Guti¨¦rrez Arag¨®n recalca la lucha del cine europeo frente al norteamericano Debate en la UIMP sobre el futuro del s¨¦ptimo arte
Hay una bruja mal¨¦fica que ronda el cine y que le pone una terrible condici¨®n para alcanzar la gloria. "La obra cinematogr¨¢fica no basta con que sea buena adem¨¢s tiene que llegar a muchos". El director Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, que dirige un curso junto al catedr¨¢tico Enrique Tor¨¢n, recogi¨® ayer con esta afirmaci¨®n toda la grandeza y tragedia a la que se enfrenta el cine en su segundo siglo. Esta ser¨¢ la marca del cine en el a?o 2000. Calidades aparte, es de momento la cantidad lo m¨¢s preocupante del futuro del cine europeo.
El cine europeo se encuentra copado e invadido literalmente por las producciones estelares de Hollywood, y as¨ª lo afirman los expertos que ayer asistieron al seminario en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo en Santander, bajo el t¨ªtulo Un segundo siglo para el cine: el futuro de un arte, el porvenir de una historia.?Es un arte o una industria? A los 100 a?os del nacimiento del cine, el realizador de Maravillas, El Quijote o el m¨¢s reciente El rey del r¨ªo, cree que ha llegado el tiempo de superar la cuesti¨®n. "El cine ha unido por primera vez los (los conceptos en su propia definici¨®n de arte de masas", se?al¨® Guti¨¦rrez Arag¨®n, para quien una de las condiciones del cine parece ser la sencillez y otra la de ser concebido para llegar a muchos. "Es, sin duda, el m¨²sculo industrial el que presta a temas sencillos el impulso para llegar a ser obras de arte", dijo.
Arte o no, lo que est¨¢ claro es que el cine se enfrenta, esencialmente en Europa, y Espa?a no es por supuesto ninguna excepci¨®n, a una crisis industrial de profundo calado que comenz¨® a mediados de los setenta y que todav¨ªa se desconoce si ha tocado fondo. Terry llott, un productor brit¨¢nico, director del programa europeo Bridge Media, es claramente optimista a tenor de las palabras con las que inici¨® su conferencia: "El futuro del cine en Europa ser¨¢ brillante. Viviremos muchas incertidumbres y el cine ser¨¢ distinto, pero les aseguro que tendr¨¢ un futuro emocionante". A llott su optimismo no le ha llovido del cielo; lleva muchos a?os investigando en la industria cinematogr¨¢fica europea y contabilizando sus n¨²meros. Seg¨²n datos del Bridge Media, la tasa de crecimiento del cine en Europa es muy superior a la Estados Unidos -sin olvidar el valor global de las pel¨ªculas en Estados Unidos en el a?o 1992, era exactamente el doble que el europeo (24 billones (le d¨®lares frente a 12)- "El crecimiento del cine en Europa en s¨®lo un a?o, de 1992 a 1993, ha sido de un 13,2% frente al 6% estadounidense o el 4% asi¨¢tico", se?al¨® llott. Las expectativas de aqu¨ª al 2000 no son menos halag¨¹e?as: la industria cinematogr¨¢fica espa?ola crecer¨¢ un 20%, la brit¨¢nica un 19% y la de los; Pa¨ªses Bajos, una potencia cada vez mayor en el mundo audiovisual, un 27%.
Para Terry llott, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el cine en Europa es el de la sobreabundancia. "Nuestro mercado no es capaz de asimilar todo el excedente de la oferta", explic¨®. Por poner un significativo ejemplo, de 1990 a 1993 Europa produjo 578 filmes (de los que 433 fueron de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea). S¨®lo en, 1993, Francia estren¨® un total de 381 t¨ªtulos, el Reino Unido 232, y Espa?a 226, de los que s¨®lo un 20% eran filmes europeos. El 80% restante de mercado es engullido literalmente por el cine de Hollywood.
Partiendo de la base de que Europa no fue consciente del peligro que acech¨® a su industria cinematogr¨¢fica en la crisis de los setenta, Enrique Balmaseda, director del Instituto de la Cinmeatografia y las Artes Audiovisuales (1CAA), afirm¨® en el seminario que la situaci¨®n, es de serio riesgo. "No es que vaya a despaarecer", se?al¨® Balmaseda, "pero el futuro del cine europeo, a medio y largo plazo, est¨¢ en clave de riesgo, algo que todav¨ªa no ha sido asumido por los sectores p¨²blicos y pol¨ªticos". Para el director del ICAA, ser¨¢ el pr¨®ximo decenio el que permitir¨¢ dilucidar el balance definitivo de cara a un futuro plagado de transmisiones, redes y televisiones a la carta. La ¨²nica posibilidad de supervivencia est¨¢, en opini¨®n de Balmaseda, en la creaci¨®n de grandes y potentes estructuras de distribuci¨®n y producci¨®n, sin olvidar ni destruir las peque?as y medianas productoras independientes.
La dicotom¨ªa entre arte e industria la pulveriz¨® Balmaseda con salchichas. "En todos los Gobiernos europeos se han llevado a cabo importantes planes para salvar la siderurgia o el sector naval. ?Por qu¨¦ no se ha hecho lo mismo con el cine? El cine no es como hacer salchichas, pero en Europa se trata de manera m¨¢s incoherente que si fueran salchichas".
Europa y Hollywood
Ni el pasado, una, p¨¦sima gu¨ªa, ni la imitaci¨®n del cine norteamericano, nadie acepta suced¨¢neos, ser¨¢n la salvaci¨®n del cine europeo. Aun consciente de los peligros, el productor brit¨¢nico Terry Ilott confi¨® en que el futuro se vea animado por una nueva generaci¨®n de creadores y empresarios cinematogr¨¢ficos no interesados en las eternas batallas entre Hollywood y Europa. Si en los a?os 50 y 60 se produjeron en Europa pel¨ªculas muy competitivas, que tuvieron gran ¨¦xito en el mercado nortamericano, "?por qu¨¦ ahora no se puede hacer tambi¨¦n?", dijo Ilott. Europa se enfrent¨® a la crisis creando el enemigo del mercado, seg¨²n Enrique Balmaseda. "Con este enemigo en la mano, acudi¨® a las, ayudas p¨²blicas de consecuencias nefastas para el cine".
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