Salk deja un centro l¨ªder en neurociencias y biolog¨ªa molecular
El 28 de octubre de 1994, el Instituto Salk de Estudios Biol¨®gicos (La Jolla, California)acogi¨® un acto social especial. Jonas Salk, su fundador y primer director, cumpli¨® 80 a?os. All¨ª estuvieron los representantes de las fundaciones, las empresas, las universidades, las comunidades locales y nacionales que han hecho del Salk una instituci¨®n privada de prestigio mundial. Y Salk se fotografi¨® con sus premios Nobeles, Francis Crick (recientemente elegido presidente del instituto) y Renato Dulbecco, presidente em¨¦rito. Eso fue en octubre. Hace unos d¨ªas, Salk muri¨®. Le fall¨® el coraz¨®n. Desaparec¨ªa uno de los cient¨ªficos m¨¢s populares de este siglo, autor de la primera vacuna contra la poliomelitis, una enfermedad ahora casi vencida pero que en los a?os cincuenta constitu¨ªa uno de los mayores miedos del mundo civilizado.Sin embargo, Salk no fue una figura encumbrada por todos. No obtuvo el premio Nobel ni lleg¨® a ser miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Hizo lo adecuado en el momento adecuado pero la comunidad cient¨ªfica no le otorg¨® mayor m¨¦rito que ese y ¨¦l mismo intent¨® mantenerse en su lugar de cient¨ªfico vocacional y defensor de la investigaci¨®n. Pero tuvo la habilidad de aprovechar su inmensa popularidad para realizar su sue?o, poner en pie un instituto de investigaci¨®n que es l¨ªder en neurociencias y en biolog¨ªa molecular en el mundo, anda ya por s¨ª solo y es una meca para los cient¨ªficos j¨®venes.
Salk, que naci¨® en Nueva York en 1914, se convirti¨® en un m¨¦dico con vocaci¨®n investigadora. En 1955 puso a punto la primera vacuna contra la poliomelitis a partir del virus muerto. La inoculaci¨®n masiva con esta vacuna hizo que en Estados Unidos bajara el n¨²mero de casos de 58.000 en 1952 a apenas 1.000 en 1962. Para entonces otro cient¨ªfico, Albert Sabin, hab¨ªa conseguido una vacuna mejor, a partir de virus atenuados, que se convirti¨® en la' est¨¢ndar a partir de entonces. Ni Sabin ni otros cient¨ªficos digirieron la popularidad de Salk, ya que seg¨²n ellos s¨®lo hab¨ªa dado un peque?o paso a partir del trabajo de otros.
Edificio singular
Salk obtuvo la donaci¨®n de terrenos en La Jolla, al norte de San Diego, y contrat¨® al conocido arquitecto Louis Kahn. Dos edificios gemelos separados por un patio enlosado en m¨¢rmol, abierto al mar, forman el instituto, declarado ya monumento hist¨®rico. Casi nada ha cambiado desde que se inaugur¨® en 1963, en gran parte por el celo de Salk, pero el conjunto se ha quedado peque?o y ahora se construye un nuevo edificio en la parte posterior.
La impresi¨®n primera, del conjunto es de frialdad. Las l¨ªneas rectas predominan y los materiales utilizados, sobre todo el hormig¨®n, no tienen ning¨²n acabado, por deseo expreso del arquitecto y para evitar que el mantenimiento sea costoso. Cada planta de laboratorios tiene encima una planta auxiliar, donde van los aparatos necesarios, lo que en su momento fue una novedad. El interior de los laboratorios es, sin embargo, muy parecido al de cualquier otro laboratorio de biolog¨ªa. El intento del arquitecto de dotarlos de luz natural a trav¨¦s de grandes ventanales se estrella con la universal tendencia a amontonar libros, papeles e instrumentos. Las m¨¢quinas PCR, cada vez mas peque?as, e imprescindibles en biolog¨ªa, han sustituido a otras t¨ªpicas de los a?os sesenta y ha habido que buscar sitio para instalaciones aisladas, donde se puedan manejar virus como el del sida, una de las l¨ªneas de investigaci¨®n del instituto.
A pesar de que Salk fuera su alma, el instituto no est¨¢ ahora implicado en su ¨²ltima l¨ªnea de investigaci¨®n, la b¨²squeda de vacunas contra el sida sobre una base que no convenci¨® a la comunidad cient¨ªfica. Salk estaba muy preocupado por el sida, como nueva epidemia, pero lo curioso es que ha habido teor¨ªas que relacionan la aparici¨®n de esta enfermedad con la aplicaci¨®n masiva de nuevas vacunas, entre ellas la de la polio, para cuya elaboraci¨®n se utilizaron c¨¦lulas de monos.
En1odo caso, seg¨²n un portavoz, la muerte de Salk no va a significar, cambios para el instituto, que seguir¨¢ en la misma l¨ªnea de atacar los problemas desde un punto de vista multidisciplinar, en vez de establecer ¨¢reas permanentes de investigaci¨®n. El instituto se ha convertido en una escuela de doctorandos de todo el mundo; el a?o pasado acogi¨® a m¨¢s de 300 estudiantes entre pre y postdoctorales. Un repaso de algunos de los cient¨ªficos incorporados en los ¨²ltimos a?os a su personal de plantilla, entre ellos el espa?ol Juan Carlos Izpis¨²a Belmonte, indica algunas de las ¨¢reas en las que est¨¢ interesado el centro: la biolog¨ªa estructural y la gen¨¦tica del retrovirus del sida, del c¨¢ncer, del desarrollo en vertebrados y de plantas.
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