Guerra abierta 'tory' por la sucesi¨®n de Major
La aureola de h¨¦roe le ha durado poco al primer ministro brit¨¢nico, John Major, que empieza a valorar ahora los riegos de su audaz golpe de mano del jueves, cuando puso sucargo de l¨ªder conservador a disposici¨®n del partido. Con un fin de semana de intrigas y conspiraciones por medio, ayer el partido tory calentaba motores para lanzarse a una guerra abierta por la sucesi¨®n de Major, con imprevistas consecuencias. Aun as¨ª, el primer ministro inici¨® en Londres una briosa campa?a electoral defendiendo su pol¨ªtica europea y su programa de centro-derecha ante 180 presidentes de circunscripciones.
El efecto sorpresa que dej¨® de momento desarbolados a los enemigos del primer ministro se ha esfumado y los odios tribales que anidan en el Partido Conservador brit¨¢nico parecen haber Vuelto a aflorar. Representantes de las distintas camarillas pol¨ªticas se han entregado con frenes¨ª a la conspiraci¨®n ya la c¨¢bala espoleados por la oportunidad de oro que les ha brindado el primer ministro de redefinir el partido.El primer signo de hostilidad a Major desde las filas de su propio Gobierno se hizo visible el viernes cuando el ministro para Gales, John Redwood, representante de la l¨ªnea derechista, eludi¨® ofrecerle su apoyo expreso. Sin embargo, Major demostr¨® ayer de nuevo que su decisi¨®n le ha proporcionado nuevas energ¨ªas y que no va a ser un adversario f¨¢cil. Su voz son¨® en¨¦rgica y apasionada a la hora de repetir ante una audiencia tory las l¨ªneas maestras de su programa de centro-derecha en una intervenci¨®n que constituy¨® el lanzamiento de su campa?a.
Encendida defensa
Los 180 presidentes de circunscripciones del partido presentes en la sede conservadora escucharon de labios de Major una encendida defensa de su vilipendiada pol¨ªtica europea y de su maltrecho liderazgo. Lo m¨¢s arriesgado de su intervenci¨®n sobre la Uni¨®n Europea (UE) fue calificar la idea de que la totalidad de, sus miembros deban adoptar la moneda ¨²nica a la vez, de "euro-basura". Por lo dem¨¢s insisti¨® en los viejos temas del ideario conservador e hizo un llamamiento al partido para que el "sentido com¨²n" vuelva a imperar y la lucha pol¨ªtica se enfoque claramente contra los laboristas.
Lo cierto es que no son las bases, ante las que Major volvi¨® a presentarse como el pobre chaval de Brixton forjado, en la batalla por la supervivencia, las que tendr¨¢n la ¨²ltima palabra. El primer ministro se enfrenta a las terribles huestes de Westminster, y el descontento real con su liderazgo tendr¨¢ necesariamente que aflorar en la pr¨®xima elecci¨®n del martes 4 de julio. Agobiado s por la pujanza de un laborismo que ha multiplicado su apoyo popular tras la, elecci¨®n de Tony Blair como l¨ªder, los conservadores se enfrentan a la crucial disyuntiva de optar por una linea de derecha clara, como la que representa el ministro de Tabajo, Michael Portillo, o seguir con la tibieza, claramente impopular de John Major. La otra alternativa es, desde luego, elegir al liberal de izquierda Michael Heseltine como nuevo l¨ªder. A Major, sin embargo, tampoco le faltan apoyos. En un largo editorial, el prestigioso semanario -The Economist alababa ayer su "valerosa" dimisi¨®n y le calificaba pese a todo, como "el mejor de los candidatos tories".
En realidad, todas las opciones est¨¢n en el aire, aunque no es probable que ninguno de los, candidatos decididos a oponerse a Major se destape hasta principios de la semana pr¨®xima -el plazo de presentaci¨®n de candidaturas termina a mediod¨ªa del jueves-. El ¨²nico contendiente que parece perfilarse contra Major es su antiguo ministro de Hacienda Notinan Lamont. ?ste, que dirigi¨® en noviembre de 1990 la campa?a que llev¨® a John Major al n¨²mero 10 de Downing nunca le ha perdonado que le sacrificara sin contemplaciones tras la ominosa crisis del mi¨¦rcoles negro de septiembre de 1992, Cuando el Reino Unido se vio forzado a abandonar el Sistema Monetario Europeo.
Seg¨²n sus principales aliados, Lamont est¨¢ dispuesto a saltar a la arena pol¨ªtica provisto de un verdadero y renovado programa conservador. Una l¨ªnea dura con Europa que llevar¨ªa a revisar el compromiso del Reino Unido con el Tratado de Maastricht, y a una retirada brit¨¢nica definitiva de la pol¨ªtica monetaria com¨²n. Lamont es partidario, adem¨¢s, de una firme defensa de la permanencia de Irlanda del Norte en la Uni¨®n. Una verdadera l¨ªnea de derecha para cuya defensa, sin embargo, le falta a Lamont verdadero peso pol¨ªtico. En todo caso, muchos analistas consideran que su papel en la primera vuelta podr¨ªa limitarse al de servir como elemento desestabilizador que le restara a Major votos, forzando una segunda vuelta.El complejo equilibrio de fuerzas en el Partido Conservador podr¨ªa provocar un triunfo o un fracaso de Major por razones ajenas a sus propios m¨¦ritos. De un lado, un frente anti Heseltine integrado por la l¨ªnea dura derechista, temeroso de que el fracaso del primer ministro en la primera vuelta lleve al ministro de Comercio e Industria a presentarse como candidato, podr¨ªa optar por apoyar a Major decididamente.Sin embargo, tambi¨¦n es posible que los partidarios de Michael Portillo se abstengan de votar en la primera cita electoral para permitir al delfin de Thatcher dar la batalla en la segunda y, quiz¨¢s, triunfar. Los lectores del tabloide The Sun, un aut¨¦ntico term¨®metro del estado de opini¨®n entre las clases populares que apoyan a los tories, se mostraban divididos entre Major y Portillo en una encuesta publicada ayer por el diario.
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