El empleo, la pol¨ªtica mediterr¨¢nea y la reforma e Maastricht, claves del mandato espa?ol
El semestre de presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea comienza hoy con una tremenda carga de cuestiones pendientes y con la amenaza latente de que la crisis pol¨ªtica interna obstaculice los trabajos, panorama muy parecido al de las inmediatamente anteriores presidencias francesa y germana. Pol¨ªtica mediterr¨¢nea, reforma del Tratado de Maastricht, fomento del empleo y uni¨®n monetaria son los grandes desaf¨ªos a los que ha de hacer frente la diplomacia espa?ola de aqu¨ª a diciembre. "Vamos a hacer todo lo posible para que esa percepci¨®n [de inestabilidad] no tenga consecuencias en un trabajo muy importante para Europa y para Espa?a", dice el ministro de Exteriores, Javier Solana.
El empleo, la pol¨ªtica mediterr¨¢nea y la reforma del Tratado de la Uni¨®n son el cogollo de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea (UE) que se inicia hoy. La avalancha de asuntos heredados configuran al semestre como "uno de los m¨¢s jugosos desde Maastricht", seg¨²n altas fuentes de la Comisi¨®n. Pero el deterioro pol¨ªtico interno amenaza con dilapidarlo. Como ha ocurrido en parte con las dos antecesoras: Alemania y Francia.Ambas presidencias resultaron mediocres. En la alemana, interrumpida por las elecciones la la vuelta del verano, lo m¨¢s notable fue la aprobaci¨®n de la estrategia de preadhesi¨®n de los seis pecos (Europa central y del Este), simbolizada en el almuerzo que los Quince les ofrecieron en Essen. Eso y la discusi¨®n sobre c¨®mo financiar las pol¨ªticas de empleo fue casi todo.
El mandato de Par¨ªs ha sido peor. Con un Mitterrand en declive y un Balladur atribulado, la presidencia seste¨® cinco meses. S¨®lo el impulso de ¨²ltima hora que le imprimi¨® Jacques Chirac permiti¨® salvar un poco de grandeur en Cannes, con el decisivo acuerdo sobre la ayuda financiera al Tercer Mundo y a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo del Este y del sur mediterr¨¢neo.
Lo dem¨¢s, un fiasco. Marcha atr¨¢s en la creaci¨®n de Europol. Fracaso en la proclamada gran prioridad, la cultura, pues se ha aplazado la reforma de la directiva Televisi¨®n sin fronteras, por desacuerdo entre Francia -con cierto apoyo espa?ol-y el resto de socios, a cuenta de la emisi¨®n obligatoria de programas europeos, las famosas cuotas. Avance milim¨¦trico -al menos se ha discutido- del Libro Verde sobre el pase a la tercera fase de la uni¨®n monetaria, pendiente para Madrid. M¨¢s discreto a¨²n en la prioridad sobre el empleo: no se ha aprobado el programa de impulso a las iniciativas locales.
Falta de impulso pol¨ªtico
Donde el semestre ha sido eficaz es en las cuestiones de transici¨®n encomendadas a otros (la Comisi¨®n, la troika, los grupos de expertos). As¨ª, el enfoque, temario y participantes de la Conferencia Euromediterr¨¢nea de Barcelona, est¨¢n ya pactados. Y el Grupo de Reflexi¨®n preparatorio de la reforma de Maastricht ha echado a andar.
La liviandad de los resultados alcanzados es culpa del desacuerdo de los socios", se excusa la diplomacia francesa. "Pero ¨¦se es el deber de la presidencia, lograr acuerdos que superen las diferencias", replican en la Comisi¨®n, pues "constituye un serio error" asignar a la presidencia "una mera labor de coordinaci¨®n, de tr¨¢mite, excluyendo el impulso pol¨ªtico", error en el que "algunos parecen caer en Espa?a".
Acechadas por la inestabilidad interna -en ambos casos producto de convocatorias electorales- las presidencias alemana y francesa han evitado el cero gracias al peso de ambos pa¨ªses, el liderazgo del canciller Kohl y el empuje de Chirac. Pero Espa?a pesa menos que sus antecesores. Cualquier descuido le costar¨¢ m¨¢s caro en cosecha de resultados e imagen dentro de la Uni¨®n Europea.
Entre las prioridades destacan cuatro: pol¨ªtica mediterr¨¢nea, reforma del Tratado, empleo y uni¨®n monetaria. El estrechamiento de lazos con el Mediterr¨¢neo-Sur, mediante la Conferencia de Barcelona, aparece como la principal apuesta de la presidencia (ver p¨¢gina 3): las dudas radican en c¨®mo se articular¨¢ su seguimiento, para consagrar una pol¨ªtica permanente, y si se invitar¨¢ o no a observadores (Rusia y Estados Unidos).
Otro asunto estrella es la reforma del Tratado de la Uni¨®n. Una cita: la cumbre de Mallorca, en la que polemizar¨¢n s¨®lo los n¨²meros uno. Un texto: el que elabora el Grupo de Reflexi¨®n encabezado por Carlos Westendorp (hoy mantiene en Toledo la tercera de sus 15 sesiones), la base de la Conferencia Intergubernamental de 1996. Tres huesos duros de roer son la limitaci¨®n del derecho de veto, la comunitarizaci¨®n de la pol¨ªtica exterior (Londres se resiste), y el reequilibrio entre grandes y peque?os (¨¦stos est¨¢n sobrerrepresentados en la UE).
Moneda ¨²nica
En lo monetario, la cumbre de Madrid deber¨ªa definir el escenario del pase a la tercera fase, la moneda ¨²nica. Dif¨ªcil. Alemania (y el Instituto Monetario Europeo) se oponen a fijar demasiado el proceso, prefieren tener las manos libres para coc¨¦rselo en la intimidad, m¨¢s tarde, los del n¨²cleo duro; Francia (y el Comit¨¦ Monetario) pugnan por un "dibujo muy cartesiano" decidido ya; se ignora qu¨¦ informe servir¨¢ de gu¨ªa.
El documento sobre el futuro de las monedas excluidas no entusiasma a Espa?a: cree que todo depende de cu¨¢ntos entren al final.
En el empleo parece que esta vez las cosas van en serio: se examinar¨¢n los programas sobre empleo de cada pa¨ªs -hasta ahora s¨®lo Londres lo ha presentado, ¨²nico cumplidor- lo que se considera piedra angular para activar y coordinar mejor la lucha contra el paro tambi¨¦n se pretende decidir una estrategia para impulsar las iniciativas locales de empleo. Todo eso con permiso de la estabilidad pol¨ªtica y administrativa del pa¨ªs.
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