?A qui¨¦n enga?an?

El espectacular anuncio a toda p¨¢gina de una marca de tabaco el pasado d¨ªa 4 poniendo en guardia contra las posibles restricciones que se acercan pone una vez m¨¢s en evidencia los cuantiosos beneficios que estas compa?¨ªas ingresan a costa del producto t¨®xico que fabrican, y no bast¨¢ndoles con llenar p¨¢ginas enteras de peri¨®dicos y revistas, y de lanzar mensajes a la juventud desde programas de radio, manifestaciones deportivas, carteles en ciudades y carreteras, marquesinas, transporte p¨²blico, etc¨¦tera, para que se hagan adictos cuanto antes, ahora intentan justificar su existencia incluyendo cifras con los puestos de trabajo que ocupan.Pero, ?de qu¨¦ sirven unos cuantos empleos cuando el tabaco produce tres millones de defunciones al a?o, m¨¢s que todas las provocadas por el alcohol, las drogas duras, los homicidios, los suicidios, los accidentes de coche, los incendios y el sida juntos? Est¨¢ claro que los fabricantes y comerciantes de tabaco anteponen sobre todo sus propios intereses financieros, sin preocuparles en absoluto la vida ni la salud de los consumidores de sus productos.

Ante esta situaci¨®n, y conociendo ya sobradamente la nocividad del producto adictivo y letal, corresponde a las autoridades competentes tomar medidas, como lo hacen en muchos otros sectores en los que est¨¢ en juego la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, teniendo en cuenta, adem¨¢s, que aproximadamente el 80% de los europeos estamos a favor de que no se fume en lugares p¨²blicos (incluidos los lugares de trabajo).

Por tanto, que no nos vengan con cuentos. ?A qui¨¦n pretenden enga?ar a estas alturas?-