Susan Hinton: "Vivo espantada con el culto a la violencia en EE UU"
La autora de 'Rebeldes' escribe ahora un libro para ni?os
Antes era todo de color rosa. Rebeldes mostr¨® la realidad en el mundo de los adolescentes: la violencia hasta el crimen, el alcohol y las drogas, la falta de amor y las ansias de ternura. Fue Susan E. Hinton, a la edad de 16 a?os, quien puso el dedo en la llaga con su primera novela, Rebeldes, que revolucion¨® el panorama de la literatura juvenil. Hoy, con 45 a?os, cinco novelas y un hijo peque?o, la autora norteamericana confiesa sentirse espantada del culto a la violencia en su pa¨ªs, que contrasta con la maravillosa ¨¦poca de su vida y que plasmar¨¢ en su primera obra para ni?os: La hermana mascota.
Susan E. Hinton se encuentra de vacaciones con su familia en Madrid de paso hacia el sur. Ayer, la autora norteamericana intent¨® explicar las claves de su gran ¨¦xito editorial que comenz¨® con su primera novela, Rebeldes, aparecida en 1967, y continu¨® con su otro t¨ªtulo m¨¢gico La ley de la calle, ambos publicados en Espa?a en Alfaguara. Es hoy todav¨ªa y en algunas ciudades norteamericanas est¨¢ prohibida la venta de alguna de las dos obras, que fueron llevadas al cine por Francis Ford Coppola con enorme acogida de p¨²blico.Rebeldes fue escrita por la adolescente de 16 a?os Susan E. Hinton mientras estudiaba en el instituto de Tucsa (Oklahoma). El azar la puso en contacto con un agente neoyorquino y vio publicada su obra. dos a?os despu¨¦s. La cr¨ªtica se?al¨® al libro como el punto de inflexi¨®n en el panorama de la literatura juvenil. Por primera vez, se trataba desde dentro la vida de los j¨®venes marginados norteamericanos y se inauguraba un nuevo enfoque en este tipo de literatura que consist¨ªa en contemplar el mundo exterior a trav¨¦s de los ojos de esos j¨®venes.
"No exist¨ªan libros que tratasen con realismo la vida de los adolescentes, por eso escrib¨ª Rebeldes, para llenar ese hueco", confes¨® ayer la autora. A partir de entonces, temas como la violencia en casa y en la calle, el sexo, las drogas, la falta de comunicaci¨®n con los padres o la soledad se empezaron a tratar abiertamente en la literatura juvenil.
Susan E. Hinton confiesa que la violencia es tan tremenda en Estados Unidos que ella misma se siente confundida sobre lo que hacer. "Los padres est¨¢n en su derecho a intentar poner coto a todo ello, pero por otra parte es, que hay muy pocos ni?os que vivan en familias estables. Los chicos viven una situaci¨®n ca¨®tica, sin saber a qu¨¦ atenerse y a quien dirigirse", dijo la escritora, para quien las campa?as contra las drogas le parecen una buena idea, aunque ser¨ªa mejor preguntarse qu¨¦ les lleva a los j¨®venes al destructivo mundo de las drogas.
En la misma t¨®nica, Susan E. Hinton confiesa su espanto ante el culto a la violencia que vive su pa¨ªs. "Esa locura por tener armas en casa me parece espantoso y est¨²pido. Lo ¨²nico que consiguen con esa sarta de actos violentos en la televisi¨®n es m¨¢s violencia", se?al¨® la autora, quien se ve incapaz de encontrar una soluci¨®n.
Visi¨®n realista
Reconoce que con la edad le va resultando cada vez m¨¢s dif¨ªcil y duro mantener una visi¨®n realista sobre la adolescencia. Ahora tiene la suerte de tener cerca una visi¨®n de la infancia gracias a su hijo. Por ello, se decidi¨® a escribir su primera obra para ni?os, La hermana mascota, que saldr¨¢ a la venta en oto?o pr¨®ximo en Estados Unidos y en Espa?a ser¨¢ editada por Alfaguara en 1996. "Supongo que cuando mi hijo sea adolescente me podr¨¢ inspirar de nuevo", asegur¨®. Seguro que s¨ª. Basta solo o¨ªrla hablar de la fascinaci¨®n que siente ante el mundo adolescente y de ese terror que tienen de llegar a ser adultos. "Son los ¨²nicos capaces de hablar de suicidio por un mal corte de pelo", afirma ensimismada.
Si hay algo de lo que se siente orgullosa Susan E. Hinton es de su voracidad de lectora que arrastra desde muy joven -"soy mucho mejor lectora que escritora, lo que en mi caso es f¨¢cil"-. "Ha sido la lectura lo que de verdad ha revolucionado mi vida. Si no lees est¨¢s en la misma situaci¨®n que los que no saben leer", se?al¨®.
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