Un testigo de las tragedias alemanas
El edificio que Christo empez¨® a empaquetar ayer en Berl¨ªn simboliza como ning¨²n otro la historia de Alemania desde su fundaci¨®n con el Kaiser Guillermo II y el canciller de hierro Otto von Bismarck, a fines del siglo pasado, a la primera democracia durante la Rep¨²blica de Weimar, a la que siguieron las dos grandes tragedias ocurridas sobre el suelo alem¨¢n: el nazismo y la dictadura prusia no estalinista en la desaparecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA). El emperador Guillermo II coloc¨® la primera piedra el 9 de junio de 1884 y 10 a?os despu¨¦s, el 5 de diciembre de 1894, la ¨²ltima, con la que entregaba un edifico que no le merec¨ªa mucho respeto.Escenario ficticio, al d¨ªa siguiente del 8 de mayo de 1945, de la capitulaci¨®n alemana gracias a la legendaria foto del soldado sovi¨¦tico que ondea la bandera roja sobre su c¨²pula. El muro de la verg¨¹enza se levantaba al lado de una de sus- fachadas. Recinto elegido para entierros famosos: desde el del primer presidente socialista de la Rep¨²blica de Weimar, Friedrich Ebert, al m¨¢s reciente de su correligionario Willy Brandt. En sus esca?os se aprobaron los cr¨¦ditos para la entrada en la Primera Guerra Mundial, con el voto desvergonzado de la socialdemocracia (SPD) y la oposici¨®n de su diputado Karl Liebknecht, a quien luego asesinaron con Rosa Luxemburgo.
El Reichstag fue testigo de la llegada al poder, por v¨ªa de los votos en las urnas, de los nazis; que no tardaron en profanar lo que deber¨ªa haber sido ubicaci¨®n para el debate democr¨¢tico. All¨ª ladr¨® el F¨²lirer Adolf Hitler. El mariscal Hermann G?ring se convirti¨® en presidente encargado de la custodia de esa instituci¨®n democr¨¢tica, lo que equival¨ªa a colocar a Dr¨¢cula como guardi¨¢n del banco de sangre de un hospital. El 27 de fe brero de 1933 el Reichstag ardi¨® y los nazis echaron la culpa a los comunistas. Todo parece indicar que G¨®ring hab¨ªa facilitado la entrada a provocadores nazis, que prendieron el fuego.
Ley de plenos poderes
All¨ª se vot¨® la ley de plenos poderes a Hitler, con la oposici¨®n de la socialdemocracia (SPD), que por una vez recuper¨® la verg¨¹enza y la dignidad, lo que hizo que muchos de ellos pagaran con su vida la oposici¨®n al nazismo rampante.Durante la Rep¨²blica de Bonn, el Reichstag conserv¨® su sentido simb¨®lico como futura sede del Parlamento alem¨¢n tras una hipot¨¦tica reunificaci¨®n en la que nadie cre¨ªa en realidad. Menos de un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda del muro, el 3 de octubre de 1990, desde su escalinata, el Reichstag fue escenario de la reunificaci¨®n alemana, en medio de una explosi¨®n de fuegos artificiales, una borrachera colectiva y el himno nacional, que entonaba con considerable desafino el canciller de la unificaci¨®, el democristiano Helmut Kohl (CDU), enemigo declarado del sacrilegio cometido por Christo.
El 25 de febrero de 1994, el Bundestag aprob6en Bonn, por 292 votos a favor, 223 en contra, nueve abstenciones y un voto nulo, el proyecto de recubrir el Reichstag, cuya culminaci¨®n se inici¨® ayer en la capital alemana.
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