?Va toro!
Las reses, al desembarcar, arremeten contra cuanto se mueva
Los toros han llegado despu¨¦s de cinco horas de viaje, atravesando Castilla cuando m¨¢s aprieta el sol. Al desembarcarles salen con la sangre caliente. Es un momento delicado, porque arremeten contra todo; entonces se producen las cornadas entre ellos o quedan inutilizados para la lidia. Despu¨¦s de pasar al corral se tranquilizan e Iluminado, el mayoral del Bat¨¢n, ya puede moverse entre ellos con naturalidad.
Los atanasios que lidiar¨¢n el pr¨®ximo jueves Manz¨¢nares, Litri y Ponce llegaron el pasado martes desde Salamanca. Van saliendo de uno en uno a la voz de "?Va toro!" y recorren un pasillo y tres corralillos, dos de ellos tan peque?os como un chiquero, antes de entrar al corral donde esperan los bueyes para ir reuniendo la manada.Cualquier movimiento que se haga les excita y comienzan a pegar derrotes contra puertas y paredes, al liberar toda la codicia contenida en su encierro. Este a?o un toro de Murteira se rompi¨® una pata y otro de Ib¨¢n muri¨® corneado en su suelta en Las Ventas. A veces tambi¨¦n se van a por los cabestros y al toro que no se tranquilice pronto hay que aislarle y regarle con agua fr¨ªa.
Con los, atanasios esta vez hubo suerte. Se desembarca toda la corrida en nueve minutos y no se registran incidentes, aunque dos llegan con evidentes se?ales en los pitones de no haberse resignado a permanecer inm¨®viles durante el viaje, en un espacio tan reducido que no es posible ni darse la vuelta ni tumbarse.
Los toros, seg¨²n se van juntando, cercan a Iluminado, que les recibe hecho una estatua tras el burladero, pero escapan en cuanto les abre la puerta para pasar al corral donde permanecer¨¢n a la vista del p¨²blico hasta el d¨ªa anterior a su lidia. Uno de ellos se encara con los espectadores que han acudido al Bat¨¢n. Hasta que no se acostumbre al nuevo paisaje en el que van a comparecer ni?os y mayores que le llaman y provocan, permanecer¨¢ en estado de alerta.
Cuando se tranquilizan, el toro, se vuelve noble. Iluminado entra en el corral y con dos voces y la vara en alto, huyen de ¨¦l en cuanto aparece. Tambi¨¦n sabe cu¨¢ndo no hay ni que asomar las cejas: "A los toros se les adivinan las intenciones. El que te ve y se da la vuelta, ning¨²n problema. Cuando te mira y remira cuidado. Entonces no me atrevo ni a salir medio metro, porque si se arranca soy hombre muerto".
En el Bat¨¢n el trasiego de toros es continuo. Corridas que llegan, corridas que se van, toros rechazados en el reconocimiento y sobreros en espera de destino, Iluminado no para: "Si fueran corderos, esto ser¨ªa cansado, pero siendo toros, uno acaba destrozado".
Babelia
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