Un pestazo a le¨®n
Las diligencias sobre el caso S¨®ller instruidas en paralelo por un juzgado de Palma de Mallorca y por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares hacen presentir, como los puntos silueteados de referencia en los cuentos infantiles que permiten a los ni?os trazar el dibujo de un elefante o de un castillo, la explosi¨®n de un nuevo esc¨¢ndalo de corrupci¨®n institucional, esta vez a cargo del PP. Los hechos aflorados muestran la imagen ya familiar de unas complicadas operaciones de ingenier¨ªa financiera orientadas a borrar las huellas y ocultar los rastros de las comisiones millonarias ilegales pagadas por la empresa concesionaria de un servicio p¨²blico a un partido pol¨ªtico como contraprestaci¨®n por haber conseguido que una Administraci¨®n P¨²blica situada bajo su control adoptase una decisi¨®n favorable a sus intereses. El PP ejerce el poder en la comunidad de Baleares desde 1983 y ha tejido durante ese tiempo una tupida red clientelar; la sinceridad de las promesas populares de reducir los cargos ejecutivos a dos mandatos ha quedado desmentida con la reelecci¨®n de Gabriel Ca?ellas para otros cuatro a?os tras doce de presidencia.La invocaci¨®n a la presunci¨®n de inocencia en el caso S¨®ller tropieza con el aburrido escepticismo de una opini¨®n cansada de las versiones inveros¨ªmiles dadas siempre por todas las organizaciones pol¨ªticas cuando son atrapadas con las manos en la masa en un asunto de financiaci¨®n ilegal. Las enmara?adas relaciones de la concesionaria del t¨²nel de S¨®ller con el Gobierno de Ca?ellas recuerdan la historia del cazador que cuenta a sus amigos en la sobremesa de un almuerzo c¨®mo una noche se despert¨® sobresaltado en el campamento de un safari, vio a pocos metros el amenazador bulto de un le¨®n y consigui¨® ahuyentarle blandiendo una tea encendida; las miradas incr¨¦dulas y los comentarios reticentes de los contertulios no arredraron al narrador: aunque la oscuridad nocturna tal vez pudiera haberle dificultado la visi¨®n en aquel momento, el pestazo a le¨®n del animal puesto en fuga era inconfundible.
Con el trasfondo de ese pestazo a financiaci¨®n irregular de la organizaci¨®n balear presidida por Ca?ellas, la direcci¨®n nacional del PP ha ordenado a su comisi¨®n de control y disciplina una investigaci¨®n interna: no hace falta demasiada malicia para desconfiar de la imparcialidad de unos ¨¢rbitros que saltan al terreno de juego con la camiseta del equipo local o de unos detectives llamados a dilucidar las conductas sospechosas de sus superiores jer¨¢rquicos. Cuando la prensa descubre esc¨¢ndalos del PSOE, los populares condenan los intentos socialistas de matar al mensajero period¨ªstico y hacen grandes elogios tanto de los jueces encargados del sumario como de los expertos fiscales y polic¨ªas a su servicio. Ahora, en cambio, los portavoces del PP esparcen dudas sobre la neutralidad de la Agencia Tributaria, se lamentan de las filtraciones a los medios de comunicaci¨®n, atribuyen tales infidencias a los miembros del Grupo de Delincuencia Econ¨®mica encargado del asunto y amenazan con querellarse contra esos funcionarios de la seguridad del Estado: una actitud m¨¢s que preocupante si anticipase la l¨ªnea de actuaci¨®n del PP cuando forme Gobierno y dirija el Ministerio de Justicia e Interior.
Una mancha no se limpia con otra: la eventual financiaci¨®n ilegal del PP en Baleares no implica la amnist¨ªa para casos semejantes protagonizados por el PSOE, el PNV o CiU. Por el contrario, la generalizada corrupci¨®n institucional de los partidos, instrumentada mediante comisiones ilegales y donativos disfrazados, exige que sus dirigentes, en vez de jugar al rat¨®n y el gato con la judicatura y la prensa para ocultar los sobornos que reciben de unos y las extorsiones que imponen a otros, supriman de manera concertada unas pr¨¢cticas delictivas que est¨¢n socavando la confianza de los ciudadanos en la clase pol¨ªtica y poniendo en peligro no s¨®lo el buen funcionamiento, sino tambi¨¦n la supervivencia a largo plazo de la democracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Gabriel Ca?ellas
- Opini¨®n
- TSJB
- Caso Soller
- Organismos judiciales
- PP
- Baleares
- Comunidades aut¨®nomas
- Gobierno auton¨®mico
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Tribunales
- Gobierno
- Casos judiciales
- Poder judicial
- Corrupci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Partidos pol¨ªticos
- Delitos
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia