuntamiento- pague por lo que usa.Pero los aumentos de precio en los polideportivos municipales -hay 46 en total- no disuadieron al p¨²blico: en 1993, aun con incrementos de hasta un 150% en las tasas, aument¨® un 3% la aflunencia de usuarios -15.448.788 asistencias, 639.000 m¨¢s que en 1992-
La reducci¨®n del gasto fue una de las banderas enarboladas por los gestores del Ayuntamiento -el IMID (Instituto Municipal de Deportes) ha reducido este a?o su presupuesto en un 25%, hasta los 7.500 millones-. Los m¨¢s liberales contemplaron la medida con agrado. Pero la reducci¨®n de gastos tambi¨¦n tuvo su cara oculta: unas quinientas canastas callejeras -del programa Baloncesto en la calle- siguen pudri¨¦ndose a la espera de un patrocinador.
Las privatizaciones fueron el otro caballo de batalla del equipo popular: en cuatro a?os, la gesti¨®n de nueve polideportivos municipales pas¨® a manos privadas. La primera adjudicaci¨®n estuvo envuelta en pol¨¦mica. Desde que se dio prioridad a las federaciones -tenis, k¨¢rate- frente a las empresas privadas, el temporal remiti¨®.
Hubo un par de proyectos fantasma. Como el del Palacio de Hielo, una idea lanzada en agosto de 1992 que a¨²n permanece congelada. El Ayuntamiento patin¨®: lo adjudic¨® a una aficionada a los deportes de invierno, recibi¨® cr¨ªticas por todos los flancos y, al mes, rectific¨®. La supuesta falta de solvencia de la adjudicataria forz¨® una marcha atr¨¢s en la adjudicaci¨®n. Tambi¨¦n se frustr¨® la conversi¨®n del can¨®dromo de Carabanchel en vel¨®dromo. El Ayuntamiento de Madrid, due?o del edificio, se gast¨® cerca de mil millones en unas obras que siguen paralizadas a la espera de 800 millones. "Tenemos el mejor vel¨®dromo del mundo y nadie lo puede acabar", dec¨ªa indignado hace dos meses Juan Serra, presidente de la Federaci¨®n Nacional de Ciclismo.
Tampoco faltaron los momentos de bochorno. La sensaci¨®n de rid¨ªculo se apoder¨® de Madrid all¨¢ por el mes de marzo, cuando la capital se entreg¨® en vano a una lucha por arrebatarle a Barcelona el r¨¦cord de participaci¨®n en una carrera popular. Alrededor de 95.000 madrile?os -las cifras son confusas se calzaron las zapatillas y se pusieron el ch¨¢ndal un domingo por la ma?ana con la idea de batir el r¨¦cord del Guinness. Pero, craso error, los organizadores olvidaron solicitar a la Polic¨ªa Municipal los datos de participaci¨®n, una condici¨®n imprescindible para la validez de la marca. El Ayuntamiento acab¨® reclamando los dos millones entregados a la empresa organizadora. Y la directora del Guinness en Espa?a, asegurando que se hab¨ªa utilizado el nombre del libro de los r¨¦cords sin su consentimiento.
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