Los modestos piden permiso
Sciandri aprovecha una escapada consentida por Indur¨¢in y logra el primer triunfo ingl¨¦s
Maximilian Sciandri no suma otro triunfo para Italia porque el suyo es un caso curioso de despecho: sencillamente, se nacionaliz¨® ingl¨¦s el pasado a?o por no haber sido seleccionado con Italia en seis temporadas. Sciandri es un buen ciclista, potente (mide 1,87 metros y pesa 75 kilos) y correoso, como cualquiera de los ¨²ltimos modelos italianos. Sciandri obtuvo un triunfo c¨®modo en el sprint final: a su espalda estaba el liviano Buenahora, un colombiano del Kelme que hizo el papel de condenado los ¨²ltimos 20 kil¨®metros. El Tour entr¨® en el mediod¨ªa franc¨¦s. 0 lo que es lo mismo, carreteras irregulares y calor bochornoso. Buen terreno para la aventura, con permiso de Indur¨¢in, naturalmente, que ayer dio el placet a una escapada de ocho corredores.El Tour entra en el territorio de los buscadores de fortuna y bajo esa condici¨®n se mueven ahora mismo muchos equipos. Los belgas han dicho basta con la victoria de Bruyneel; los franceses ya disfrutaron lo suyo al principio y entretienen las horas estos d¨ªas siguiendo de cerca las andanzas de Jalabert, su corredor m¨¢s s¨®lido; los holandeses no saben no contestan despu¨¦s del triunfo al sprint de Blijlevens y los italianos no han dicho todav¨ªa su ¨²ltima palabra. Entre medias, hay un buen n¨²mero de equipos que no han cubierto objetivo alguno, caso del Kelme espa?ol, que sigue sin perder la esperanza de ganar una etapa.
Ayer el Kelme le dio la orden a Buenahora, porque Cubino espera a la etapa de hoy. Y all¨ª fue el colombiano a sacar provecho de un ataque de De las Cuevas que logr¨® reunir tras su sombra hasta ocho corredores. Banesto decidi¨® no jugar esa partida y se reuni¨® en tomo a Indur¨¢in. La ONCE apost¨® m¨¢s fuerte y coloc¨® a Breukink. La escapada lleg¨® a contar con casi diez minutos de diferencia, sin que para su neutralizaci¨®n alguien moviera un dedo. El cansancio (hab¨ªa 150 kil¨®metros por delante) y el fuerte calor fue haciendo la selecci¨®n. Lleg¨® el momento de Buenahora.
Y Buenahora atac¨®, aprovechando un par de puertos a 30 kil¨®metros de! la meta. Tuvo mala suerte porque se llev¨® a la meta a un mal cliente, Sciandri, un corredor con ganas de hacerse notar.
Sciandri, nacido en la localidad de Derby, de padre italiano y madre inglesa, ha corrido para Italia hasta hace un a?o. Cansado de no ser seleccionado para el Mundial, decidi¨® cambiarse de nacionalidad y obtener la licencia brit¨¢nica. Procede de familia acomodada y es todo un atleta. Su sola envergadura rest¨® todo inter¨¦s al ¨²ltimo kil¨®metro: Buenahora estaba sentenciado y bastante hizo para seguir su rueda. Sciandri se autodenomin¨® europeo en sus manifestaciones ante el interrogatorio de la prensa italiana sobre la nacionaidad de su victoria.
Hoy muchos corredores volver¨¢n a intentarlo. Y lo har¨¢n pronto, como ayer. El truco est¨¢ en formar un grupo que no moleste especialmente a Indur¨¢in, ni muy numeroso como para que el l¨ªder no pueda negociar aliados de conveniencia para tirar del pelot¨®n, ni con apellidos que puedan sembrar alguna inquietud. Muchos corredores se pondr¨¢n hoy el disfraz de cordero y no duden que all¨ª estar¨¢ alguno del ONCE para mantener la imagen de marca. El Tour est¨¢ en manos de dos estrategias, la del Banesto y la del ONCE. De alguna manera est¨¢ en manos espa?olas.
El Banesto quiere evitar las incomodidades y el ONCE busca, precisamente, incomodar. Pero, ?qui¨¦n puede quitarle la esperanza a los aventureros? El mediod¨ªa franc¨¦s es terreno de aventura y. tambi¨¦n terreno para las emboscadas. Son las fuerzas en conflicto en el ecuador del Tour.
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