Arafat y Peres continuaban, pasada la medianoche, una reuni¨®n para acercar posicionesDesacuerdo entre israel¨ªes y palestinos obre la retirada de tropas de Cisjordania
La fecha l¨ªmite del 1 de julio para el repliegue militar israel¨ª de las ciudades palestinas de Cisjordanla expir¨® sin acuerdo. Dos hoas y media antes, el l¨ªder de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, y el ministro de Exteriores israel¨ª, Simon Peres, iniciaron una reuni¨®n para, al menos, poder anunciar un acuerdo parcial. Continuaban. la reuni¨®n despu¨¦s de la medianoche (hora local) sin que se vislumbrara cu¨¢l pod¨ªa ser el alcance de tal declaraci¨®n.
Encerrados en un l¨²gubre sal¨®n equipado con un ruidoso e ineficaz sistema de aire acondicinado, palestinos e israel¨ªes trataban anoche de hallar eufemismos para justificar su fracasado intento de cumplir con promesas escritas.En teor¨ªa, los Gobiernos de Yasir Arafat e Isaac Rabin ten¨ªan que haber inaugurado ayer la fase m¨¢s crucial de su complejo proceso de paz anunciando la retirada de tropas israel¨ªes de Cisjordania y las modalidades y fecha exacta de las elecciones palestinas. A primera hora de la madrugada de hoy, s¨®lo hab¨ªa expresiones que vinieron a confirmar la convicci¨®n israel¨ª de que "no existen fechas sagradas".
El principal escollo que deb¨ªan salvar Peres y Arafat es c¨®mo realizar el repliegue de tropas israel¨ªes de las ciudades y aldeas palestinas cuyas tierras lindan, en muchos casos, con asentamientos jud¨ªos. Los colonos se oponen a cualquier retirada e Israel ha reconocido su preocupaci¨®n por la seguridad de los colonos.
Arafat, que se reun¨ªa con Peres en el puesto fronterizo de Erez, entre Gaza e Israel, est¨¢ resignado a obtener, en el mejor de los casos, un ambiguo "acuerdo b¨¢sico" que le permita anunciar dentro de una semana algo un poco m¨¢s concreto. Obsesionados como est¨¢n los israel¨ªes en impedir que la extensi¨®n de la autonom¨ªa palestina se convierta en una carta blanca para ataques extremistas contra los 100.000 colon os jud¨ªos que viven entre m¨¢s de mill¨®n y medio de palestinos en los territorios de la Cisjordania ocupada, el Gobierno de Rabin busca un s¨®lido plan de seguridad.
Garant¨ªas
El problema es que Arafat, enfrentado a un desaf¨ªo cada vez m¨¢s fuerte de los sectores isl¨¢micos que le acusan de vergonzosa claudicaci¨®n, no est¨¢ en condiciones de ofrecer garant¨ªas convincentes. A juzgar por las medidas que est¨¢n adoptando sus propios polic¨ªas, Arafat sabe muy poco de lo que ocurre m¨¢s all¨¢ del modesto "palacio presidencial" en el que se instal¨® tras su llegada a Gaza hace exactamente un a?o.
El plan lleva un a?o de retraso. Ayer se hablaba de un acuerdo para comenzar el repliegue de tropas isral¨ªes de siete ciudades palestinas, pero el principal escollo que bloqueaba la firma de un tratado era una cl¨¢usula que, en la pr¨¢ctica, da luz verde a los soldados de Israel para avanzar y mantener el, control sobre territorios que tendr¨ªan que ser "aut¨®nomos" seg¨²n los acuerdos logrados en Oslo El Cairo y Washington.
Uri Savir, uno de los principales negociadores israel¨ªes, y Ahmed Korei, m¨¢s conocido como Abu Ala¨¢, desahuciaron en las ¨²ltimas horas la posibilidad de un acuerdo concreto antes del vencimiento del plazo a medianoche. La presencia del Ej¨¦rcito israel¨ª en la ciudad ¨¢rabe de Hebr¨®n, donde viven atrincherados los colonos jud¨ªos m¨¢s extremistas, era materia de agitadas discusiones mientras el reloj corr¨ªa inexorablemente.
La salida m¨¢s decorosa que Israel y Arafat pod¨ªan ofrecer para tratar de dorar su nuevo fracaso ante el calendario de la paz era la liberaci¨®n de por lo menos algunos de los 5.500 prisioneros palestinos, cuya causa ha provocado violentos enfrentamientos en los ¨²ltimos d¨ªas.
Ayer, un palestino de 16 a?os fue abatido a tiros en Hebr¨®n durante una manifestaci¨®n de protesta por el incumplimiento de Israel de liberar a todos los prisioneros palestinos. El joven hab¨ªa herido levemente a un soldado durante la manifestaci¨®n. En Hebr¨®n reg¨ªa anoche el toque de queda.
Ham¨¢s condena el afeitado de un l¨ªder ¨ªsl¨¢mico
Yasir Arafat fue conminado ayer a cortar las manos de uno de sus tantos matones que, en una acci¨®n sin precedentes, rap¨® la cabeza y afeit¨® la barba de uno de los m¨¢s respetados l¨ªderes isl¨¢micos de Gaza. "Es un acto imperdonable. Ni los israel¨ªes nos hab¨ªan humillado tanto durante a?os de ocupaci¨®n rnilitar", declar¨® indignado a EL PA?S un portavoz del movimiento isl¨¢mico Ham¨¢s tras enterarse de que el doctor Mahmud Zahar, profesor de Cirug¨ªa la Universidad Isl¨¢mica de Gaza, hab¨ªa sufrido una "abominable vejaci¨®n" en manos de esbirros de los servicios de seguridad establecidos por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina para complacer a Israel.En un intento por lavarse las manos -un gesto que, no convence a nadie-, uno de los portavoces de Arafat, dijo que el Gobierno palestino nunca dio ¨®rdenes de llegar a semejante extremo.
Para los musulmanes, la barba es un humilde pero contundente s¨ªmbolo religioso de identidad con el profeta Mahoma. Ni siquiera Estados policiacos como el de Arabia Saud¨ª se han atrevido a rasurar a sus opositores.
La humillaci¨®n como instrumento de lucha contra los musulmanes que se oponen al pacto de paz con Israel firmado en 1993 se a?ade a la larga lista de abusos de la polic¨ªa palestina de Arafat. Sus agentes han sido acusados d¨¦ torturar hasta la muerte a miembros de la oposici¨®n y de silenciar a periodistas que denuncian la corrupci¨®n y los abusos de fuerza que, dicen, Arafat ha optado por ignorar desde su llegada a la franja de Gaza hace exactamente un a?o.
Fuentes del movimiento isl¨¢mico Ham¨¢s dijeron ayer que Zahar, contra quien los agentes de Arafat han disparado en m¨¢s de una ocasi¨®n, se neg¨® a salir de su celda "porque sigue profundamente afectado por la afrenta y el insulto". Yasir Arafat, a?adieron, "ha cruzado una l¨ªnea roja y va a pagar caro".
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) visit¨® ayer todos los departamentos penitenciarilos de Gaza para dar instrucciones sobre el correcto tratamiento que debe darse a los detenidos.
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