Los hombres del 'premier'

Decidido a evitar lo que le ocurri¨® a Margaret Thatcher, quien, llevada de un exceso de confianza en s¨ª misma, desatendi¨® su campa?a personal y perdi¨® el cargo en noviembre de 1990, John Major ha establecido a toda prisa un equipo de trabajo dedicado a promocionar su imagen.

Dos ministros leales, el de Escocia, lan Lang, y el de Transportes, el sufrido Brian Mawhinney, dirigen junto a lord Cranborne su campa?a, en la que, en diferente grado, se han mostrado dispuestos a colaborar otros miembros del Gabinete. Por ejemplo, la vapulea a ministra de Sanidad, Virginia Bottomley; el titular de Interior, Michael Howard, y la de Educaci¨®n, Gillian Shephard. Pero adem¨¢s, y en una zona de sombra m¨¢s efectiva, figuran algunos cargos ministeriales ejerciendo como informales comisarios del partido, caso del viceministro de Exteriores, David Davis. Nunca como ahora el Gobierno brit¨¢nico se pareci¨® tanto a un grupo de colegas preparando una fiesta de cumplea?os. Sin embargo, la responsabilidad de que las cosas salgan bien excede en esta ocasi¨®n a la mera decepci¨®n de un party fallido. Major -y quienes le apoyan- se juega mucho. El martes 4 de julio habr¨¢ 329 diputados tories decididos a elegir en la C¨¢mara de los Comunes un nuevo men¨² politico o a seguir con el que ya tienen, aunque se le a?ada alguna salsa picante.

Primera y segunda vuelta

En esa primera vuelta, el ganador debe obtener la mayor¨ªa absoluta y superar adem¨¢s al siguiente clasificado en un 15% de votos. Pero ni siquiera eso puede resultar suficiente para Major. Si 100 diputados se abstienen o votan, en su contra, todo apunta a que las presiones para que dimita ser¨¢n muy fuertes. Precisamente por ello es, de vital importancia que todo est¨¦ preparado convenientemente.Para empezar, el primer ministro parece entregado en alma y cuerpo a una carrera contrarreloj por sucederse a s¨ª mismo. Tambi¨¦n puede ocurrir que las votaciones le den un aprobado raspado, con lo cual su gesto de dimitir no habr¨¢ resuelto ninguno de los problemas que le llev¨® a tal decisi¨®n. M¨¢s dif¨ªciles resultar¨¢n las tareas de la cumbre de Cannes, que comienza ma?ana, en la que el Reino Unido estar¨¢ representado por dos l¨ªderes dimisionarios, Major y su ministro de Exteriores, Douglas Hurd.

En todo caso, la actitud del primer ministro a lo largo de este encuentro europeo va a ser observada minuciosamente por todos los euroesc¨¦pticos del partido, ansiosos de percibir alguna se?al de dureza en la aproximaci¨®n de MaJor a Europa. Despu¨¦s de todo, piensan, algo tiene que significar la desaparici¨®n de Hurd de la escena exterior.