La m¨¢quina ya tiene coraz¨®n

La m¨¢quina tiene coraz¨®n. Thomas Muster no estaba euf¨®rico ni enloquecido tras ganar Roland Garros, sino tranquilo e ir¨®nico. "Este t¨ªtulo no va a cambiar mi vida", declar¨®. "Tengo 27 a?os, ya soy mayor y tengo experiencia. Estoy calvo, nadie me ver¨¢ como un ni?o prodigio -como Michael Chang o Boris Becker", agreg¨®.Muster es, con el rumano Ilie Nastase, el ¨²nico tenista que ha ganado en una sola temporada tres grandes t¨ªtulos europeos sobre tierra batida: Montecarlo, Roma y Par¨ªs. Todo el mundo le considera el hombre m¨¢s en forma sobre superficies de arcilla. Pero el austriaco prefiere la modestia. "Creo que, con este t¨ªtulo, saltar¨¦ del quinto puesto de la clasificaci¨®n mundial al tercero", dijo. "Est¨¢ muy bien. Mi objetivo", sigui¨®, "ser¨¢ trabajar para alcanzar el segundo puesto. Y, qui¨¦n sabe", brome¨®, "tal vez por accidente llegue a ser n¨²mero uno".

Alzar la copa de Roland Garros fue, sin embargo, la culminaci¨®n de un sue?o para Muster. "Desde que empec¨¦ a jugar al tenis, cuando era m¨¢s peque?o que este trofeo, imaginaba que cada golpe era un match point de Roland Garros. No s¨¦ cu¨¢ntas veces, miles, he so?ado con ganar el aut¨¦ntico match point de Par¨ªs, y hoy lo he conseguido. Es fant¨¢stico, prosigui¨®, "pero en este momento siento sobre todo alivio. Alivio por haber ganado, alivio por haberme quitado la presi¨®n de encima. A lo largo del torneo procur¨¦ no pensar en este domingo y m¨¢s de una vez dije que llegar a la final no me quitaba el sue?o, lo cual era parcialmente cierto, pero no del todo. Los nervios", agreg¨®, "estaban dentro de m¨ª. Ahora ya est¨¢".

El tenista austriaco no acudir¨¢ a Londres para disputar Wimbledon. Prefiere tomarse unos d¨ªas de descanso, jugar el torneo de Viena e irse de vacaciones "para estar fresco en la segunda mitad de la temporada. Miren mi aspecto, soy mayor y tengo que cuidarme", brome¨®.

En ning¨²n momento, durante el partido, se sinti¨® amenazado. Cuando, en el primer set, perd¨ªa 4-1 y Chang dispuso de cuatro bolas de 5-1, se limit¨® a "pensar ya en el segundo set, pero sin angustias. Entonces Chang fall¨® algunas pelotas, yo me di cuenta de que su servicio no era gran cosa, me adelant¨¦ para presionarle y las cosas empezaron a marchar muy bien".

Michael Chang estaba resignado. Hab¨ªa perdido ante un Thomas Muster "en una forma espl¨¦ndida, no invencible, porque todos somos humanos, pero casi. Hay que felicitarle por su juego, de los ¨²ltimos meses. Creo que yo", a?adi¨®, "no tengo nada que reprocharme por mi juego. Cuando esta noche rece y hable con Dios, le dar¨¦ las gracias".