No da 'mono'
Esta fiesta no da mono. Ser¨¢ porque esta fiesta no es fiesta ni es nada. La que llaman ahora fiesta no pasa de ser una pantomima, una caricatura de lo que no hace tanto fue la fiesta verdadera, un solemne aburrimiento, una sucesi¨®n de traum¨¢ticas situaciones en las que el llamado toro tiene todas las de perder y se convierte en v¨ªctima propiciatoria de la barbarie con castore?o.Empez¨® la Fira de Juliol de Valencia y pareci¨® la continuaci¨®n de la Feria de Fallas: los toros se segu¨ªan cayendo. Igual que ocurri¨® en las pasadas Fallas con la inmensa mayor¨ªa de los toros, estos novillos de la inauguraci¨®n rodaban por la arena m¨¢s tarde o m¨¢s temprano. Al primero le dio por caerse m¨¢s tarde. Hab¨ªa derribado en la primera vara, tomado otras dos y embestido a un par de muletazos, cuando se par¨®. Como si se hubiese vuelto lila de repente. Y se empez¨® a caer, en una de ¨¦sas no le dio la gana de levantarse, y lo apuntillaron.
Buenavista / Rodr¨ªguez, Tom¨¢s, Bl¨¢zquez
Novillos de Buenavista, terciados, muy pobres de cabeza, varios brochos; inv¨¢lidos e inofensivos.Javier Rodr¨ªguez: 1? apuntillado por inv¨¢lido (silencio); dos pinchazos y estocada baja (palmas y tambi¨¦n pitos cuando sale al tercio). Jos¨¦ Tom¨¢s: pinchazo, estocada y rueda insistente de peones (palmas y salida al tercio); dos pinchazos, estocada ladeada, dos ruedas de peones, dos descabellos y se tumba el novillo (vuelta). Ra¨²l Bl¨¢zquez: pinchazo, estocada y ruedas insistentes de peones (palmas y salida al tercio); dos pinchazos, otro hondo y rueda de peones (aplausos y saludos). Plaza de Valencia, 21 de julio. 1? 1? corrida de feria. Dos tercios de entrada.
?Le import¨® al p¨²blico que apuntillaran al novillo en plena faena de muleta? Pues no debi¨® importarle demasiado pues no dijo ni palabra. Punto en boca. Es lo propio del p¨²blico actual: que los toros y su lidia le traen sin cuidado. Con que los toreros den unos cuantos pases, compongan posturas pintureras, rematen pronto al moribundo especimen y este conjunto de aconteceres le permita pedir orejas, se da por satisfecho. Luego no vuelve, naturalmente, porque pagar mil duros para aburrirse viendo espec¨ªmenes moribundos, posturas pintureras y unos cuantos pases administrados con el pico, s¨®lo lo hacen los masoquistas y los tontos de remate.
De todo esto hubo mucho ayer. Moribundos los novillos, los novilleros los toreaban meti¨¦ndoles el pico de la muleta en el pit¨®n contrario. Frecuentemente era la muleta entera, todo el trapo enorme puesto en el pit¨®n de all¨¢; es decir, el ojo de all¨¢. No debe culparse a los novilleros que se tomen semejantes ventajas. Al fin y al cabo siguen el ejemplo de sus mayores -las figuras-, que pegan pases con las mismas y se han hecho millonarios.
Muy animoso estuvo Javier Rodr¨ªguez con el novillo apuntillado y con el siguiente de su turno al que acab¨® ret¨¢ndole de rodillas, se puso a dar manoletinas, marc¨® p¨¦ndulos, hizo el tel¨¦fono, mugi¨® el novillo: "El terminal telef¨®nico marcado no se encuentra operativo en estos momentos...".
Similar pundonor puso en su tarea Ra¨²l Bl¨¢zquez volcado en instrumentarles derechazos y naturales a sus novillos (o lo que quedara de ellos), y al sexto tambi¨¦n lo mulete¨® de rodillas en su irrefrenable af¨¢n de,conseguir el deseado triunfo.
Jos¨¦ Tom¨¢s, de distinto estilo, mec¨ªa la ver¨®nica, pas¨® en redondo y al natural con armoniosa templanza, y todo habr¨ªa resultado perfecto de no ser sumiso borrego -por tanto, sin emoci¨®n alguna- lo que estaba toreando, y de haber ligado los pases en vez de perder terreno al rematarlos.
Lo malo para la industria de los ilusionados diestros fue que tras tanto tes¨®n y tanto pase, no hab¨ªan dado motivo para cortar orejas. Y el p¨²blico se march¨® frustrado, con mil duros menos, dispuesto a no volver. Muchos aficionados tomaron esta determinaci¨®n hace ya tiempo y no tienen mono. Pues ?c¨®mo podr¨ªan sentir nostalgia de semejante mascarada quienes conocieron la fiesta del arte y del valor, la de los toreros aut¨¦nticos y los toros ¨ªntegros?
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.