El Partido Popular mantiene hasta el ¨²ltimo momento la duda sobre el veto a la comparecencia de Serra

Despu¨¦s de descartar ayer por la ma?ana el veto a la comparecencia en el Congreso de Narc¨ªs Serra sobre las escuchas del Cesid, para evitar que el Gobierno lo vuelva su contra y argumente que la oposici¨®n impide explicar el esc¨¢ndalo, el Partido Popular dio un giro de 180 grados por la tarde. El veto volvi¨® a ser "posible, hasta probable" al tener conocimiento de que el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, pod¨ªa dar hoy una conferencia de prensa en el Congreso tras reunirse con el Grupo Socialista.El problema para el Grupo Popular consiste en que la Junta de Portavoces se re¨²ne previsiblemente antes de finalizar la reuni¨®n del Grupo Socialista. Los populares corren el riesgo de vetar a Serra con el argumento de que Gonz¨¢lez escurre el bulto en el hemiciclo, mientras habla en una conferencia de prensa, y luego no celebrarse ¨¦sta.

En la Junta de Portavoces se necesita el voto un¨¢nime de los grupos para modificar el orden del d¨ªa del pleno semanal e incrustar la presencia de Serra. Si los populares no aprueban el cambio, el vicepresidente del Gobierno no podr¨¢ comparecer hasta la semana pr¨®xima.

El PP calcula al mil¨ªmetro sus movimientos en lo que considera "grav¨ªsima crisis pol¨ªtica" y quema sus ¨²ltimos cartuchos, sin mucho convencimiento, para intentar que los grupos parlamentarios, excepto el socialista, pidan hoy en la Junta de Portavoces la presencia de Gonz¨¢lez. El objetivo ser¨ªa dejar solo al PSOE en la aceptaci¨®n de Serra, pero durante el d¨ªa de ayer los mensajes que recib¨ªa de CiU eran poco alentadores.

Los populares, insisten en que la presencia del vicepresidente "raya en el esc¨¢ndalo, puesto que Serra debe ser investigado por las escuchas ilegales", igual que la permanencia de hecho al frente del Cesid del teniente general Emilio Alonso Manglano, una semana despu¨¦s de haber presentado la dimisi¨®n y a los seis d¨ªas de que el Gobierno anunciara que la hab¨ªa aceptado.

Aznar insisti¨® ayer ante sus compa?eros de direcci¨®n en que la situaci¨®n actual "es un desastre" y el Gobierno bloquea cualquier salida razonable. Entre los populares empieza a cundir, seg¨²n uno de los asistentes a la sesi¨®n de trabajo, una sensaci¨®n de impotencia y de preocupaci¨®n por el deterioro en el que creen que est¨¢ entrando el pa¨ªs y la situaci¨®n que van a heredar si ganan las pr¨®ximas elecciones generales.

"Vamos de esc¨¢ndalo en esc¨¢ndalo", declar¨® ayer un portavoz. "Si el coronel Juan Alberto Perote est¨¢ en la c¨¢rcel, acusado de filtrar las escuchas ?c¨®mo sigue libre Alonso Manglano, que presuntamente las orden¨®?", se pregunt¨®.

La direcci¨®n del PP difunde tambi¨¦n el mensaje de que la continuidad de hecho del teniente general dimitido al frente del Cesid tiene un sentido muy concreto: "No va a quedar nada en los archivos del Cesid. Todo lo m¨¢s, alguna pel¨ªcula de Walt Disney".

El estallido del esc¨¢ndalo del espionaje ilegal de los servicios secretos militares ha motivado tres dimisiones, la del director del Cesid -la ¨²nica aceptada hasta el momento- y las del vicepresidente Serra y el ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas.

Fuentes pr¨®ximas a Aznar se hacen cruces sobre el hecho de que Gonz¨¢lez trate d¨¦ cerrar la crisis aceptando la renuncia del militar, pero dej¨¢ndole seguir de momento en su puesto, y llevando al vicepresidente al pleno del Congreso a dar explicaciones.

La ¨²nica salida que le queda al Grupo Popular es la dureza en la respuesta a Serra, esta semana o la pr¨®xima, que correr¨¢ a cargo de un experto, el secretario general Francisco ?lvarez Cascos. Entre los populares ha sido acogida con iron¨ªa, por otra parte, la queja del portavoz socialista, Joaqu¨ªn Almunia, sobre los gritos de burla con que fue recibido Serra la semana pasada en el Congreso.

La respuesta por Gonz¨¢lez ma?ana mismo a dos preguntas sobre el esc¨¢ndalo del Cesid, una de ?lvarez Cascos y otra de Almunia, puede dar oportunidad de intervenir a los diputados del Grupo Popular de los bancos altos, m¨¢s acostumbrados a expresarse con manos y pies que a subir a la tribuna.