"Yo pongo mi curr¨ªculo a pelear con quien sea"
El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, de 57 a?os, ha sufrido durante la campa?a una transici¨®n hacia el enfado que no cuadra con su car¨¢cter habitual. La manifestaci¨®n, el s¨¢bado pasado, de 5.000 personas contra el mobiliario urbano que lleg¨® de Francia y ha invadido las aceras pareci¨® alterarle en su bonhom¨ªa. Incluso critic¨® el alcalde que este ejercicio de un derecho constitucional fuera autorizado por la Delegaci¨®n del Gobierno. Pero el sondeo del pasado domingo tal vez obr¨® a favor de su tranquilidad, que muestra haber recuperado ya en el momento en que se celebra la entrevista, el martes 23 de mayo.Durante la campa?a, el alcalde ha defendido que los impuestos locales de Madrid no han subido. No le importa que el PP haya utilizado en la contribuci¨®n urbana un particular c¨¢lculo de la inflaci¨®n, que se a?ade al aplicado ya por el Estado mec¨¢nica-, mente cada a?o al valor catastral de los edificios (ambos incrementos, sumados, van a parar luego a las arcas municipales, y el primero es opcional en cada Ayuntamiento).
Pregunta. ?Qu¨¦ cree que pensar¨¢n de ustedes los ciudadanos que les oyen decir que no han subido los impuestos municipales y que tienen los recibos guardados?
Respuesta. Tienen que pensar en lo que yo digo: que se ha producido la absorci¨®n del coste de vida en la parte que al Ayuntamiento le corresponde. Y ¨¦sa es una verdad absolutamente indeclinable. Y que comparen su recibo con cualquier otro de los municipios aleda?os o de los municipios m¨¢s alejados. El Ayuntamiento de Madrid tiene una presi¨®n fiscal muy moderada respecto al conjunto de la naci¨®n.
P. ?Es usted partidario de limitar el derecho de manifestaci¨®n durante la campa?a?
R. Durante las campa?as debiera producirse una intervenci¨®n de la Junta Electoral, igual que sucede con todos los acontecimientos que pueden tener incidencia en unas elecciones. Igual' que la Junta Electoral decide qu¨¦ espacios pueden ocuparse para la publicidad o qu¨¦ lugares son convenientes para hacer expresiones electorales, tambi¨¦n debiera decidir sobre qu¨¦ manifestaciones podr¨ªan tener incidencia y car¨¢cter electoral.
P. Dijo usted que la marcha contra los muebles
[convocada por arquitectos y urbanistas] era una manifestaci¨®n politizada, como si el estar politizado fuera algo malo. Usted mismo es un pol¨ªtico, ?no?
R. Parece que el gran acontecimiento que ha ocurrido a lo largo de cuatro a?os ha sido el mobiliario urbano. ?Qu¨¦ bien he debido de hacer el resto!
[se r¨ªe]. Yo dec¨ªa politizada y quer¨ªa decir "sesgadamente politizada". Es decir, con un planteamiento no de un debate neutro. Y los hechos me han dado la raz¨®n: se unieron personas de partidos pol¨ªticos contrarios al nuestro. Es decir, se utiliz¨® la manifestaci¨®n como una plataforma de disconformidad pol¨ªtica, con independencia de que hubo muchas personas que se manifestaron contra el mobiliario urbano simplemente porque cre¨ªan que no es oportuno. Y algunos fueron equivocados. Yo estuve con algunos estudiantes de arquitectura que protestaban porque cre¨ªan que era una inversi¨®n desmesurada, cuando el Ayuntamiento no ha pagado nada, sino que, por el contrario, cobra.
P. Cobra poco.
[Cinco millones al a?o por ceder las aceras a la publicidad. La empresa generar¨¢ un negocio de 15.000 millones en los 18 a?os de concesi¨®n].
R. Cobra lo importante: tenemos las motos verdes
[recogen excrementos de perro], y la concesionaria se encarga de la recogida de las pilas y los vidrios... Por tanto, es una idea muy apreciable en el servicio que presta.
P. ?Recibi¨® usted alg¨²n consejo externo sobre la empresa a laque se deb¨ªa adjudicar?
R. Se produjo un concurso p¨²blico, y fueron los t¨¦cnicos, a los que yo acud¨ª expresamente para que me explicaran cada una de las ofertas, los que me dijeron lo que opinaban. El orden de preferencia lo pusieron ellos, y nosotros no lo alteramos, con independencia de que quienes est¨¢bamos all¨ª -me acompa?aban algunos concejales- tuvi¨¦ramos un criterio que coincidiera o no con el de los t¨¦cnicos. De todas formas, en este asunto valoro enormemente el que haya una conciencia social. Es muy positivo que la gente decida manifestarse a favor o en contra del mobiliario urbano. Es un debate social interesante. Quiere decir que la sociedad no est¨¢ muerta, que los madrile?os empiezan a preocuparse de la ciudad. si no lo hici¨¦ramos por tendencia pol¨ªtica, sino por preocuparnos de la ciudad, eso ser¨ªa muy positivo.
P. Ustedes acusaban al PSOE de aplicar el rodillo cuando ten¨ªa mayor¨ªa absoluta en el Parlamento. ?No han ca¨ªdo ustedes en el Ayuntamiento en el mismo defecto que denunciaban?
R. En absoluto. Ninguno de mis concejales ha dicho "ustedes tendr¨¢n la raz¨®n, pero los de aqu¨ª somos m¨¢s que los de all¨ª". Eso me, lo dijeron a m¨ª expresa mente. Yo jam¨¢s he tenido a 25 concejales de la oposici¨®n metidos en un solo cuarto, y sin me dios, y compartiendo la sala de visita con dos secretarias. Otra cosa es que los modo! que me han querido exigir sean distintos a los que yo creo que se deben aplicar. Por ejemplo, creo que no ten¨ªa mucho sentido que yo interviniera en los plenos
[el alcalde los preside]; tampoco el alcalde interven¨ªa cuando estuvo el PSOE.
P. ?Por qu¨¦ han retirado la voz en los plenos a las asociaciones de vecinos?
R. Eso empez¨® a exigirse justamente cuando llegamos nosotros. A m¨ª me pareci¨® que ¨¦se era un movimiento que ten¨ªa un inter¨¦s determinado. Los plenos no pueden paralizarse con una gesti¨®n de car¨¢cter asambleario. No tiene sentido, igual que no intervienen en las Cortes los ciudadanos cada uno por su lado.
P. Es decir, que las asociaciones de vecinos est¨¢n politizadas tambi¨¦n.
R. Yo no s¨¦ si est¨¢n politizadas, pero han hecho asambleas y han participado en la creaci¨®n de mesas llamadas todos contra ?lvarez del Manzano. Yo no s¨¦ si eso es politizarse o no.
P. Eso fue despu¨¦s de excluirlas usted.
R. A lo largo de este mandato.
P. Ustedes han dedicado miles de millones a excavar t¨²neles en la creencia de que eso mejora el tr¨¢fico y sin embargo no han logrado algo mucho m¨¢s barato y que contribuir¨ªa mejor a ese objetivo: impedir la doble fila.
R. He invertido miles de millones y he salvado miles de millones en horas de estancamiento de los ciudadanos en los puntos clave. Por poner un ejemplo, en Conde de Casal se han recuperado miles de millones de horas que perd¨ªan los madrile?os.. Pero, efectivamente, el problema de la segunda y la tercera fila es un problema importante que tiene mucho que ver con la capacidad de cobro de las sanciones que tiene el Ayuntamiento. Es un tema en el que hemos de tener m¨¢s imaginaci¨®n y sobre todo' m¨¢s polic¨ªa. Porque, desgraciadamente, esa colaboraci¨®n que yo he pedido a los ciudadanos no ha sido posible. Yo he creado 55.000 plazas de aparcamiento para que la gente meta los coches, no para que los utilice como si no tuviera lugar donde dejarlos. Pero tambi¨¦n tengo que decir una cosa: cuando yo llegu¨¦ hab¨ªa un 1.070.000 coches, y ahora hay 1.450.000, m¨¢s de un tercio de aumento, y la circulaci¨®n ha mejorado. Pero es cierto que sigue siendo uno de los graves problemas de esta ciudad.
P. ?Se merece Madrid estos candidatos que tiene?R. Ser¨ªa absurdo que yo dijera que no. Cualquier candidato de esta ciudad es homologable con los de cualquier otra de Espa?a. Cualquiera. No tenemos nada que desmerecer en absoluto. Y habr¨ªa que ver incluso los resultados electorales que hemos ido teniendo frente a otros candidatos que aparentemente ten¨ªan un nombre y que han tenido resultados que pueden acreditarles como que no contaban con el refrendo de la gente. Yo pongo mi curr¨ªculo profesional o municipal a pelear con cualquiera de los que haya en Espa?a.
P. ?Es tan importante reformar la plaza de Oriente?
R. S¨ª. Se va a poner en funcionamiento el teatro de la Opera. Hace falta que lleguen ah¨ª los camiones con el atrezzo, los espectadores, que tengan sitio donde aparcar, que la circulaci¨®n sea posible... y que al mismo tiempo los vecinos tengan derecho a aparcamiento. Se dijo que el aparcamiento no le interesaba a nadie, y resulta que el principal problema que tenemos ahora es el n¨²mero de gente que solicita una plaza. Y tenemos que quitar el espect¨¢culo de los autobuses que afean la zona y dificultan la circulaci¨®n. Y preservar al mismo tiempo el palacio Real.
P. ?Recuerda usted cuando le reprochaba a Enrique Tierno el fuerte endeudamiento que ¨¦l aprob¨®?
[La deuda que dej¨® el PSOE en 1989 fueron 47.921 millones. Ahora suma 180.000 millones con el PP].
R. Tierno encontr¨® en el Gobierno nacional gran sensibilidad porque le liquid¨® las deudas municipales. Y le dejaron hacer otras. Y en segundo lugar, para sacar al Ayuntamiento del estancamiento en que lo hab¨ªan dejado los socialistas hubo que realizar un fuerte impulso. C¨®mo hemos tenido una exigencia fiscal moderada, hemos apelado al endeudamiento. Y despu¨¦s de ese fuerte impulso de los dos primeros a?os
[gobierno de coalici¨®n CDS-PP], en los cuatro restantes, ya dirigidos por m¨ª, el crecimiento de la deuda ha sido menor que cuando los socialistas se quedaron a cero en la suya. La limitaci¨®n de la carga financiera en las corporaciones locales es del 25%, y nosotros estamos en un 17%. Hay muchas ciudades espa?olas m¨¢s endeudadas. Es decir, Madrid, la capital, est¨¢ menos endeudada que la gran mayor¨ªa de ciudades espa?olas.
P. ?Se presentar¨ªa de nuevo a la reelecci¨®n?R. Le agradezo a EL PAIS. que confie en que yo seguir¨¦
[se r¨ªe].
P. Usted lo pronostic¨®.
R. Yo trabajo con una visi¨®n muy estricta de lo que hago. Ahora me presento a estas elecciones y pienso exclusivamente en ese mandato. No me he planteado lo que ocurrir¨¢ despu¨¦s. En el partido hay muchos ejemplos que han traspasado con eficacia esos l¨ªmites: Ca?ellas
[Baleares], o Fraga en otros aspectos... Yo no tengo planteado un problema con eso, pero tiendo a no querer renovar un tercer mandato si es que este segundo se produce. Pero, sobre todo, no estar¨¦ ni un minuto m¨¢s de lo que los madrile?os y mi partido quieran.
P. ?C¨®mo pueden entenderse ideol¨®gicamente un democristiano como usted y una ultraliberal como su n¨²mero dos, Esperanza Aguirre?
R. Eso es el milagro del PP: que ha conseguido lo que ped¨ªamos los partidarios de que la Coalici¨®n Popular se mantuvise. Yo tuve problemas en el PDP justamente por decir que la Coalici¨®n Popular era una buena idea. Y convivimos perfectamente los liberales con los democristianos. Por otro lado, Esperanza Aguirre es una muy buena profesional, con una capacidad de trabajo y esfuerzo... y cuyas ideas liberales sirven tambi¨¦n para contrapesar el ejercicio que se realiza. No olvide usted que un componente democristiano es aplicar el principio de subsidiariedad
[la Administraci¨®n p¨²blica s¨®lo se ocupa de aquello que no puede hacer la iniciativa privada].
P. ?No le pareci¨® sospechoso que 15 paisanos del concejal de personal, nacido en Casas de Miravete (un pueblo extreme?o de 150 habitantes), aprobasen una oposici¨®n municipal, lo mismo que familiares de otros ediles de los tres partidos?
R. No se quebrant¨® la ley,
pero le confieso que no me produjo ninguna satisfacci¨®n personal. Por otra parte, los familiares de los concejales no son seres malditos, se pueden presentar a las oposiciones. De todas formas, en Estados Unidos vemos con frecuencia a los hermanos o las mujeres incorporados a tareas de gobierno, y nadie se escandaliza. Pero, vamos, no es mi caso. Es m¨¢s, le ped¨ª a una sobrina que no se presentara a unas oposiciones municipales.P. ?Por qu¨¦ bajaron ustedes las becas de comedor?
[Eran 500 millones en 1993, son 219 ahora].
R. Porque a mi me parece que no todo puede hacerse desde el Ayuntamiento, Por otro lado, no todas las becas iban destinadas a personas que realmente las necesitaban. Era muy dif¨ªcil discernir entre el necesitado y el que se aprovechaba de la situaci¨®n. Pero en los servicios sociales hemos subido notablemente respecto a lo que hac¨ªa el PSOE.
P. ?Precisa Madrid, como ustedes pretenden, unos nuevos barrios donde vivir¨¢n tantas personas como en Alicante entero?
R. Hay que ser realista. Mucha gente quiere vivir en Madrid. Tenemos que proporcionarles esa posibilidad. Por otro lado, los que se van a vivir fuera a sus aleda?os producen luego problemas funcionales de movilidad mucho mayores que si vivieran dentro. Incluso son ciudadanos que viven fuera, pagan sus impuestos fuera, y sin embargo utilizan la ciudad como los dem¨¢s. Con los nuevos barrios queremos ofrecer suelo con suficiente impacto en el mercado como para que adem¨¢s sea barato.
P. ?No ser¨¢ que necesitan ustedes vender ese suelo para saciar la sed de la endeudada hacienda municipal?R. No. Posiblemente, al cambio perder¨ªamos econ¨®micamente. Basar esa ampliaci¨®n en la vertiente exclusivamente econ¨®mica_no ser¨ªa una buena operaci¨®n.
P Usted sepregunto hace un a?o, tras un suceso en una infravivienda, que por qu¨¦ los inmigrantes no se quedan en sus pueblos en lugar de venir a Madrid. ?Se ha respondido ya a esa pregunta?
R. Vamos a ver. Lo que m¨¢s me ha dolido de mi mandato es que, aprovechando el contexto de una frase, me hayan llamado racista, y sobre todo que lo dijesen personas que conscientemente sab¨ªan que no es verdad. Que eso pueda decirlo alguien que me conozca... no lo entiendo. Lo que dije es que si muchas personas supieran las dificultades que se van a encontrar aqu¨ª posiblemente no vendr¨ªan. Y a eso me refer¨ªa yo: ?por qu¨¦ no se les informa? Ellos mismos dicen: si supiera c¨®mo iba a vivir aqu¨ª no habr¨ªa venido. La dificultad del municipio es enorme para poderles atender como corresponde... vienen sin trabajo, sin dinero, sin techo... Y hay gente que me dice: "Est¨¢ usted dando viviendas para realojamiento, y sin embargo yo tengo unos hijos que quieren vivir aqu¨ª y usted no les da los pisos que les da a los inmigrantes". Me gustar¨ªa que la ciudad pudiera ir absorbiendo a estas personas, como Alemania absorbi¨® a los espa?oles que fueron all¨ª en otra ¨¦poca... Mi expresi¨®n fue de desgarro ante la impotencia para atender a los inmigrantes. De todas formas, ¨¦ste es un problema que ha de resolverse entre el Estado, la comunidad aut¨®noma y los ayuntamientos.
P. ?Est¨¢ usted seguro de que la incineradora de Valdeming¨®mez no producir¨¢ c¨¢ncer a nadie?
R. Eso es lo que yo deseo. Me tienen que asegurar los t¨¦cnicos que eso es as¨ª. En ning¨²n sitio del mundo producen c¨¢ncer. El otro d¨ªa, un t¨¦cnico italiano asesor de medio ambiente en la ONU me dec¨ªa que la quema de un rastrojo produce dioxinas m¨¢s peligrosas que una incineradora. ?Por qu¨¦ las hay en Par¨ªs, en Viena, Estocolmo, Matar¨® -con un gobierno del PSOE- y ah¨ª no se produce ning¨²n efecto? No es moral asustar a la gente. El alcalde de Roma, que es ambientalista, verde, est¨¢ pensando en una.
P. ?Cu¨¢ndo empezar¨¢ a funcionar?
R. Cuando los t¨¦cnicos me aseguren que est¨¢ todo en orden.
P. ?Por qu¨¦ sus bandos no se aplican, como el de carga y descarga, como el de las multas a drogadictos? ?Por qu¨¦ las multas de tr¨¢fico o de la ORA no se cobran?
R. ?sas son las dificultades que hemos analizado en el grupo de los alcaldes de las siete ciudades espa?olas m¨¢s pobladas. Y hemos pedido modificaciones legislativas para tener mayor capacidad de cobrar las multas y m¨¢s autoridad legal. De todas formas, yo en esto no puedo luchar solo -con la Polic¨ªa Municipal- si no hay una implicaci¨®n y colaboraci¨®n de los ciudadanos, las empresas y los sindicatos.
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